[VIII]

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Releia una y otra vez la conversación en su celular, sintiendo que todo estaba mal, que el 'estoy bien' del pelirrojo era su más grande mentira

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Releia una y otra vez la conversación en su celular, sintiendo que todo estaba mal, que el 'estoy bien' del pelirrojo era su más grande mentira. La última vez que se habían visto se habían besado como nunca, pero después el menor salio corriendo y no volvió a reportarse hasta esa mañana. Algo andaba definitivamente mal.

— Hemos llegado— la seriedad en la voz de Nathalie nunca le agradó, pero en esta ocasión especial le parecía endemoniadamente cruel. Agradeciendo bajo del auto, asegurando que regresaría solo a casa después de terminar los "asuntos urgentes" con que había engañado a su padre para fugarse a ver al pelirrojo.

Caminó hacia el interior del parque apretando las manos dentro de los bolsillos de la chaqueta, sintiendo como los nervios se lo comían por dentro y cada paso que daba le invitaba a regresar por donde vino. Pocos segundos bastaron para encontrar al pelirrojo, sentado al borde de la fuente, dibujando.

— ¡Hey Nath!— llamó con entusiasmo, captando la atención del mencionado y otro par de personas que enseguida empezaron a murmurar cosas de las que no quería saber nada— Hola...

— Hola Adrien— su saludo era frío, como nunca lo había escuchado. Tomó asiento junto al más bajo, contemplando de reojo el dibujo, sonriendo al ver lo mucho que había progresado— ¿Podrías no mirar? Me incomoda un poco...

— Oh, claro. Perdona— volvió la vista al frente, suspirando suavemente y sintiendo los nervios comerle vivo. ¿Era tan difícil decir que ocurría? No, más bien ¿Era tan difícil preguntar por la verdad?— No te detengas por mi.

Nathaniel no sabía decir en qué momento se había congelando, solo sabía que su mente ya no estaba conectada con su cuerpo. A su mente llegaban los recursos de la noche anterior, cuando el peliblanco le había dicho que dormiría en la habitación de huéspedes en vez de compartir cama como siempre. Las lágrimas no tardaron en acumularse en sus ojos y bajar por sus mejillas, llamando la atención del rubio.

— ¡No llores!— pidió tomando el rostro del pelirrojo entre sus manos y limpiando las lágrimas que parecían no querer detenerse, habiendo un esfuerzo por no besarle allí mismo— ah... Ten— le entrego un pañuelo para que se limpiará los ojos, mientras lo ayudaba a recoger sus cosas— ¿Quieres tomar un café? Hace poco abrió un lugar muy lindo y me gustaría llevarte.

Asintió sin mucho ánimo, levantándose al mismo tiempo que Adrien y siguiéndole hasta la salida del parque, donde se tomaron de las manos y empezaron a caminar sin importar los murmuros que quedaban a su espalda.

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— No estás obligado a contarme nada— habló después de un largo silencio, siempre preocupado por el incesante llanto del pelirrojo— Solo tengo una palabra para ti. Termina. Eres muy joven para vivir de esta forma.

Nathaniel bajo la mirada sin decir nada, intentando no volver a llorar, intentando tragarse el dolor.

— O le dices tú o le digo yo— una sonrisa escapó de sus labios al escuchar la voz enojada del Kwami entre su ropa, habiéndole sentir algo mejor— Eso está mejor.

Es Cuestión Del Destino|AdriNathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora