Sex Friends.

Sex Friends. Capítulos 29 al 32.

Capitulo 29:

Después de la visita de Bae y de Shou en la celda de la jefatura de policía, pasaron tres largos días más.

Finalmente fui dejado en libertad sin cargos de ningún tipo. De hecho, no tengo manchados mis antecedentes. Y debería tener un largo prontuario. Estas son solo algunas de las ventajas de provenir de una familia rica e influyente.

Mi familia remedia el caos que causo por usar la violencia extrema, pagando altas sumas de dinero a las víctimas para que no me levanten cargos.

Jamás he estado en un estrado en la sala de un juzgado. Nunca estuve delante de un juez ni de un jurado escuchando el debate entre abogados si deberían meterme preso o bien dejarme libre pagando una fianza. Tampoco me vi obligado a hacer labores sociales desagradables como castigo.

Pero esta vez ni mis padres ni mi abuela pagaron coimas o compensaciones. Fue Seung el que no presentó cargos en mi contra.

Sin que se presenten cargos de parte de una víctima de un crimen, no puede haber una formalización de cargos. Esta vez tampoco iré a juicio.

Como siempre solo tuve que dormir en una celda durante varios días, pasando frío, comiendo sopas aguadas, cremas y cafés con mal sabor, o de hecho sin sabor.

Seung me mando a decir con mi padre que desea que vaya a verlo al hospital. Mis padres están inquietos debido a esa petición por que saben que nuestra disputa continua latente. Todavía nos odiamos.

En cuanto entro en la sala privada de pacientes en recuperación del hospital, dónde esta Seung, veo a mi madre acompañada por mi abuela que se muestra seria y silenciosa, pero con una expresión severa. Mi abuela me observa con rabia, de pronto se adelanta para salir del cuarto sin dirigirme la palabra. Esta realmente furiosa conmigo la Ahjumoni(señora).

Mi madre nerviosa, luciendo ojerosa y demacrada ya que no ha dormido ni comido bien hace días por la angustia y por la preocupación debido al estado de salud de Seung, sale del cuarto dejándome a solas con mi hermano mayor, no sin antes rogarme con la mirada que no haga otra locura.

Mi hermano esta convaleciente, pero esta sentado en la cama, vestido con la bata del hospital, con la cabeza vendada, con la cara hinchada, morada y enrojecida. El brazo derecho lo tiene entablillado con yeso.

A solas con mi hermano le mantengo la mirada. No veo en su mirar ni una pizca de temor. No tiene terror de estar a solas conmigo aún sabiendo que todavía deseo acabar con él. Es mas, mantiene mi mirada fría con otra mirada fría y arrogante.

Esta muy sereno, muy tranquilo. Lo siento una vez más seguro de si mismo, y no es solo porque es un tipo rico que puede obtener todo lo que desea con solo chasquear los dedos. 

Su postura altanera y displicente no es porque sea orgulloso o arrogante, es algo más lo que lo tiene satisfecho. E intuyo que se muere de ganas de decirme a que se debe su animo ligero, y esa alegría sádica y perversa que le dibuja una sonrisa.

Espero pacientemente a que hable por que lo siento ansioso por soltar la lengua. Sus ojos brillan con satisfacción, y sonríe. Solo él entiende a que se debe esa sonrisa bobalicona.

¡Este tipo!. Esta realmente loco, es un sádico. Estuve a punto de matarlo y esta actuando en mi presencia como si nada hubiese pasado. De pronto me dice.

— Ya debes estar enterado de lo que sucedió en el college la semana pasada entre nuestra madre, la abuela, Sun Hee y el Director de ese colegio. ¿No es así hermanito?.

Madre me relató que ella, después de haber sido yo hospitalizado por lesiones graves, siendo tú el perpetrador de aquella paliza, se dedicó a la tarea de averiguar a qué se debió tu arranque de ira. Pero aún antes de ello ya estaba pensando en hacer una visita al college para conocer a la chica de los rumores que la vinculaban conmigo.