-Como te has quedado...-Dijo Tobias carcajeándose en mi cara y repitiendo la misma mueca que había hecho yo minutos antes.
No dudé en darle todas las veces que me hacía falta en el hombro, así desahogaría el momento estresante que había pasado. Él parecía no sentir nada así que seguí dándole hasta que me levantó con brazo y me miró serio mientras negaba con su cabeza.
-Me has asustado sobre todo cuándo has recreado esas risas malvadas, esos ruidos extraños y ese algo que me rozaba.-Le confesé yo temblorosa.
-¿Que? ¿Algo te rozó??-Él me miró cómo si no supiese de que hablaba.
-Si, algo así como una mano humana.-Dije yo asqueada.
-Pero Peyton... Acabo de llegar. Vi como las luces de tu cuarto se apagaron de golpe y vine deprisa a asustarte.-Me dijo él. No parecía ser que estuviera mintiendo lo que me puso mucho más nerviosa de lo que ya estaba.
-Entonces me estás diciendo que... ¿lo demás si era real??-Dije yo volviendo a mi cama con mi mantita de estrellas.
Empecé a temblar de miedo, no quería seguir atormentada. Empecé a hacerme bolita y antes de llegar al suelo Tobias me sujetó por los hombros.
-¿Estás bien??-Me preguntó él mirándome directamente a los ojos. Me intimidaba mirar directamente en aquellos orbes que tenía por ojos.
-....-No pude contestarle, el miedo se apoderaba de mi.
-No debes tener miedo, debes ser fuerte. Lo mejor es que vengas a dormir con nosotros.
-Pero...
-Peyton. Hazlo por tu bien. Si no..Te volverás loca.-Dijo él imitando los gritos y muecas que yo había hecho antes. Me hizo reír, un acto que valoraría mucho pues lo de las voces me hacía ser muy paranoica.
Cogí mi mochila y la llené de todo lo que iba a necesitar mañana. Al terminar cogí mi cargador, mi móvil y dejamos la casa a oscuras.
Tobias había dejado abierta la puerta y pudimos entrar a casa de Noah. Su madre ya no estaba lo que quería decir que eramos responsables de todo lo que pudiese ocurrir.
-Chicos.-Dijo Tobias. Eliot y Noah estaban demasiado concentrados jugando a las cartas como para escucharle. Él carraspeó.
Nadie dijo nada, pero me di cuenta que por una vez Eliot estaba sonriendo divertido. Nunca había visto una sonrisa tan bonita y ni hablar de como se le iluminaba el rostro. No llegaba a entender porque se volvía tan serio cuando yo estaba alrededor pero me entristecía que fuese tan desagradable conmigo. Su pelo gris estaba alborotado y debajo de sus ojos se creaban unas arruguitas bastante tiernas. Sus mejillas estaban rosadas y sus labios parecían haber tomado color. Me sorprendía saber que aquel Eliot era el mismo que me odiaba.
Dejé mis cosas en el sofá y me senté con ellos. Me senté al lado de Eliot.
-Debes poner esta carta para que así él coja más cartas y tu ganes...-Le susurré yo sin darme cuenta. Este me miró como si se acabase de dar cuenta de que yo estaba presente y su sonrisa desapareció. Su tono se oscureció.
Presencié un Déjà Vu que en unos instantes me hizo recordar algo que no quería. Me recordó que ellos eran Hamptons y yo una Brook. Me moría por saber que ser féerico eran ellos. Y llegaba a entender el odio que Eliot derrochaba en cuanto a mi.
-Peyton se queda con nosotros.-Dijo Tobias seriamente, como si se estuviera dirigiendo a alguien. A Eliot pareció no gustarle la noticia, se levantó bruscamente y tiró todo al suelo asustándome. Él subió las escaleras y se fue a dormir.
-No te preocupes él es así. Por cierto, ¿dónde dormirás?-Cuestionó Noah.
-Creo que dormiré aquí mismo si no os importa.-Le dije a Noah.
-¿En el sofá?
-Ahá.-Confirmé yo. Noah subió a traer mantas y bajó bastante deprisa. Me dio una manta para taparme pero yo se la devolví riéndome y me tumbé.-Tápame.
-Ya eres mayorcita...-Dijo él. Le hice un gran puchero para que no pudiese irse sin antes taparme.
-¡Porfii!-Supliqué yo. Nos reímos y cuándo Noah me tapó, apagó las luces.
Me acomodé y solté un largo suspiro, habían sido unas semanas muy agotadoras. Intenté cerrar los ojos en vano. Hasta que pasaron unos cuántos minutos y finalmente me dormí.
Empezaba otro nuevo día. ¿Podría ser este mejor que los demás? No lo sé. Tocaba averiguarlo.
Me moví para levantarme e ir a lavarme la cara pero lo único que conseguí fue rodar en el sofá.
En un abrir y cerrar de ojos caí. Pero no en el suelo, sino en algo blandito y con pelo.
-Ouch!
-Pero... ¿que es esto?-Declaré yo. En el suelo habían las tres personas que todos conocíamos. Me había caído encima de Eliot, al lado Tobias y Noah el último. Estaba en una posición bastante peculiar, tenía las piernas encima del sofá y la otra mitad de mi cuerpo encima de Eliot y Tobias. Estaba boca arriba. Temí por mi vida, ya que Eliot no es de lo más fácil que hay.
Los chicos estaban jugando a la consola, reposandose en el sofá. Noah y Tobias esquivaron mis pies pero el pobre y terrorífico Eliot, no.
-Levanta.-Habló Eliot todo amenazante. Los chicos me miraron.
-¿Palabra mágica?-Ironicé yo. Noah abrió los ojos asustado y le susurró a Tobias "habrá sangre".
-Levanta o ya verás.-Volvió a repetir él. Asentí con la cabeza y decidí hacerle caso. Los chicos se pasaron la mano por la frente asustados tanto como yo.
Me levanté y sacudí toda la mugre que había en el sofá, escuchando quejas de los chicos. Nadie quiso moverse. Tras esto, doblé las mantas y sábanas, las llevé arriba y fui a prepararme.
Mientras lo hacía, no podía parar de pensar en ¿que aventuras nos tocarían ahora?
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Susúrrame tu nombre ©
Teen Fiction-Peyton no quiero que mueras.-Sollozaba Eliot. Tobias, detrás de él, estaba al borde de las lágrimas. Noah Y Gregor solo me miraban tristes, arrepentidos de lo que estaba ocurriendo. -Lo sé, pero soy la única que puede salvaros. Sobre todo después d...