"Too cute to be true" Capítulo 11

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Sentí mi corazón dar un vuelco cuando por primera vez sentí a mi hijo en mi interior ¿Estaba grave? ¿Las drogas le estaban haciendo efecto a mi bebé? ¿Sobreviviría después de tantos golpes, maltratos y sueros repletos de drogas?
Lo único que podía pensar en aquel momento era eso, sentía que mientras pasaba el tiempo, la vida de mi bebé se iba con este.

No podía moverme. Mi cuerpo no me lo permitía. Estaba a punto de entrar en pánico. ¿Y si alguien entraba y trataba de quitarme a mi bebé? ¿Qué iba a pasar si Madame Venecia se enteraba de su existencia? No podía permitir que la verdad saliese a la luz. Si quería a mi hijo sano y con vida, debía ocultar mi embarazo.
¿Pero cómo lo haría dentro de tres meses? Sería imposible que los hombres no lo notaran. Mi cabeza estallaba y el hombre que se encontraba a mi lado solo trataba de calmarme.

De pronto, pude escuchar cuando alguien desconocido entró a la habitación. No dije nada. No quería abrir mis ojos. Por alguna razón, era como si todo el mundo a mi alrededor estuviese en pausa, en el sentido de que no me importaba lo que sucedía. Solo podía enfocarme en una cosa. Mi hijo. Mi sangre. Lo único que me quedaba.
Sin previo aviso, sentí como algo caía con fuerza a mi lado. No abrí los ojos. No me moví. Mi intuición me decía que algo no estaba bien.
Y dicho y hecho. El cuerpo de aquel hombre que había recurrido para mi rescate estaba quieto, sin vida, a mi lado. Podía notar la herida de bala que llevaba justo en la cien. Me retorcí. No podía verlo. Mi corazón abandonó todo aquel rastro de esperanza que quedaba. Y me sentía tan mal. Porque aquel señor debía tener una familia, y por mi culpa, todos sus seres queridos se iban a quedar con un vacío dentro por su muerte. Una lágrima cayó de mi ojo izquierdo. Alguien rió con fuerza.

—¿Realmente eres tan estúpida como para creer que saldrías de aquí por la puerta?—una voz conocida sonó.

Unos minutos de silencio.

—Abre los ojos, puta. Deja de hacer como si no hubieras visto nada. Y mueve tu culo de aquí, antes de que yo lo haga a patadas—era Kimberly.

—Vale—traté de aparentar que todo estaba perfecto. Una gran mentira, por supuesto.

—¿Extrañas a Justin perrita?—exclamó con una mano en su cintura—A decir verdad, me siento bastante decepcionada por tu novio. ¿No era el mafioso más conocido de Malibú? ¿Y dónde está ahora? ¿Con dos, tres putas por ahí? Abandona toda esperanza, él no vendrá. Y no me sorprende. ¿Quién querría cargar con una gilipollas como tú?

No dije nada. No podía, estaba cagada en las patas y no iba a correr el riesgo de que mi bebé fuera golpeado.
Sin previo aviso Kim salió de la habitación dejándome allí con aquel hombre sin vida. Escuché sus pasos alejarse y decidí acercarme al señor. Sujetando mi estómago y maldiciendo cada vez que mis movimientos eran demasiado bruscos como para hacer vibrar cada una de mis extremidades de dolor, finalmente llegué hasta él.

Su rostro se me hacía conocido, pero no lograba recordar dónde lo había visto. Tomé su chaqueta y recibé todos los bolsillos, esperando encontrarme con algún teléfono celular o una milagrosa paloma mensajera.

De repente, encontré un bolsillo interno que llevaba en el lo que lograría sacarme de aquí. Un teléfono. Era el obra de Dios, no había otra explicación coherente a aquella situación.
Preocuré no hacer demasiado ruido y lo tomé entre mis manos, amándolo como si fuera el responsable de mi rescate.
Comencé a sudar ¿Qué iba a pasar si alguien entraba y me veía con el? Probablemente yo moriría y el teléfono, bueno... tendría un trágico fin como terminar siendo estampado contra una pared.

Marqué el número de Justin. Llevaba tanto tiempo sin escuchar su voz que me asustaba más lo que diría que lo que me podía llegar a pasar por estar con aquel objeto.
Tres tonos. Nada. Rogaba que me atendiera. Supuse que en casa de que no lo hiciera llamaría a Caroline, pero nunca jamás a la policia, porque quizá podría meter a Justin en un rollo por el asunto si Nev se encargaba de delatarlo.

—¿Hola?—escuché del otro lado del móvil. Quedé estupefacta. Se sentía tan relajado, tanto que me inundó de calma. Su voz era lo único que podía llegar a hacerme sentir bien aquí.

—Jus... Justin—dije nerviosa esperando su respuesta. Silencio absoluto seguido de mis palabras.

—¿_____? Joder Rob si me estás jugando una puta broma me encargaré de darte unos buenos golpes cuando regreses a casa—sonó bastante enojado.

—Soy yo, ______. Justin tienes que sacarme de aquí lo antes posible—¿Por qué aquellas palabras salieron de mi boca y no un "te amo" sincero? ¿Ya no lo amaba? Claro que lo hacía ¿Pero por qué tenía esa sensación? No iba a ni siquiera nombrar al bebé. Justin es la última persona que imagino en el mundo cumpliendo el rol de padre. Sabía que de alguna forma no le agradaría ¿Y si lo mencionaba, no iba a rescatarme? Exacto.

—¿¿¿¿______????—gritó, hasta pude sentir sus músculos tensarse—Puta madre cómo te extraño joder, ______ no sabes todo lo que he intentado para llegar con tu paradero, mierda te necesito aquí conmigo, ahora. Estoy yendo a por ti, dime en donde te encuentras y yo personalmente me encargo de matar a todos esos gilipollas. Lo mato. Voy a pasarles con el coche por encima o les voy a volar la cabeza con una bomba. Rastrearé el móvil, no te muevas de allí, por favor, lo único que me importa realmente es que no te pase nada.

Quise soltar un sollozo y de repente, caí nuevamente al suelo, golpeando mi cabeza una vez más.

* * * *
¿Acaso eso había sido real? No podía asimilar el hecho de haber hablado con _____. Estaba con vida, sana y salva. Necesitaba ir ya, y no dudé ni dos segundos en llamar a Luke para que me ayudara. Todo en ese momento me importó una mierda, solo quería sacarla de allí. Y ya.

Rastreé la llamada y bajé velozmente del sitio donde nos encontrábamos. Bastante cálido psra mi gusto. Me recordaba a mi casa, y eso me traía recuerdos de _____ las 24 horas del día.
Luke se encontraba junto a dos chicos nuevos, Marco y Steve. Nos los conocía a fondo, pero sabía que habían sido buscados durante mucho tiempo, sin embargo allí faltaba Rob. Que puta madre, ahora que lo pienso no fue él quien realizó la llamada y eso me daba muy mala espina con respecto a todo este rollo.
Ni dijeron ni mu, y salimos rápidamente por el garage, subimos en la combi negra ya que si íbamos en nuestros coches sería obvio que es el jodido de Justin Bieber y su mafia.

— Justin, dos cuadras y a la derecha dobla—dijo Marco.

Dos cuadras y a la derecha doblé. Un lugar de obraros ccon fachada de prostíbulo barato estaba allí. Era clarisimo. Solo tenía en mente rescatarla, sacarla de aquella puta basura de lugar. De todos nuestros ataques o estrategias está era la que me hacía dudar, me aterrorizaba saber que quizás agarran a ______ como rehén.
Pero esos gilipollas me habían a escuchar, o a una bomba quizás.
Estaba jodidamente enojado y haría volar a quien se cruzara por mi camino, y así es Justin Bieber cuando quiere algo tanto como para matar a medio prostíbulo de mierda.

*         *          *           *
Poco a poco comencé a abrir mis párpados ¿Qué diablos me había pasado?
Fue entonces cuando noté que me encontraba en lo que parecía ser un baúl de un coche, y no al parecer no estaba muerta. Joder, que me había emocionado tanto con el móvil que seguramente me habían escuchado hablar y ahora estoy segura de la hostia que me debían tener preparada.
El coche no estaba en movimiento al parecer, pero de qué me servía si ya no tenía aquel aparato milagroso. Me preocupaba tanto Justin, quizá lo podían rastrear a él y finalmente Nev lo enterraría cien metros bajo tierra. Pero él era Justin, él más buscado y el tío más inteligente que conocí (eso creo) no se dejaría atrapar así como así.
De repente escuché el motor arrancar y me cuerpo se sacudió de un lado a otro, el coche estaba encendido. En un momento estuve tan cerca de reencontrarme con Justin y ahora estaba tan lejos y en un baúl.

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¡Hola! ¿Cómo están? Lamento haber desparecido, pero como recompensa de mi desaparición les vengo a traer varios capítulos, espero que les gusten.

Without See {Justin Bieber y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora