[II]

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De un solo tragó termino lo poco que restaba de bebida en la copa, ya no recordaba que había pedido, pero ¿eso que importa? No tenía la mente conectada ya y quería disfrutar un poco más antes de regresar a casa a dormir como gato, sin intención de despertar hasta la noche siguiente. La nada discreta caricia en su pierna le obligó a voltear, encontrando una chica de cabello cobrizo y revelador vestido azul, sonriendo le coqueta.

— ¿Buscas compañía, guapo?— seductora igual que todas las prostitutas del bar, que intentaban ganarle algo al intentar deducirlo— puedo quedarme contigo si lo deseas.

Puso su mano sobre la de la chica y la aparto con una suave sonrisa, guiñándole el ojo y levantándose de la banca, pagando los tragó consumidos y saliendo del bar algo adormilado, solo como siempre. Se había vuelto su rutina, siempre después de ir a clases o ayudar a su padre, iba a tomar tragos suaves hasta que se aburría y regresaba entonces a su hogar a dormir. Todas las noches desde que podía hacerlo.

Pronto serían seis años, y aún no podía dejar de pensar en sus ojos, su personalidad y como se había enamorado sin remedio de él. Lo que más maldecía era el no saber cómo contactarlo, que hacía con su vida; lo mortificaba saber que lo deje ir sin luchar un poco. Se dejó caer en el asiento trasero de la limusina, bufando con frustración y alborotando se el cabello, maldiciendo entre dientes su torpe actuar en aquella época.

No pasó mucho antes que llegasen a la mansión, agradeció al guardaespaldas que lo trajese y fue directo a su habitación a encerrarse para mirar el techo hasta el alba del día siguiente, igual que todos los días. Su habitación seguía siendo un mundo de maravillas, poco cambiada en realidad. Cuando estuvo solo, la mirada verde del Kwami se hizo presente, con toda la intención de reprocharle como siempre.

— Esto se te ha vuelto un mal hábito— declaró flotando junto al rubio, que retiraba la camiseta que había usado esa noche— un buen día te vas a arrepentir de todo esto, y será más pronto de lo que crees.

— Lo se Plagg, pero se ha vuelto una rutina— argumento lanzando la camiseta al suelo, dejándose caer de espalda en la cama, centrando su mirar en el techo— solo quiero aprender a romper lo rutinario de la vida, aunque no sé cómo.

— Bueno, recuerdo a alguien que te enseño a hacerlo hace tiempo ya.— se dejó caer junto al rubio en la misma posición, sonriendo como solo él sabía hacerlo— Y parecías realmente feliz en esa época.

De tener la oportunidad, posiblemente pondría una almohada sobre el Kwami y lo dejaría allí abajo, intentando escapar, pero la habilidad que tenía de traspasar objetos sólidos le hacía descartar la idea. Suspiro cansado. Sabía a lo que se refería y reconocía que tenía razón, pero las cosas habían cambiado, les gustase o no, y esa esperanza de que todo volviera a ser como antes de desvanecía con cada día que pasaba.

— Nath... Debí luchar por estar a su lado— lamento cerrando los ojos, escuchando sus pensamientos hacer bullicio en el silencio, calmando su respiración poco a poco— no creo que haya algo de lo que me arrepienta más de no haber echo.

El vibrar de su celular sobre la madera del escritorio le saco de su ensoñación, era extraño que le escribieran; sin mucho ánimo se levantó, caminando a tientas en la obscuridad para acercarse a buscarlo.

"Nuevo mensaje de: Juleka"

Desbloqueó la pantalla para abrir el mensaje de la pelinegra, esperando que no fuera de nuevo la invitación de Chloé a la fiesta de reencuentro de exalumnos. Leyó con calma, regresando a la cama para sentarse con la espalda recargada en la cabecera, y tocando la barra de mensaje para responder.

"Adrien~ ¿Estás allí? Hay algo importante que tengo que decirte.
23:10

Estoy aquí, ¿Que es tan urgente que no puede esperar a la mañana?
23:10”

Espero a la respuesta de la pelinegra, pareció una eternidad, tomando en cuenta que lo único que hacía era mirar la pantalla del aparato y al Kwami a su lado, durmiendo. Se llenó de intriga al ver el mensaje de la chica, no era lo que esperaba leer, mucho menos algo "urgente" pero igual contestó, por no dejarla esperando.

"Ven temprano en la mañana al aeropuerto y lo sabrás.
23:13

Tengo una sesión de fotos, deberías decirme ahora.
23:13"

No recibió respuesta, así que simplemente dejo el celular en la mesa junto a su cama y se volvió a recostar mirando al techo y pensando en mil cosas a la vez, cayendo poco a poco en los brazos de Morfeo. Cayendo lentamente en la tortura del recuerdo.

°∆°∆°∆°∆°

Bloqueo la pantalla aburrido de jugar en el celular, desviando la mirada hacia la ventana, observando la monotonía de las calles de París; estaba harto del gris que emanaba la ciudad, aunque seguía luchando para proteger París, todo se había vuelto gris y aburrido, monótono y una constante rutina que abrumaría a cualquiera.

Rodó los ojos al escuchar de nuevo la voz de Nathalie, que probablemente le recordaba las actividades a las que debía asistir terminada la sesión de fotos. Suspiro apoyando el codo en el marco de la ventana, perdiéndose de nuevo, como la noche anterior, en sus pensamientos.

Creyó que se trataba de una mala jugada de su mente.

En la acera del rente a la calle por donde pasaba el auto, como una aparición o un espejismo, estaba una inconfundible cabellera rojo brillante; vestía casual, como todo aquel que recorría las calles a esa hora, resaltando por el brillante color de su cabello, atrayendo más de una mirada.

Lo vio girar en una esquina y perderse por calle arriba, dejando al rubio en un estado de ensoñación del que nadie podría sacarlo.

— Seis años...— murmuró escurriéndose en el asiento, mirando por el espejo retrovisor las calles que iban dejando atrás— Y aún conserva el brazalete y la belleza con que lo recuerdo...

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Bueno, ya hacía falta empezar a escribir aquí ¿No? Siento que debo muchos capítulos en muchas historias.

¿Cómo están? Espero que bien, descubrí que la melancolía me ayuda a escribir mejor, así que aprovecharé para escribir mientras me siga agobiando el sentimiento.

¿Les gusta? Espero que sí, a mí me gusta cómo quedó.

No tengo mucho que decir está vez, solo les agradezco la paciencia a este ser incumplido.

Nos leemos luego :)

Es Cuestión Del Destino|AdriNathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora