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—Ag, vamos, Aubrey, ¡Con fuerza, mujer! —Le gritó Elijah a Aubrey.

Aubrey estaba tan sudorosa a más no poder, utilizaba un short deportivo y una camiseta corta. Frente a ella, estaba Mason, utilizando ropa deportiva, también. Mason no tenía ni una sola gota de sudor.

—Tal vez si fueras tú mi oponente, pegaría mucho más duro.

Ante ese comentario, Mason soltó una carcajada. Él sabía que Elijah estaba coladisímo por Aubrey.

Aubrey aprovecha ese momento de relajación de Mason y le lanza una patada a la altura de las costillas, golpeando a Mason. Este, sin inmutarse, le toma por la pierna y con una pierna le da un puntapié, haciendo que Aubrey caiga al suelo como un saco de papas.

—Maldición, eres de hierro, Mason. —Se queja Aubrey, adolorida.

—Basta de esto, vas con el saco. Y después vas a comer mucho, estás toda flacucha. —Ordena Maso.

Aubrey se levanta y camina al saco de boxeo, donde empieza a lanzar puños. Quizás porque ya no es del todo humana, sus nudillos no dolían nada. Mason se va del gimnasio, quedando solo Elijah, quien se acerca a ella con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Flexiona las piernas, mueve el tronco de tu cintura. Brazos firmes. —Le indica Elijah y Aubrey solo obedece.

—Dios, quién diría que es tan difícil luchar. —Aubrey se detiene un segundo, pero luego bombardea el saco.

—Así, más fuerte, Aubrey.

—¡Ag! —Gruñe, lanzando un puñetazo que envía el saco lejos de ella y rompiendolo.

Elijah aplaude con una sonrisa. —¡Lo lograste! Eso es, debes seguir golpeando así. Te aseguro que si golpeas así a Mason, le va a doler.

Aubrey se mantiene callada, por un momento ella vacila, pensando en Kilian.

¿A Kilian también le dolería si le pego así? Sería genial verte para darte un buen puñetazo en la cara, por dejarme aquí. Ya han pasado dos semanas y él no regresó por mí. Puff, bastardo.

—Aubrey, deja de pensar tanto. —Elijah pone los ojos en blanco.

—¿Uh? —Le mira.

—Dije, que te alistes, este entreno no termina aún. Necesito que seas ágil, Aubrey. Podrían lanzarte hasta un rayo super veloz y debes esquivarlo. —Elijah estira su mano y sobre las colchonetas aparecen círculos de energía amarilla— Ve y súbete al primero.

Ella corre al primer círculo y sube. Siente una fuerza interna.

—Vale. —continúa Elijah.— Esto es simple, como un vídeo juego, ¿Ok? Vas a ir saltando lo más rápido posible hasta llegar al otro extremo.

—¡De acuerdo!

—¡Uno... dos... tres... YA! —Grita Elijah.

Aubrey salta al siguiente círculo amarillo, pero de pronto nota que el círculo que ella toca, se desvanece rápidamente.

—¡¿Qué diablos, Elijah?! —grita.

—¡SALTA!

Y Aubrey salta justo un segundo antes de que desaparezca la base en la que está parada. Salta a la siguiente, cayendo de rodillas. Sin darle tiempo a pararse, vuelve a impulsarse y cae a la siguiente, parándose rápidamente y saltando hasta llegar al final. Aubrey queda en el suelo, acostada y respirando fuertemente.

—Te dije que era como un vídeo juego, ¡Eso suele pasar ahí!

—Debiste... advertirme. —Logra decir entre cada respiración.

—Uno nunca sabe qué pasará. Ahora, levántate. Vamos con la siguiente prueba.

—¿Qué? ¿Hay más? —suspira.

—Claro que sí, levanta tu lindo trasero, ahora.

Aubrey a regañadientes, se levanta. Elijah le lanza una botella de agua y ella bebe como si toda su vida dependiera de ello.

—¿Tú también entrenabas así? —Dice ella mientras deja la botella en el suelo.

—Ajá. —Elijah sonríe al verla así. Inclusive así, él la ve bonita.— Ven acá. Vamos a hacer algo similar, vas a esquivar cada rayo que te lance.

—¿Qué, acaso tú estás loco?

—Un poco, pero por ti.

—A ver, chaval, deja de coquetear conmigo. —Aubrey le señala con un dedo.

—¡Vale pero no te alteres, mujer! Por todo el infierno, que ruda eres.

Aubrey le saca la lengua y Elijah se ríe. Así ha sido todos estos días. Elijah ha tratado de acortejarla pero ella no acepta ni uno solo, sin embargo, se están llevando muy bien.

De pronto, Elijah le lanza un rayo. Aubrey grita y gira en el suelo. Ese movimiento solo motiva más a Elijah, quien le sigue mandando rayos y Aubrey corre, saltando y luego ve uno que va directamente a su cara. Se lanza hacia atrás, formando su espalda en un arco y viendo pasar el rayo por encima de ella. Elijah lanza otro rayo, y Aubrey pone sus manos en el suelo, aún con la posición en arco, y sosteniendose con sus brazos, se impulsa y eleva sus piernas, dando una vuelta completa y quedando de pie.

—¡Vaya, eso estuvo genial! ¡Como Mortal Kombat!

—Cállate, tonto. Eso ha gastado toda mi energía. Necesito comer.

—Bueno, voy a pedir comida. ¿Qué se te antoja?

—¿No podemos salir a comer? Estoy harta de estar en esta mansión.

—No creo que eso sea conveniente, hay mucho peligro afuera.

—Pero si tú estarás conmigo. —Aubrey hace una mueca.

Pero la verdadera razón era que, si Aubrey salía y era vista, alguien le diría a Kilian. Y si ella salía, significaba que ella ya estaba bien.

—Lo siento, Aubrey, pero no podemos. —Elijah frunce sus labios, viéndola tristemente.

—No tengo apetito. —sin decir más, Aubrey le da un puntapié a la botella de agua y sale disparada a la otra esquina del gimnasio, mientras ella se va a su habitación en silencio.

Elijah rasca su cabeza, alborotando su cabello. —No puedo dejar que él te vea. —Piensa para sí mismo— Y Aubrey no debe verlo, correrá  a sus brazos, literalmente.

Mientras Elijah ordena sushi, Aubrey maldice en toda la trayectoria hasta cerrar de un portazo la puerta de su habitación.

—Estoy cansada de estar aquí. —Reniega— Me estresa, me aturde, maldita sea. —Con odio abre la regadera y nivela la temperatura del agua.

Se deshace de sus ropas sudorosas y se mete debajo del agua, limpiándose con jabón y shampoo. Al terminar, envuelve una toalla en su cabello y otra al rededor de su cuerpo. Sale y busca su pijama en el armario, cuando alguien toca la puerta.

—No me importa quién sea, váyase.

—Tengo una propuesta para ti, Aubrey. Déjame contartela. —Es Elijah.

—¿Propuesta acerca de qué? —Pregunta cautelosamente.

—Acerca de salir.

—Aguanta.

Rápidamente se pone su pijama, se quita la toalla del cabello y abre la puerta.

—Ajá, habla. —Aubrey trata de demostrar desinterés, pero por dentro esta muy emocionada.

—Comemos sushi aquí...

Pero Aubrey le interrumpe —: Ag, vete por donde viniste.

—¡No seas tan acelerada! No he terminado. ¿Puedo seguir? —Elijah finge estar resentido.

—Adelante. —pone los ojos en blanco.

—Y después de comer, vamos a un bar. A bailar, beber, disfrutar.

—Déjame pensarlo. —Le cierra la puerta en la cara un momento, pero después la abre. Elijah tiene cara de poker.— ¡Acepto! —Y por impulso, se le lanza encima a abrazarl

Son Of The MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora