Epílogo

1K 126 29
                                    

Un año después

Bon me tenía aprisionado contra la pared, con su cuerpo pegado al mío y sus labios besándome como si quisiera hacer que los míos sangraran; mis brazos estaban alrededor de su cuello, mis manos enredadas en su cabello, intentando acercarlo más a mí (aunque sabía que no era posible) mientras las suyas sostenían con fuerza mi cadera, y se colaban por debajo de mi camisa para subir por mi costado. Bon separó su boca de la mía y comenzó a besar mi cuello, sacando sonidos involuntarios de lo más profundo de mi garganta, moviendo sus manos por todo mi pecho, y, justo cuando empezaba a soltar los botones de mi camisa, escuchamos la puerta del camerino abrirse.

Nos quedamos completamente quietos, como si eso nos hiciera invisibles, hasta que escuchamos a alguien aclararse la garganta, y nos dimos por vencidos. Por encima del hombro de Bon, pude ver a Foxy, que cerró la puerta de nuevo y se apoyó contra ella, con los brazos cruzados sobre su pecho y una sonrisa burlona.

—Debí haber apostado dinero —dijo.

Bon dejó caer su cabeza sobre mi hombro, con una risa seca, respiró profundo y se separó, para girarse en dirección a Foxy, que cambió de inmediato su expresión divertida por una de horror.

—¿Pasa algo? —preguntó Bon, con una actitud inocente que ni él se creía.

—Están hechos un desastre —nos informó—. Chica está aquí afuera, regañando a Joy porque se colocó el moño del lado equivocado —giró los ojos—. Pregunta por qué se están tardando tanto.

Esas palabras hicieron su trabajo asustándonos. Bon comenzó a organizar su ropa, mientras buscaba un peine para su cabello, y Foxy caminó hacia mí, abotonó los botones sueltos de mi camisa, organizó mi cuello y volvió a hacer el nudo de mi moño, todo mientras negaba con la cabeza y me miraba con reproche. Sonreí avergonzado, porque, técnicamente, había sido mi culpa. Aunque, Bon estaba vestido con una camisa de botones negra y una corbata roja, que lo hacían ver tan bien que, en realidad, había sido todo culpa de él.

Bon batalló con su cabello por algún tiempo, hasta que Foxy se acercó para ayudarlo, mientras yo me recogía el mío frente al espejo; atrapé su mirada en nuestro reflejo y le sonreí con picardía, porque sabía que le encantaba verme con el cabello recogido. Foxy revisó por última vez que todo estuviera perfecto, y asintió con aprobación.

—Dios —suspiró Bon, mientras volvía a acercarse a mí, moviendo las manos de forma ansiosa—. Estoy tan nervioso.

Tomó entre sus manos la púa de guitarra que colgaba de su cuello (un hábito que tenía, que lo ayudaba a tranquilizarse), y yo abrí la boca en su dirección, para decir algo, pero Foxy me detuvo, señalándome con un dedo amenazador.

—Tú no vas a hacer nada al respecto —me advirtió, y me quedé callado, con una pequeña sonrisa—. Mejor vamos, a Joy le toca el discurso inspirador.

Salimos juntos del camerino, con toda la actitud de dos personas que no han estado haciendo nada en absoluto, para dirigirnos al lugar tras bambalinas donde nos esperaba el resto de la banda.

—Pasar tanto tiempo con Chica lo está poniendo mandón. —me susurró Bon, cuando Foxy se alejó lo suficiente.

—¡Escuché eso! —gritó él detrás de su hombro.

Sonreí, y seguimos caminando, hasta que llegamos a donde Chica terminaba de rehacer el moño en el cabello de Joy, de seguro no por primera vez. Tenían puestos un par de vestidos ligeros que les llegaban hasta las rodillas, casi idénticos (excepto por que el de Chica era blanco y el de Joy era negro) y unos botines de tacón (los de Chica negros y los de Joy blancos).

Like A Love Song (BonXBonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora