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A corta edad, nadie debería ser abandonado así como así, pues a los diez años Aubrey aprendió a andar sola por el mundo, sin ayuda alguna, robando pequeños alimentos para sobrevivir. Aprendió a huir de la Policía y de las personas.

Jamás esperó que un día, sus padres se fueran al trabajo y que jamás regresarían. Tenía una nana, una hermosa mujer que vestía con mini faldas y tops, a parte de cuidar a Aubrey vendía su cuerpo para poder sustentar sus gastos. Ese día, Margaret le dijo:

-No te preocupes, cuidaré de ti.

Pero a los tres días, también la abandonó, ya que no pudo mantenerla económicamente. Hubieron muchos intentos de llevarla a algún orfanato, pero siempre escapaba. No terminó la escuela aunque hubiera deseado hacerlo, pues Aubrey siempre fue una niña muy inteligente, pero dada las circunstancias, no pudo. Y empezó a viajar y a crecer, hasta que por fin, a los diecisiete, se estableció en un pequeño apartamento de Las Vegas.

Al no haber terminado sus estudios, Aubrey siempre en sus tiempos libres enciende una vieja computadora de segunda mano que logró comprar. Y se dispone a buscar información de cualquier cosa, a llenar su cabeza de información útil que podría o no obtener en una escuela. Con lo poco que gana, logra sustentar sus gastos y entre esos, el Internet de baja calidad que había contratado. Era terrible, el Internet era muy lento pero eso no le impedía llenar su cabeza de información.

Esta vez, se acomoda en la silla de cuero negro que compró, también de segunda mano, mientras lee un artículo sobre los astros, estrellas y demás. Fija sus ojos negros en la imagen de muestra que hay sobre los astros, a la vez que decide buscar los misterios de los astros. Cada letra que yace en ese artículo, es grabado en el disco duro de Aubrey.

Su móvil vibra, indicando un mensaje y aun sin ver quién es, Aubrey ya sabe, pues su amiga Adela es la única que tiene su número y la única que le llama.

Adela: ¿Qué harás hoy? - Dice el mensaje.

Adela es la única chica con la que Aubrey tiene una relación amistosa, y pese a que Adela proviene de una familia con mucho dinero no es la típica niña mimada, de hecho, es muy sencilla y humilde. Adela ha querido ayudar a Aubrey económicamente, pero es en vano ya que Aubrey no deja. Es una chica muy orgullosa.

Aubrey: Supongo que nada. ¿Y tú?

Adela: Podrías venir a casa y vemos unas pelis.

Aubrey: No lo sé, estoy leyendo unos artículos.

Adela sabe qué tipo de vida a llevado y lleva Aubrey, así que sabe que cuando Aubrey está leyendo artículos, significa que está llenando su cabeza de información.

Adela: ¿O prefieres acompañarme a comprar un vestido?

Aubrey: Paso, paso y paso. Llegó en 15 a ver películas.

Adela: ¡Ja! ¡Lo sabía!

Aubrey al leer el último menaje, pone los ojos en blanco. Decide cerrar el artículo, apaga la máquina y se dispone a darse una ducha, para luego cambiarse a unos jeans que se ajustan a sus increíbles piernas largas, se coloca un suéter blanco y tenis. Sale del apartamento, cerrando con llave la puerta principal y sale a la calle, enfrentándose a muchos turistas.

Aubrey empieza a caminar, descendiendo por las calles de Las Vegas, hasta que a lo lejos, divisa un cuerpo de una altura considerable, cabello oscuro y revuelto, la piel del cuello es muy blanca. Aubrey sigue caminando, aunque mantiene sus ojos clavados en ese cuerpo que sobresale. Y cómo si esa persona sintiera su mirada, el chico voltea, mostrando unos grandes y bonitos ojos azules muy, muy brillantes. Aubrey quita la mirada y hace como si nada, mientras que el chico hace lo mismo y sigue su rumbo.

Son Of The MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora