A los que amas nunca se les abandona

1.3K 144 72
                                    

La noticia se expandió rápido, increíblemente rápido. Digo, si hubiéramos declarado ser un grupo terrorista, de seguro habría menos gente enterada.

Las miradas nos perseguían cuando caminábamos juntos por los pasillos, acompañadas de susurros y de risas. Pero, bueno, a mí no me importaba en lo absoluto, y, por la expresión de absoluta felicidad que tenía Bon en el rostro todo el tiempo, me atrevía a pensar que a él tampoco. Además, Foxy y Chica siempre estaban ahí para asesinar con la mirada a cualquiera que se atreviera a molestarnos.

En su mayoría, era algo bueno. Gracias a aquel beso en la cafetería, ahora podíamos saludarnos y despedirnos de esa manera, no disimular ninguna de nuestras miradas ni de nuestras sonrisas, ni tener que fingir que era algo sin importancia cada vez que Bon me compraba gomitas de mora. Porque lo hacía, e importaba.

Era hermoso, lo que estaba pasando.

Antes de empezar con el ensayo de esa tarde, cuando Foxy tuvo que regresar a su casillero por sus baquetas y Bon y yo nos quedamos solos en el salón, no pude evitar hacer una tontería, contento con la idea de no tener que esperar a que el ensayo terminara, ni inventar alguna excusa para quedarme con él. Ya tenía la guitarra sobre el hombro y el cabello recogido, mientras Bon buscaba el cable de su micrófono en una caja llena de esos, dándome la espalda. Sonreí internamente, antes de hablar.

—Maestro —lo llamé, con una voz inocente, y esperé hasta que él estuvo mirándome para continuar—. Olvidé cómo hacer un Do Mayor.

Coloqué mi mano sobre las cuerdas de cualquier manera, como ilustrando mi punto, y lo miré con una expresión que decía «qué lástima». Él sonrió, y abandonó su búsqueda para caminar hacia mí, mirándome todo el tiempo con un gesto de falsa comprensión.

—Descuida —dijo, con un tono amable—. Te lo puedo volver a enseñar.

Terminó de cruzar la distancia que nos separaba, y siguió un poco de largo, hasta quedar de pie detrás de mí. Tuve sólo un segundo para respirar, antes de que sintiera su cuerpo pegado a mi espalda, y sus manos bajando por mis brazos hasta colocarse sobre las mías; se acercó tan sólo un poco más, todo lo que era posible, e inclinó su cabeza sobre mi hombro para hablar directo en mi oído.

—Dedo uno —susurró, ubicando mi dedo índice con el suyo—, segunda cuerda, primer traste —suspiré, arqueando de forma involuntaria la cabeza, para revelar mi cuello—. Dedo dos —continuó, hablando más lento esta vez—, cuarta cuerda —ubicó mi dedo del medio—, segundo traste —cerré los ojos—. Dedo tres —colocó su dedo anular sobre el mío, pero, en lugar de ubicarlo sobre la cuerda como había hecho con los otros, lo comenzó a acariciar—, quinta cuerda.

Se quedó callado entonces, como si no recordara qué seguía, mientras su dedo seguía acariciando el mío, y bajaba para comenzar a acariciar el resto de mi mano, hasta mi muñeca, con su respiración sobre mi cuello todo el tiempo; y yo, sin poder soportarlo, puse el dedo donde iba y giré mi cabeza para poderlo besar.

Sentí su otra mano cerrarse alrededor de mi cintura, debajo de mi guitarra, empujándome hacia él. Y me hubiera quedado de esa forma, besándonos por siempre, hasta que se nos acabara el aire o me doliera demasiado el cuello por nuestra posición; pero, un minuto después, escuché la voz de Foxy, arruinando mis planes.

—Busquen un cuarto. —nos dijo, con las manos alrededor de la boca como un megáfono, y una enorme sonrisa.

Me reí un poco y me separé de Bon, antes de pasar la vista por los demás miembros de la banda, que nos sonreían de pie en frente de la puerta. Me coloqué en mi puesto, tocando las cuerdas de mi guitarra de forma distraída, con una pequeña sonrisa en los labios y un extraño calor en mis mejillas.

Like A Love Song (BonXBonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora