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—Mmmm...

Aubrey abre sus ojos lentamente pero la fuerte luz le daña sus ojos, por lo que los vuelve a cerrar con una mueca. Intenta removerse en la cama pero se da cuenta que no puede hacerlo. Asustada, abre sus ojos sin importarle la luz.

Su corazón empieza a latir fuertemente y miedo inunda su pecho. Se encuentra en una camilla de hospital, sus pies y manos atados a la camilla. Se encuentra en una bata blanca... Ella piensa que esta en un hospital, pero los recuerdos llegan de golpe: Malcom en su casa, viéndose siniestro y con una mirada loca.

Con exasperación, mueve sus manos y pies esperando soltarse, pero es en vano. La habitación es blanca, parece un manicomio. La habitación está dividida en dos, y la divide una pared de cristal. Al mover su mano, le duele y su mirada cae en su brazo, lo recorre hasta ver un catéter dentro. Sube su mirada... y ve que le están proporcionando suero.

Pero no es suero... es un líquido amarillo.

—¡Ayuda, alguien por favor! —grita, espantada.

Vuelve a moverse pero escucha que una puerta se abre. Aparece Malcom al otro lado de la habitación, detrás del cristal.

—Qué bueno que despertaste.

—Maldito bastardo, ¿Qué quieres hacerme? —su mandíbula se tensa con rabia.

Malcom guarda silencio y abre la puerta colocando su huella para poder abrirla. Entra y se acerca un poco a Aubrey.

—Solo trato de hacerte perfecta. —se acerca más y revisa que el suero amarillo corra por el tubo hasta Aubrey.

—¡Déjame ir! ¡Idiota! —vuelve a gritar.

—Si te vas a comportar de esa manera, te pondré anestesia. —amenaza.

Sudor helado corre por la frente de Aubrey y un escalofrío le recorre el cuerpo. Solo ruega que alguien la salve... o que simplemente no le hagan daño.

—¿Elijah... sabe? —Pregunta con la respiración agitada.

—Por supuesto —asiente con la cabeza—, fue su plan.

—¿Esto es una broma? —mira con miedo a Malcom.

Malcom suelta una risa sarcástica.

—Claro, y saldrás en televisión.

Nuevamente Aubrey se mueve, alterada, tratando de soltarse y grita, moviendo su cabeza a ambos lados. Está asustada y en lo único que puede pensar es en Adela, su amiga y en Kilian.

A parte de estar asustada, se siente traicionada por Elijah, quien era la persona más cercana de los tres hermanos.

Kilian tenía razón... debí alejarme de ellos, ellos son los malos... ¿Que harán conmigo? ¿De qué manera les sería útil una chica patética como yo?

—¡Quédate quieta! —la mano de Malcom impacta con la mejilla de Aubrey.— No aprendes rápido, amor, pero deberás mantenerte quieta.

Aubrey chilla ante el impacto, y se queda paralizada ante cómo la llamó: amor.

—No quiero forzarte a nada, así que tú tranquila.

—¿No quieres forzarme a nada? Es lo más estúpido que has dicho. —dice entre dientes.

Son Of The MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora