24. Todo lo que viene se va.

781 55 12
                                    

Las clases terminarían en dos semanas y todos los profesores se habían puesto de acuerdo para hacernos la vida imposible, llenándonos de trabajos y de exámenes. Justin y yo éramos simples amigos, nada podía suceder entre nosotros. Los días eran monótonos y bastante aburridos. Me despertaba temprano, estudiaba un poco, desayunaba, me duchaba, me cambiaba de ropa y me iba al instituto, así todas las mañanas. Algunos días, después de salir del instituto me iba con Ethan a casa de mi padre para estudiar juntos.

-Adiós mamá. Hoy comeré en casa de papá.- dije saliendo de casa. Hoy iba a ir al instituto en bicicleta, ya que hacía mucho que no la cogía.

-Está bien Brooke, nos vemos esta noche.- se despidió de mí.

Bajé las escaleras dando saltos y cogí mi bicicleta y me subí en ella. No había muchos coches en la carretera y la poca gente que había caminando, miraban sus teléfonos y algunos corrían en busca del autobús.

Aparqué mi bicicleta y puse la cadena para que no me la robaran. Fui directamente a la taquilla sin pararme a saludar a mis amigos. Tocaba matemáticas a primera hora y justamente, ese día, tenía dos horas de aquella asignatura.

-Hey Brooke.- me saludó Ethan.- ¿has venido en bici, no?

-Hola Ethan.- abracé a mi hermano.- si, claro, ¿cómo lo sabes?

-Siempre que vas a casa de Jack llevas la bici- mi hermanastro se rió y yo simplemente rodé los ojos. Cuando Ethan terminó de hacer su numerito añadió.- te espero a la salida y vamos junto, yo también llevo la bici.

Los dos entramos a clase juntos. Éramos los primeros en llegar y por eso nos sentamos juntos. La clase de matemáticas cada vez se me hacía más larga. La antipática profesora, sólo explicaba. De vez en cuando hacía unas cosas extrañas con los ojos y Ethan y yo no podíamos evitar reírnos.

-¿La explicación os hace tanta gracia señoritos?- masculló la profesora de manera borde.

-No no profesora, simplemente nos acordamos de una anécdota graciosa y no hemos podido controlar la risa.- me apresuro a decir para no recibir un gran castigo.

-De acuerdo, pero sabe usted que en mi clase no se puede hablar.- la mujer hace una pausa.- así que como castigo adelantaremos el examen final. Dentro de tres días. Buena suerte.

-Pero profesora, acordarse de algo no es hablar.- intervino una voz conocida.- no es justo que nos dañe a nosotros por nada.

Aaron intervino a nuestro favor. Punto para el Dios de los dioses.

-No te metas, señor Blake.- perra perra perra, odiosa profesora.- ya pueden irse para comenzar a estudiar.

La mujer de mediana edad sonríe de una forma maliciosa. En esos momentos parecía una bruja, que es lo que probablemente es.

-¿Qué ha sido eso que acaba de pasar?- pregunta un curioso Logan, agarrado de Lele que a su vez tenía cogido el brazo de Cho.

-¿No os habéis fijado en lo de los ojos?- reí al recordarlo. Ethan ríe conmigo.

-Hostia si.- todos los demás ríen con nosotros mientras caminábamos a la cafetería. Ethan se va con los amigos del equipo de fútbol, donde está Aaron con una chica sentada sobre sus piernas.

La sangre me empieza a hervir y una parte de mí quiere ir hasta ahí y agarrarla del pelo y alejarla de él y pegar a Aaron por lo que ha hecho, pero otra pide de rodillas que me olvide y que lo deje pasar.

-¿Brooky?¿Estás bien?- me pregunta Lele y mira en la dirección en la que yo estoy mirando, encontrándole a él, con esa chica.- olvídalo, sólo es un gilipollas.

Típico* (Francisco Lachowski & Barbara Palvin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora