Nada aquí funciona si tú no estás a mi lado

1.3K 165 90
                                    

Era la hora del almuerzo del Viernes, y yo estaba feliz de saber que había sobrevivido a Bonnie otra semana.

No había ido a almorzar con los demás, por miedo a no poder soportar tanto tiempo de sus palabras, y sus miradas, sus labios, sus ojos; con la ilusión de que llegara el fin de semana y pudiera descansar un poco de esos saltos tan molestos que daba mi corazón cuando él estaba cerca. Llevaba ya diez minutos de pie frente a mi casillero, buscando algo que no sabía bien qué era, que muy seguramente no necesitaba para mi siguiente clase; suspiré, frustrado, y saqué con decisión el libro que tenía más cerca, sólo para sentir que no había perdido por completo el tiempo, mientras lamentaba el desastre en que me había convertido.

Cerré la puerta con fuerza, descargando mi enojo en ella, y de inmediato una mata de cabello morado invadió todo mi campo de visión.

—¡AH! —salté, mirando con reproche a Bonnie, que había estado escondido detrás de la puerta— ¡No hagas eso!

—Tengo una duda sobre el segundo coro de «Sol de Verano».

Extendió una mano hacia mí, con unas cuantas hojas de papel llenas de tablaturas y anotaciones; sus ojos estaban brillando, con esa chispa que tenían siempre que hacía música, o hablaba de música, o tenía la oportunidad de hacer alguna de las dos. Me obligué a apartar la vista de sus ojos, fijándola en las hojas en cambio, las tomé, con cuidado de no tomar su mano, y les eché un vistazo.

—Oh —murmuré; eran muchas ideas, dudas y correcciones, eran una larga discusión que no me sentía capaz de mantener—. Entiendo, hablaré con los otros y ya veremos el Martes...

Me giré para comenzar a caminar en dirección a nuestro salón, consciente de que faltaba mucho todavía para que la clase comenzara. Poco después escuché la voz de Bonnie intentando llamar mi atención.

—Pero, Maestro... —todo mi interior dio una vuelta completa al escucharlo decir esa palabra.

—No tienes por qué llamarme así, ya sabes —lo interrumpí, caminando más rápido para que no viera lo rojo que estaba.

Él se rió, de una forma adorable que empeoró por completo el estado de mi rostro.

—Pero, Maestro —continuó, como si no me hubiera escuchado hablar—, la presentación está muy cerca, y no siento que este solo encaje del todo con la canción...

Me alcanzó cuando estaba cruzando el umbral de la puerta, y siguió hablando de esa forma, de cosas con mucho sentido que de seguro deberían importarme más que el movimiento de sus labios, en las que tendría que estar pensando en lugar de pensar en lo suave que se sentiría su cabello contra mis manos. Me senté en mi puesto de siempre, con el cerebro totalmente descompuesto, y Bonnie terminó de arruinarlo todo sentándose justo a mi lado, algo que hasta ahora nunca había pasado.

Por suerte (aquello que no había tenido hace un tiempo), la maestra entró en ese momento y nos obligó a dejar de hablar.

—Terminamos esto más tarde —le dije en voz baja, inclinado un poco hacia su asiento—, ¿sí?

Bonnie asintió, sacó un cuaderno de su mochila y colocó toda su atención en la clase, tomando apuntes algunas veces y dibujando garabatos otras. No fue una clase sencilla para mí. Por más que lo intentara (porque lo intenté ¿de acuerdo?) no podía quitarle los ojos de encima, ni a esa forma que tenía de morder la parte de atrás de su bolígrafo, no podía evitar mirar la manera en la que su cabello caía sobre su rostro, por cuánto se inclinaba sobre su escritorio para escribir, no podía controlar las ganas que tenía de colocar esos mechones detrás de su oreja, ni apartar la vista cuando él hacía justo eso. Durante toda la hora, no entendí una sola palabra de lo que la profesora decía.

Like A Love Song (BonXBonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora