Without See {Justin Bieber y tú}

"You don't want food, really bitch?" Capítulo 2.

Narras tú

Mi cabello estaba enrredado, era muy similar a una pajarera o una choza de paja si había que compararlo. El frío contacto del piso en mi piel hacía vibrar mi cuerpo cada vez que un escalofrío recorría mi cuerpo de pies, a cabeza.

El cambio de tiempo era notable y el frío se hacía presente en el sótano oscuro. A un lado, estaba un estante de madera desteñido y astilloso donde encima había una que otra cosa interesante.

Bueno, quizá interesante no sea la palabra correcta. Más bien es... útiles para evitar morir de hipotermia sin que nadie lo notara.

En el piso de arriba, alguien iba de una lado a otro caminando mientras discutía. Cada pisada hacía volar una tonelada de polvillo por el cuarto, despertando a mi alergía como nunca antes. Nev parecía estar planeando algo, pero no estaba en mi alcanze descubrirlo. Claro, dudo que alguien pueda descubrir un plan maligno estando encerrada en un viejo sótano oscuro.

Tomé una manta cubierta de pelos. Eran de gatos. Y yo odio los gatos.

No es por ser una anti-animales, más bien es por el olor que tienen impregnado en su pelaje y lo molestos que son algunas veces. Además, provocan una gran reacción alérgica en mí.

Tiré la manta azul que pareció pertenecerle a un gato, y la acomodé un poco para poder recostarme. Apoyé mi cabeza en una caja que estaba a un lado, y recosté mi cuerpo sobre la manta.

Yacía en el frío piso y la puerta se abrió, azotándose con la pared y haciendo que unas ollas cayeran de estante viejo. No abrí los ojos. No quería ver quién era.

Pasos firmes se escuchaban cada vez más cerca. Cada pizada levantaba polvillo que estaba acumulado el piso, haciendo que las ganas de estornudar fueran más grandes aún ¿Pelo de gato y polvillo? No es una buena convinación para mi sentido del olfato. Claro que no.

Alguien se acercó a mí lado y pasó una mano por mi muslo al descubierto. Mi piel se erizó como puas y me corrí para evitar algún otro roze desagradable.

Mis párpados querían abrirse. Pero yo no quería que se abrieran. Así que, estábamos en una constante lucha con mis ojos.

El vestido que alguna vez amé, ahora era nada más que un recordatorio de mi secuestro y de lo horrible que fué "la noche de mi vida". Pedazos de túl estaban desgarrados del vestido, faltaban piedritas en el corsé y el plateado tan hermoso, se convirtió en un negro oscuro por la mugre.

—Perra—susurraron en mi oído y yo me vi forzada a cerrar mis ojos.

Esa voz... tan familiar. Me daba escalosfríos cada vez su respiración chocaba en mi nuca. Eso me daba a entender, cuán cerca estaba de mí.

Podía sentir mi corazón latir fuertemente, como si quisiera salir de mi cuerpo y escapar. El miedo se apoderó de mi en cuestión de segundos y deseé no haber ido al dichoso baile de graduación.

—Lévantate—dijo y jaló de mi cabello, sosteniéndome como si fuera algún tipo de bicho raro que le causaba repucnancia.

—Vale—dije entre dientes y temblando. Si quería que me parara, lo haría por las buenas antes de someterme a otras consecuencia de mis estupideces.

Él me soltó con fuerza y caí de hocico contra el suelo. Ahogué un gemido de dolor y me reincorporé.

Apoyé mis codos a los lados de mi cabeza e hice una fuerza sobrehumana para ponerme de pie.

—Nev tiene planes para ti—dijo y me imaginé cientos de cosas. Entre ellas, ser asesinada bajo la luz de la luna. Me retorcí de temor y cerré mis párpados tratando de calmarme.