"Lunar strange" Capítulo 6.

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Tic tac. Tic tac. Tic tac. Un reloj marcaba el tiempo, poniendo mis nervios de punta y haciendo que me alterara cada vez que escuchaba ese sonido del demonio. Mi cuerpo temblaba cada vez que la aguja del rejol se movían, indicando que el tiempo corría rápido, casi tanto como el correcaminos. Un cuarto oscuro, y un reflector apuntando aquel reloj era lo único que la oscuridad me permitía ver.
Estaba aterrada. No quería que que esa aguja diminuta llegara a las siete en punto. Siete, un número que nunca me gustó. Pero lo más intimidante y espeluznante era que... no sabía a qué se debían mis temblores constantes y el sudor que goteaba de mis manos frías, como un cubo de hielo.
Nev apareció justo cuando la aguja marcó la siete, ni un minuto más, ni un minuto menos. Llevaba uno de sus trajes negros, de gran valor al parecer. Un libro colgaba de su mano izquierda, y en la otra llevaba una hoja afilada bastante grande y reluciente. Cada vez que avanzaba, la hoja brillaba por la luz, sus pasos eran firmes y decididos.
No llevaba ni una expresión en su rostro que me decía lo que pensaba. Era inpredesible. Llegué a pensar que nunca nadie lo había conocido bien, que nunca nadie había escarbado en su mierda.
Se acercó a mí, lento, tan lento que creí una eternidad aquellos pasos.
Posó una mano sobre mi hombro descubierto, y pude sentie el tacto de su piel. Frío y áspero, como el de un reptil. Un escalofrío sacudió mi esqueleto, y por un segundo me perdí en un mar de pensamientos.
Nev nunca me había visto de aquella forma. Como... paternal.
Me extendió un libro viejo y polvoriento. Lo tomé en mis manos con cuidado, sin decir ni mú.
Abrí aquel trozo viejo de papeles descoloridos y una foto hizo que mi cuerpo se helara por completo.
El libro cayó al suelo con fuerza, provocando un eco en la habitación. Mi peor pesadilla se había cumplido. Todo se había ido por el retrete.
Mi padre sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas y me esfumé. En la oscuridad.
Por milésima vez, odié llevar su misma sangre en mi cuerpo.

"No se mueve" dijo una voz lo bastante cerca, como para hacer temblar mi cuerpo de temor.

Abrí mis ojos y lo primero que observé fue un cabello rubio, apenas distinguible. Parpadeé tres veces y la imagen se aclaró.

Una joven rubia de ojos esmeraldas estaba delante de mí, mirándome como a una rata de laboratorio. Tosí y pareció asustarse.

Tenía aspecto cansado. Debajo de sus ojos, estaban dibujadas dos bolsas negras que hacían parecerse a una mapache. Llevaba delineador corrido y máscara de pestañas. Sus ojos destacaban, la tristeza se notaba dos calles atrás.

-Despertaste-dijo relajada. Su voz era dulce y tímida.

-Supongo-era la primera vez que hablaba desde que me dormí.

-Leah, mi nombre es Leah-extendió su mano para que la tomara en un apretón. Llevaba cortes diminutos y sin importancia, pero también llevaba cortes profundos y grandes. Me retorcí pensando que lastimaría su mano cuando la tomara.

-_____ Logan ¿Cómo es tu apellido?-pregunté tratando de no parecer una acosadora.

-No lo sé-continuó cuando me vio abrir los ojos como un buho-sí, lo supe en un momento pero llegué aquí y lo único que recuerdo es mi nombre. Ni mi edad, ni mi apellido y... probablemente nada sobre mí.

-Eso suena aterrador, lo siento-dije y me encogí de hombros pero ella le restó importancia con su mano-si no te importa ¿cómo ocurrió?

-Oh, no lo sientas, yo no lo hago y no me gusta que los demás sientan pena por mí ¿Sabes? Llegas aquí con la esperanza de escapar pero luego de unas cinco dosis de drogas, simplemente lo olvidas todo. Eres afortunada, aún recuerdas algo, eso es seguro.

Without See {Justin Bieber y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora