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—Ahora que estamos aquí, calmados y relajados, ¿Me vas a decir qué te pasó en el rostro? —pregunta Elijah, sacando frituras de un cajón.

Aubrey tiene una línea gris en la mejilla, como una cicatriz, pero realmente es como una quemadura que ya sanó.

—Tú ya lo sabes. —murmura, jugueteando con otro cajón.

—No lo sé con exactitud, pero puedo deducir que un humano no te hizo eso. —Vierte las frituras en un tazón.

—Tengo muchas dudas, Elijah. —suelta, sentándose en un taburete.

—Dime. —se sienta frente a ella, comiendo.

—¿Conoces a Rabakha?

—Uh, por supuesto, es mi padre. No es como que lo vea todas las noches después del trabajo. Las cosas no funcionan así para nosotros. Lo he visto un par de veces, nada más.

—¿Un par de veces?

—Sí, le hemos visitado unas pocas veces. Realmente se siente bien. Estar en casa, me refiero. Rabakha es un señor bastante prestigioso.

—¿Él si es un hombre? —frunce el ceño.

—¿Qué? ¿Pensabas que cuando decimos que el Sol es nuestro padre, lo decimos tan literal? —él suelta una risa— No, Aubrey.

—Bueno, ¡Es que ustedes no me explican nada!

—Rabakha es el rey del Sol. Ya sabes, El Sol no es un planeta, es una estrella, científicamente. Y es cierto. Pero al decir que El Sol es nuestro padre, no nos referimos a la estrella. La estrella es de Rabakha.

—Siento que he vivido en la completa ignorancia. —le saca la lengua de manera juguetona.

—No he visto a Rabakha mucho, pero sé cómo es él.

—¿Y cómo es él?

—Bueno... puede ser muy intimidante, pero es bastante generoso cuando quiere y le conviene. Es formal y esta chapado a la antigua. A veces suele ser muy frío y distante, pero nunca nos ha dejado en la deriva. No está mal. —se encoge de hombros.

—¿Yo algún día le conoceré?

—Sí. —suelta una risa al ver el rostro de pánico de ella.— ¿Otra pregunta?

—Ah, sí. Es acerca de... creo que descrubí mis habilidades.

Aubrey empieza a relatarle todo lo que ha pasado, cómo se ha defendido y lo que ocurrió en el accidente de auto. Elijah enarca sus cejas con cada detalle que ella le cuenta. Parece bastante sorprendido.

—Nunca había escuchado algo así, que se pueda controlar espacio-tiempo. Y, ¿Esos anillos? Vaya, ojalá los hubiera heredado yo.

—¿Por qué? ¿Qué es? —pregunta, muy interesada.

—Se llaman Los Anillos de Rabakha. Tienen un poder inmenso. Un día sabrás el por qué, te darás cuenta tú sola. Hombre, esa si que es suerte. —Elijah toma la mano de ella y examina sus dedos. Aprovecha a sentir su tacto.— Pero debes controlarlo, saber manejarlo. Seria muy mal si no aprovechas el cien por ciento de ese poder. Nosotros somos fuertes, y podemos contra Arantza y sus hermanos, pero Kilian es otra cosa. Admito que él tiene una fuerza que va más allá de nosotros. Pero tu fuerza, se puede comparar con la de él sí sabes cómo utilizarla. Él tiene años de experiencia... y tú nada.—hace una mueca.

—¿Por qué?  —pregunta, sin reparar en que él la tiene de la mano. Está mucho más interesada ya que se trata de Kilian.

—Bueno, Kilian tiene una sola habilidad. Pero esa habilidad, le permite crear una copia exacta de otras habilidades y hacerla suya. Ya sabes, "encuentro una habilidad genial, la quiero, la copio, la hago mía y la uso" —hace una cara de asco— Maldito bastardo. A eso se le llama Empatía Mímica, y a raíz de eso, él tiene otras habilidades. Cualquier ser sobrenatural tiende a heredar una o dos habilidades, pero él heredó una que le permite hacerse de cuántas habilidades él quiera.

—Entonces... ¿Él podría venir a mí y copiar mi habilidad, y utilizarla? —pregunta, asombrada.

—Exactamente. —Él deja las manos de ella para seguir comiendo.

—¿Y cómo haría él eso?

—Uh, tú lo pediste, nena. —le guiña un ojo y se quita la camiseta.

—¡¿Qué haces?!

—Nada, sólo te muestro. —Elijah se gira, mostrandole su espalda, perfectamente hecha y con músculos. En su espalda, justo abajo de su cuello, en el centro, él tiene una marca. Un sol y dentro, un yin yang.

 Un sol y dentro, un yin yang

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—Wow, es... realmente bonito. —Aubrey se pone de pie, y toca ese símbolo. Al tocarlo, el símbolo brilla, como si fuera oro puro. Una corriente eléctrica recorre ambos cuerpos.

Elijah se voltea. Aubrey mira su pecho, sus brazos y su cuello. Es un poco voluptuoso. Aubrey traga saliva y se aleja, pasándole su camiseta.

—Así es como son las cosas. Kilian se conecta con este símbolo y te roba todo lo que tienes.

—Wow... es impresionante, hasta cierto punto. ¿Puedes contarme acerca de la Luna?

—Sí, pero será mañana, pequeña. —se coloca la camiseta— ¿Ya viste la hora?

—No.

Aubrey mira su reloj de mano, viendo que son las 10 pm.

—Joooo, pero si ya es noche. Debería irme a dormir.

—Sí, porque mañana vamos a entrenar. Ahora que sabemos tus habilidades, vamos a trabajar un poco en ellas. Aunque, a la hora de la batalla, tu instinto se activa y tus habilidades actúan por supervivencia.

Aubrey empieza a caminar a su habitación y asiente ante las palabras de Elijah. Al llegar, ella abre la puerta y se recuesta en el marco, viendo hacia afuera. Elijah la siguió y se acomodó en la pared del pasillo.

—¿Cómo fue tu infancia? —pregunta ella, de repente.

—No creo que a eso se le llame infancia. —responde serio, algo inhabitual en él— He entrenado casi toda mi vida para pelear. Recuerdo que yo siempre fui el más rebelde, el que faltaba a los entrenamientos o el que se la pasaba comprando juguetes para Mason y Malcom, porque pensaba que ellos necesitaban diversión. Me la pasaba haciendo bromas... pero un día caí en cuenta que castigaban a mis hermanos por mis actos. Y deje de hacerlo. Cuando empecé a portarme "bien", papá empezó a visitarnos más, e incluso pasó con nosotros en nuestro cumpleaños. Pero la rutina nunca cambió. Parecíamos militares, secuestrados por el gobierno.

Aubrey, inmediatamente se arrepiente de haber preguntado. No sabe qué responder a eso, así que toma su mano y lo jala, adentrandolo a su habitación. Elijah mira sus ojos, preguntándose qué hace. Aubrey se acuesta en la cama y Elijah le sigue. Aubrey le da la espalda y apaga la lámpara de la mesa.

—Te quiero, Elijah. Eres como el hermano que nunca tuve.

Aubrey cierra sus ojos y se duerme, dejando a Elijah con las palabras en su mente y sin poder sacarlas. Hasta que ambos caen en un sueño profundo, manteniendo distancia entre ambos.

Son Of The MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora