[XIV]

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Saludos cordiales.

Lamento haber desaparecido del modo en que lo hice, perdí la noción del tiempo y las cosas se me salieron de las manos. Lo importante es que regrese y con un capitulo que, finalmente, nos trae a Adrien de regreso.

Este capítulo está inspirado por la canción de The Cab "These Are The Lies"

BTW, Lamento anunciar que estamos cerca del final de la historia, espero que disfruten el capítulo. Y, sin más preámbulo  ¡A leer!

Un día normal, levemente nublado, pero igualmente agradable, se encargaba de acompañar a los parisinos en su vida; entre ellos, un rubio que despreciaba su reflejo en el espejo mientras, amablemente, Marinette Se encargaba de poner alfileres en el pantalón y la camisa que serían parte de su muy especial traje de cumpleaños.

—¿Quieres repetirme por qué tengo que hacer esto?— gruñó ya fastidiado, bajando los brazos para ver cómo la chica anotaba las nuevas medidas en el diseño previo que su padre había aprobado con bastante orgullo silencioso— Es decir, ¿No puedo usar algo que ya tenga?

—Tu padre insistió en incluir este diseño en su próxima colección— justificó la joven de cabello azulado, dejando nuevamente de lado la libreta y acercándose al modelo que, inevitablemente, le había dado la espalda ala espejo— Además, Chloé logro convencerlo para poder organizarte una fiesta; supongo que también quiere que pases un buen cumpleaños antes de irte de nuevo de París.

—Y esta vez para no volver— lamentó con algo que la joven no supo identificar; a lo mejor era nostalgia, o arrepentimiento, aflicción por algo que no podía evitar aunque lo deseara. Entre el silencio y sus pensamientos, el estruendo de la puerta chocando contra el muro no fue algo que esperase. Chloé entró con elegancia, sobresaltado a ambos y riendo ante las expresiones de sorpresa y confusión que tenían.

—Traigo buenas noticias— anunció dejándose caer en una de la cómodas sillas de la habitación, observando a Adrien quitarse con cuidado la camisa, deseando no correr con mala suerte y picarse con un alfiler— Invite al zorro a tu cumpleaños.

—No tengo idea de lo que estás diciendo— fingió demencia mientras entregaba la prenda a Marinette y volvía a colocarse su camiseta— ¿A qué te refieres, Chloé?

—No te hagas el tonto, Adrien-boo— burló tecleando en su teléfono como si la conversación no fuera realmente interesante, sabiendo perfectamente que la joven peliazul también sentía curiosidad— Estoy hablando de FireFox, o mejor dicho, de Nathaniel.

—¿Por qué asumes que son la mismas persona?— cuestionó Marinette con cierta intriga, con un innegable deseo de saber si tenía un argumento válido o si era superchería— No tienes nada que respalde esa teoría, ¿O si?

—No me digas que eres así de tonta, Dupain-Cheng— a pesar de saber la verdad, de saber que Chloé decía algo innegable, tenía curiosidad de saber porque lo afirmaba, porque estaba tan segura de tener la razón— Él se fue y FireFox también; ahora regreso y el molesto zorro también ¿Qué no es obvio? Además, son prácticamente iguales, una copia del otro. ¿Me vas a negar que tengo razón?

—A ver, a ver, a ver— detuvo el asunto poniéndose entre ambas, encarando a la rubia con una mueca de confusión que quería quitarse del rostro de inmediato— ¿Cómo que invitaste a mi ex a mi cumpleaños? ¿A caso estás loca?

No iba a admitir en voz alta que era algo que deseaba hacer él mismo; no iba a decirles lo mucho que quería volver a bailar con él una dulce y romántica canción lenta y lo mucho que le molestaban tener que irse cuando parecía que podía recuperar al amor de su vida.

—Lamento decirlo Adrien, pero él te hace falta— intervino Marinette, señalando aquello que se negaba a aceptar a pesar de lo mucho que necesitaba de regreso esa dulce sonrisa en su vida— Llevas seis años necesitándolo, me parece que es algo adecuado.

—Yo no lo necesito— mintió fingiendo estar ofendido, sabiendo que decía otra más de esas mentiras que tanto repetía— Estoy perfectamente bien sin él en mi vida.

—Aja, es por eso que solo has tenido una novia desde entonces ¿No?— la rubia tenía un punto, uno que no tenía forma de discutir; aún así, con todo el coraje que sentía, se atrevió a volver a mentir, a volver a engañar a su corazón con palabras vacías.

—Si salí con una sola chica es porque espero la llegada de la persona indicada— gruñó cruzándose de brazos, fingiendo estar totalmente ofendido al respecto— Ya no lo necesito, estoy muy bien viviendo mi vida ahora mismo, ahora que ya no está en mi vida.

Mientras él discutía sobre si lo extrañaba o no, cerca de aquella mansión, caminando con calma por las calles de la cuidad, el joven pelirrojo dejaba salir lamentos lastimeros a un azabache escucha que solo podía estar a su lado como el hbro en que podría llorar.

—Es decir, puedo hacerlo. ¿Verdad? Puedo volver a verlo vestido de traje, y volver a bailar con él pero… ¿Qué más va a pasar?— se alborotó un poco en cabello, frustrado, enojado por no saber realmente que iba a hacer en cuanto tuviera que enfrentarse nuevamente a una velada a su lado— Ni siquiera sé que voy a regalarle. ¿Y si lo que le doy no le gusta? ¿O es algo que ya tiene? Puedo darle una pintura, pero…

—Vamos a parar un momento y respirar tranquilamente ¿Si?— pidió deteniendo su caminar y empujando al pelirrojo hacia el.patque en que solían reunirse siempre después de clases a charlar sobre ideas para antiguos cómics que jamás vieron la luz— ¿Qué es lo que tanto te preocupa?  Por como sucedieron las cosas, estoy bastante seguro que cualquier tontería que consigas le va a gustar.

—No lo estás entendiendo Marc— lamentó echando la cabeza hacia atrás, soltando un suspiro de desesperanza que daba lastima. El azabache negó suavemente, esperando a la continuación de su lamento— La última vez que nos vimos, me regaló este brazalete; estoy seguro que es de oro o está bañado en oro o algo. El punto es que es valioso, y aunque no será la primera vez que nos veamos, quiero darle algo que valga lo mismo, que signifique tanto como este ridículo brazalete.

—Entonces dale algo que sea solo tuyo, que solo ustedes dos comprendan su valor— aconsejó sacando un cuaderno de la mochila que cargaba, buscando una página en blanco y anotando ideas que le iban surgiendo, bajo la atenta mirada de Nathaniel que, intrigado, hacía un esfuerzo por leer lo que el menor escribía— Mira, esta es una lista de los regalos que has estado balbuceando en la última hora ¿Por qué no eliges uno? Piensa en algo que sea valioso para ambos, algo que demuestre lo mucho que te importa.

Los ojos cyan del pelirrojo se pasearon lentamente por la extensa lista ¿De verdad había balbuceado tanto? Parecía estar planeando una boda o algo parecido. La lista era más larga de lo que hubiera imaginado, con cosas que era incapaz de costear o conseguir a tiempo ¿Qué podía hacer? La pintura era su mejor opción, tenía cientos de ellas acumuladas en su estudio, arrimadas en un rincón cubiertas por una tela, pero no sentía que fuera lo bastante especial como para transmitir el “te extrañé” perfecto que tanto buscaba.

—Una canción…— susurró al escuchar el suave cantar de una guitarra a lo lejos, una guitarra que sonaba familiar— ¡Eso es Marc!— sacudió al menor por los hombros, arrugando la lista que este había echo y confundiéndolo por completo— ¡Le voy a regalar una canción!

Lo tomó dela mano y, sin cuidado, lo arrastró hasta la fuente donde sabía que encontraría a la persona indicada para ayudarle. A lo lejos, en una ventana cubierta apenas por las copas de los árboles, un joven rubio observaba como el pelirrojo que ocupaba su mente corría muy alegremente de la mano de alguien que había formado parte de su vida a un nivel caos tan especial cómo él mismo. Suspiro rindiéndose, captando la atención de la jóvenes que aún discutían por un tema sin importancia.

—Además, él ya tiene a alguien que lo hace feliz ¿No?— el tono de tristeza con que aquellas palabras dejaron su boca causa pesar en las jóvenes, una sensación de comprensión que les rompía el corazón— ¿Por qué molestarse? Si él es feliz, entonces yo también.

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Antes de que digan nada, Marc y Nath son solamente amigos, nada más allá de eso. El tomate solo tiene ojos para Adrien aunque intenté negarlo.

¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado, porque está escrito entre el insomnio y la música, así que es una mezcla de incoherencias muy curioas.

Antes que lo olvide, el mes que viene voy a cumplir cinco años en Wattpad, y quiero celebrarlos con una dinámica que más adelante socializaré con ustedes.

Y, sin más que decir, salvó gracias por seguir aqui, me despido hasta el próximo capítulo. Ya falta poco para el final.

Nos leemos luego :)

Es Cuestión Del Destino|AdriNathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora