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Aubrey cierra todas las ventanas, se asegura de que cada ventana está cerrada con llave y cierra la puerta, se esconde en su habitación y cierra la puerta, también. Su corazón late a mil y su espalda es invadida por corrientes de escalofríos.

-¿Qué demonios? -Susurra Aubrey, cuando se ha metido a la cama y se cubre con la cobija.

»No, seguro es mi imaginación. ¿Cómo alguien estará viéndome por la ventana? Además, ¿Cómo es que se lanzó? No, estoy loca. Ya, duérmete. -Habla consigo misma.

Apaga las luces y se obliga a cerrar los ojos y dormirse. Pero solo ve un fondo azul muy brillante. Abre sus ojos, y mira hacía nada en específico. Se olvidó hasta de contestarle a Adela, pero en estos momentos no quiere hablar con nadie. Trata de ser valiente y pensar que nada malo está pasando. Vuelve a cerrar sus ojos y está vez, sus párpados se sienten pesados, y cae en un sueño profundo.

A la mañana siguiente, justo a las 9:00 am, la puerta suena. Aubrey estaba complacida por lo mucho que había dormido, por que cuando trabajaba con Tony se levantaba a las 6:45 am. Con pasos arrastrados y cara de sueño, abre la puerta.

-¿Qué? -Dice, sin ver exactamente quién está afuera.

-¿Quieres galletas? Vendo galletas.-Dice una voz chillona.

Aubrey baja la vista y ve que es una niña Scout, con su pequeño uniforme y le tiende unas galletas.

-¿Me despertaste solo por unas galletas?

-Vendo galletas. ¿Quieres galletas? -Vuelve a decir la niña, con una sonrisa.

-No, no quiero.- Y cierra la puerta.

Camina hacia su pequeña cocina, donde se prepara cereal y se dispone a desayunar.

La tarde se la pasó leyendo artículos y libros que Adela en cierto tiempo le regaló, podría decirse que fue un día productivo. Pero era su primer día de trabajo y no podía faltar, así que se baño y se vistió, luego se fue al casino Grand Splendid.

-Hola, Aubrey.- Le saluda Elijah, que la encuentra justo en la entrada.

-Hola, Elijah.

-Hey, Max.- le dice al tipo rudo que cuida la entrada.- Mira, ella es Aubrey, desde hoy trabaja aquí.

Max no saluda, solo asiente con la cabeza. Elijah empieza a caminar y Aubrey le sigue.

-¿A caso Max no habla? -Le pregunta Aubrey.

-No, bueno, sí. Pero solo cuando la situación es importante.

-Vaya, qué grato.

-No te lo tomes a mal, él es así. Además, es excelente como guardaespaldas. Sigueme.

Elijah lo dice, pero Aubrey le sigue desde la entrada. Aubrey no deja de sorprenderse por la hermosa estructura.

-Debería ser más amable.

-Supongo, pero no podemos obligarle a eso cuando queremos que él expresé temor.

Ambos entran a la oficina, que está sola.

-¿Dónde están tus hermanos?

-Salieron. Los trabajadores suelen llevar un mismo uniforme, así que te conseguí este, estoy seguro que es de tu talla.- Le da a Aubrey el atuendo perfectamente doblado y se sienta frente al escritorio.

-He... vale... ¿Dónde puedo cambiarme? -Pregunta, incómoda.

-Ah, sí. Ahí hay un baño.-señala un baño que está dentro de la oficina.

-¿En serio crees que me cambiaré ahí, contigo aquí?

-Aubrey.-Suspira.- ¿Por qué la desconfianza?

-Eres un desconocido.- se encoge de hombros.

-Mira, eres guapa pero no abusare sexualmente de ti si eso es lo que piensas. No pasará nada a menos que tú lo permitas.

-Ignoraré tu comentario.

Camina y entra al baño, que es ma grande que su habitación. Y cierra con llave. Observa el atuendo y no es tan mal, se lo pone y... resalta cada parte de su cuerpo que debe ser resaltado. La camisa es blanca, formal, de manga corta y con cuello en forma de V, aunque no es muy escotado pero resalta muy bien sus pechos, sobre su ceno derecho están las palabras bordadas: Grand Splendid, con letra cursiva. El pantalón es negro, también formal, pero se ajusta a sus piernas perfectamente y le resalta su trasero. Se ve muy sexy y a la vez formal. Aubrey, sin tener espejo en el que verse, sale con sus ropas en mano. A Elijah se le cae, literalmente, la mandíbula al ver lo guapa que se ve. Él sabe que tomó la decisión correcta con las medidas.

-Listo. Pero no tengo zapatos.

-¡Ah, sí! Sí, sí.-Dice, anonadado.- También conseguí estos. De esos sí que no estoy seguro si elegí la talla correcta.- Le entrega una caja de zapatos.

Aubrey saca de la caja unos zapatos de tacón negro, ella nunca se ha puesto zapatos tan altos.

-Me voy a caer con estas cosas.- mira con horror los zapatos.

-Falta una hora para abrir, puedes practicar. Quédate aquí, vengo en unos minutos.

Aubrey ni siquiera contesta, se prueba los zapatos y sí, son de su talla. ¿Cómo es que él sabe mi talla? Seguro está experimentando en regalarle cosas a cada ligue, pero yo no seré su ligue, piensa Aubrey a la vez que camina de allá para acá con los zapatos y se tambalea unas veces.

-Parezco bambi recién nacido.- Gruñe.

Se estabiliza y camina lo más recto posible, hasta que logra caminar perfectamente. No, no perfectamente pero ha mejorado.

-¡Guau, Aubrey! -Exclama alguien a sus espaldas. Malcom.

Aubrey voltea, ahí está Malcom vestido con un esmoquin azul.

-Hola, Malcom.

-¡Te ves hermosa! ¿Lista para tu primer día?

Malcom entra y se sienta en la silla de cuero.

-Mmmmm... gracias.-Duda.- Sí, estoy lista.-Sonríe.

-Siéntate un momento.

Aubrey se sienta frente a él.

-Vale, el casino siempre se llena. Hoy no harás mayor cosa que supervisar y repartir bebidas, pero vas a repartir bebidas en el casino y solo en el casino serán gratis. El alcohol en la discoteca no lo es, ¿Vale? -Aubrey asiente.- Hoy trata de ambientarte, conocer las personas, saber más o menos cómo funciona.

-De acuerdo.

-Elijah estará en alguna parte afuera, si tienes una duda y lo ves, le preguntas. Elijah siempre sale a tontear por ahí. Venga, te mostraré la cocina, donde se sirven los tragos y demás.

Malcom lleva a Aubrey por los pasillos, Aubrey trata de memorizar cada zona, cada atajo para no perderse. Al final, llegan a un gran salón: la cocina. Ya hay trabajadores y Malcom les llama.

-¡Hola! Miren, tienen una nueva compañera de trabajo. Su nombre es Aubrey y serán muy amables con ella. Eso es todo, sigan con su trabajo.- el tono de Malcom se convierte frío al hablarle a sus empleados.

Los empleados observan a Aubrey y le regalan una sonrisa, en especial una señora muy pequeña y gordita, con mejillas regordetas. Malcom se lleva a Aubrey de ahí.

-Ahí te darán la bebida y tú vendrás aquí a repartirla a quien sea que quiera.- Y abre unas puertas francesas.

Dentro es un enorme salón, lleno de juegos, las paredes son verdes y todo es lujoso. Al fondo, hay mesas de billar y todo está impecable.

-Vale, ¡A trabajar!

Elijah se va, pero regresa y toma a Aubrey de los hombros.

-Suerte, y si necesitas algo, estaré por aquí.- Sin previo aviso, le da un beso en la frente a Aubrey.

Aubrey se paraliza, pero no puede evitar que sus mejillas se vuelvan de un tono rosado. Frunce el ceño ante el acto que hizo Elijah, y le ve irse, es alto y se encuentra dirigiendo a unos trabajadores.

Son Of The MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora