Extra 1

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Nueve meses antes.

—He dicho que no, Alonso.

Alonso bufo molesto y rodó los ojos, cosas que hizo que ___ sonriera como lo hacía desde hace un mes. Cuando contrajeron matrimonio. Después de haber pasado por demasiadas cosas, ____ Mouque estaba siendo feliz con un hombre que la ama y la atesora demasiado.

—Un mes a pasado desde la boda y ni un baile erótico me gané.

Y eso era verdad, había decidido totalmente que después de eso sé entregaría en total alma a Alonso y si eso era olvidar la pasión por el baile, lo haría. No quería que el pasado arruinará mi vida como lo había hecho mis cuatro años, porque justamente ayer había cumplido mis veinte años.

—Si te portas bien —empecé con mí sensual voz. —Puedo darte un baile de esos que quiere, el día de tu cumpleaños.
—¡Falta cinco meses! —protestó, sonreí.
—¡Oh! No te preocupes, seguramente que tendrás que soportarlo, tengo que poner la coreografía, el vestuario y la escenografía. Nada difícil —contesté.

Ninguno de los dos dijimos algo más y el sueño empezó a hacerse más pesado, sentí las manos de Alonso enlazarse en mi cintura y fueron cuestión de segundos en los que caí profundamente dormida con e amor de mi vida.

(...)

—Amor —habló una voz ronca. —Oye, amor. —volvió a hablar, pero note un poco de preocupación en su voz. —___, por favor despierta —volvió su voz. Abrí los ojos Encontrándome con esas orbes azules que tanto me encantaba, pero esta vez tenían ése toqué de preocupación.
—¿Qué pasa? —pregunté. Alonso señalo con su dedo índice la cama y me asuste de inmediato.

Había una gran mancha roja en las sábanas grises de nuestro colchón matrimonial, levanté la vista hacia Alonso y ví algo más que preocupación. Confusión.

—Es demasiada sangre para que sea tu menstruación —dijo.

Ahogué un grito se dolor cuando intenté levantarme, mi abdomen bajo dolía, dolía demasiado.

—Alonso —lo nombré. —Me duele —lloriqueo.

Alonso debió haber visto que en verdad dolía demasiado, porque no le tomó demasiado tiempo en tomarme en brazos y llevarme a un hospital. Durante el camino, se le notaba tenso y preocupado, sus nudillos se marcaban perfectamente blanqueados al volante, se pasaba los altos al ver que no había autos pasando y de vez en cuando su respiración se agitaba.

—Amor, creo que lo mejor es que te tranquilices.

Incredulidad. Su mirada tenía incredulidad, sí, yo también hubiera hecho los mismo que él cuando mi pareja me dijera eso.

—¡Ayuda! —gritó desde el estacionamiento. Rápidamente unos enfermeros se acercaron. —Le duele la parte baja del abdomen y está sangrando —contestó después de que el enfermero le preguntara que tenía.

Cinco hora después Alonso estaba manejando de regreso a casa, me habían tenido en observación. Ninguno de los dos podíamos siquiera meditar palabra, ambos nos encontrábamos en estado de shock, había sufrido un aborto espontáneo.

La doctora nos había explicado que esto se debía a que mi matriz aún no estaba lista para un embarazo normal, y que aparte mi óvalos no ovulaban bien. Si en caso de querer tener un bebé tenía qué someterme un tratamiento médico, controlada totalmente.

—Te amo. —dijo Alonso, después entrelazó nuestras manos y depositó un tierno beso en mis nudillos.

Mi Bailarina Favorita |Alonso Villalpando| (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora