11. May se enamora de un monstruo

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La elegante fachada blanca adornada de prímulas lámparas doradas era apenas el cascarón de lo que parecía ser un verdadero huevo de oro en cuanto a información se trataba. Aquel magnífico edificio hubiera sido un Hotel de Loto cualquiera para todo hijo de Atenea que se topara con él, sin ninguna duda.

- Creo que Anabeth alucinaría con esto – comentó Leo, sin despegar la vista del techo.

- ¿Cuántos libros habrá? – preguntó en un murmullo May, con los ojos muy abiertos, abarcándolo todo.

- Emmm ¿Pueden dejar de mirar como si fueran turistas? – les pregunté. En serio, se supone que no deberíamos llamar la atención ¡Y lo primero que hacen es entrar como zombies enamorados del edificio! No me malinterpreten, amo las bibliotecas, pero en serio, estaba concentrada en tratar de pasar desapercibida.

- Tranquila Cam- me intentó tranquilizar May- De seguro pasamos como universitarios de primer año ¡No nos van a sacar ni nada!

- Ejem ¡Hola! ¿Son escolares? – habló una voz detrás de nosotros.

Se trataba de un chico bastante guapo, alto y atlético. Ligeramente moreno y de cabello azabache muy ondulado. Vestía una camisa blanca y sobre ella un chaleco sin mangas con rombos en colores beige y verde. Sus pantalones eran unos jeans sencillos y combinaban con sus zapatos más o menos limpios. Llevaba una mochila colgada por un puro hombro y un par de libros bajo el brazo libre. Sip, un espécimen típico. Que miedo. ¿Dónde escondes las maruchan y el café? ¿eh?

- ¿Están interesados en nuestro plan de estudios? ¿Quisieran matricularse? – preguntó con una linda sonrisa. May se nos adelantó a Leo y a mí y contestó.

- Pues, si, somos escolares de último año ¿Nos contarías un poco de la universidad? Estamos interesados...

Con que la señorita-somos-universitarios-de-primer-año estaba interesada. ¡Como no!

- Podría hacerles un tour por el campus- dijo el chico- Por cierto, me llamo Daemon.

- Ma...Margaret, Camille y Leandro- contestó May. Al menos la sonrisa encantadora de Daemon no era lo suficientemente encantadora para quitarle todo el sentido común. Buena chica – ¿Podríamos partir por la biblioteca? Ya que estamos aquí- le pidió May con una mirada coqueta. Daemon aceptó de mala gana y comenzó a hablar.

No llevaba ni un minuto explicando cuando Leo dio su primer bostezo. Le di un codazo, pero no fui lo suficientemente "explícita", por lo que al rato dio otro. Y otro, y otro.

- Y dime, Daemon ¿Qué tanta mitología clásica se puede estudiar aquí? – le pregunté, antes de que Leo se quedara dormido en el piso tras nosotros. La mirada de Daemon fue curiosa y algo ruda.

- ¿Para qué quieres estudiar mitología clásica? – me preguntó con sequedad.

- Oh, pues. Para saber más sobre el pasado y así comprender mejor el presente ¿No?

- Neeeerd- murmuró Leo a mis espaldas. Esta vez no dudé en pisar uno de sus pies con fuerza y una gran sonrisa en la cara- Entonces ¿Dónde está esa sección o algo?

Daemon miró su cuaderno, su reloj de bolsillo, las mesas contiguas y luego me miró, sin contestar de inmediato. No estoy segura, pero me dio la impresión de que vapor salió de sus narices en ese momento.

- Por aquí está la sección de mitología clásica – contestó de mala gana- Me facilitarían la tarea si leyeran algunos libros mientras les martillo la cabeza- murmuró.

Hijos del Sol y el Fuego [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora