"¿Hope?" Capítulo 12

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Sinceramente creo que una persona comienza a perder las esperanzas cuando todo se da tal cual para no poder lograr lo propuesto. Mi vida había tomado un cambio radical tan solo con la llegada de Justin, pero ahora con un secuestro ¿Quién iba a creer que yo era tan interesante como para ser secuestrada? Es broma, desearía que esto no hubiera sucedido pero es el precio de mi romance con Justin, desde un comienzo supe que aquel chico tan encantador y valiente me iba a traer bastantes problemas, ahora creo que la palabra bastante queda corta pero ese no es el tema, yo decidí esto para mí y no me arrepiento de todas las cosas que viví para el día de hoy poder decir que estuve con el gran amor de mi vida.
Siempre creí que eso de la persona "ideal" era la típica historia de editorial para ser vendida, pero ahora entiendo que si es cierto. Comencé a creer que cada uno tenemos a ese alguien, solo que debemos encontrarlo, pero tranquilos señores que el destino haría el encuentro posible.

Una vez que el coche arrancó sentí mi corazón romperse, mis ilusiones de volver a casa se habían destruido una vez más. Pero a veces no todo tiene un final feliz. Quizá ese era mi destino ¿O no lo era? Nadie lo sabrá, ni yo.
Tiempo después de casi morir asfixiada en un baúl, llegamos a un lugar no tan desagradable como el anterior pero debe admitir que tampoco era una casa en Beverly Hills. Era una choza, muy cerca de una pantano que por supuesto desconozco. Les dejo los detalles a su criterios, solo quiero agregar que hasta ahora era el lugar más pasable en el que había estado.
Y ahora me encontraba esposada en una cama, con un vestido barato de puta de esos que gritan "Me regalo". Con una de mis manos acariciaba mi barriga tratando de proteger a mi bebé.
Entró con una chica con un look bastante producido para la mierda de casa en la que estábamos, y era Kim, nuevamente.

—Vaya vaya, no me sorprende que seas tan estúpida como para hablar por teléfono sabiendo que el lugar en el que estábamos estaba repleto de cámaras de seguridad, idiota—dijo con una mano en la cintura y una pose de miss universo.

—Mira, Kimberly no sé qué diablos esperas de mí en este momento pero si lo que estás buscando pleitos, no lo vas a conseguir—dije temerosa pero al mismo tiempo segura de mis palabras—yo no soy una perra rencorosa.

Vi su mandíbula caer abierta como tres metros, y luego la tenía encima de mí queriendo romperme la boca de un puñetazo. Me miró, y sentí pena por ella, nadie la quería, todos la usaban solo para follar. Cerré los ojos esperando que su mano hiciera contacto con mi pómulo derecho. Nada.

—Mira estúpida, si no te golpeo es porque me das pena, tan fracasada y encima rechazada por Justin—dijo desafiante.
—Vale—fue todo lo que dije.
—¿No vas a decir nada más, perra?—dijo sorprendida de mi respuesta.
—No—el no más secante que alguna vez dije.
—Vete al diablo y escucha bien perrita, hoy por la noche nos vamos a quién sabe donde, no te preocupes que seguirás teniendo clientes—guiñó un ojo, luego dijo—ah y casi me olvido, Nev te manda esto.

Me arrojó una carta doblada en mil pedazos y sin sobre. Kim salió de la habitación dejándome a solas con un papel.

Querida hija
                 Hoy más que nada quiero decirte que estoy orgulloso de tu valentía, pero me he enterado de cosas que no han sido de mi agrado. Por tal comportamiento tuyo hija mía, me veré obligado a mandarte lejos, muy lejos. Pronto se vendrá nuestro reencuentro, cara a cara, no puedo esperar para verte. Tu amado padre, Nev.

¿Esto realmente estaba pasando? ¿Con qué cara me decía que estaba orgulloso de mí, si nunca estuvo para mí? Yo no podía esperar para partirle la boca de un puñetazo. Era un capullo pero de esos que no te imaginas. Idiota. Me mete en la trata de blancas y pretende un reencuentro feliz.
De pronto, sin previo aviso  entró Madame Venecia. Siempre tan exaltada  e intimidante.

—¿Qué esperas invitación para ir a trabajar? Hay unos cinco hombres afuera esperando por ti joder, levántate—dijo entre dientes.
—Quizás si me quitaran las esposas podría pararme e ir—soné sarcástica y vi la expresión de Madame Venecia cambiar, haciendo que mi piel se pusiera de gallina.
—Podrás ser la hija de Nev querida niña, pero no me faltes el respeto porque te va a ir mal ¿Entendido?—dijo mientras me tiraba del cabello.
—Si—fue todo lo que dije.
—Sal que tienes una larga fila de espera—joder, pensé.

*        *        *          *
Bajé del coche, totalmente cabreado y con las ganas de volarle la cabeza al hijo de puta de Nev Evans. No me importó entrar por la puerta principal del prostíbulo, si se tenía que armar un tiroteo, pues bienvenido sea, pero ____ saldría de aquí conmigo.

En el momento que crucé la puerta escuché gemidos de diferentes "cuartos" (si es que se le puede llamar así a una habitación 2x2 y con una cortina de plástico) mi cabeza explotaba de tan solo pensar que aquellos gemidos podrían venir de mi amor. Iba a matar ese hijo de puta. A mis espaldas escuché como Luke y los demás entraban al lugar, de repente el jefes soltó un comentario que no había notado antes.

—Justin, joder tío, es duro decir esto pero ¿No te parece extraño que no estuviera ningún guardia en la entrada?—joder pensé, y enloquecí.

Abrí cada una de las cortinas de aquel puto prostíbulo, no sabía si era bueno o malo que ____ no estuviera en ninguno de aquellos cuartos. Las manos me temblaban, y el primer hijo de puta que se me cruzara recibiría una bala, justo en la frente.
Abrí la última cortina y un rostro me miro como si hubiera visto al mismísimo Cristo bajar de los cielos. El hombre que se encontraba a su lado estaba en el quinto sueño, y la joven que estaba allí me hizo un gesto con la cabeza para que me quedara. Vale, pensé que quizás podría preguntarle por ____ así que me quedé.
La chica se escabulló como una serpiente de la cama, su acompañante ni se inmutó y salió al pasillo jalándome junto a ella.

–Ayúdame, por favor, mi nombre es Leah y estado aquí desde que tengo uso de la memoria—rompió en lágrimas y se arrodilló ante mí.

–Vale Leah, tranquila. Te sacaré pero necesito de tu ayuda primero—dije y Luke interrumpió el momento.

—Justin, es hora de irnos, revisamos el lugar pero no encontramos a nadie de los Evans. Creo que eso significa que aquí hay una puta bomba a punto de estallar, mueve el jodido culo y saca a la chica de aquí—sonaba nervioso, pero yo solo podía pensar en mi chica.

Salimos corriendo junto a Luke, Marco y Steve fuera del prostíbulo, subimos al coche y arranqué lo antes posible. Dos cuadras más tarde pude escuchar estallar el lugar. Y así fue, tal como Nev lo dijo. Estaba claro que los hijos de puta de los Evans no dejarían a sus putas sin custodia, querían librarse de ellas porque no las necesitaban más en su puto plan. Porque así, señores, es como funciona la mafia.
Marco tomó el volante y me senté justo al lado de Leah, que no podía dejar de temblar y llorar junto a la ventana del coche. Le di mi campera de cuero y ella me agradeció con una leve sonrisa.

—Leah ¿cierto?—asintió con la cabeza—vale, ahora yo necesito tu ayuda. ¿Conoces a una chica llamada ____? ¿Ha estado contigo?—solté sin dar vueltas y ella me miró con cara extrañada.

—Si mi memoria no me falla, he hablado con ella y se la vio bastante asustada ya que era nueva en la movida. No puedo asegurarte nada, mi organismo está repleto de sustancias como drogas que hacen que la realidad parezca un producto de mi imaginación—estaba claro que ____ había estado allí.

Luke hizo que el coche parara y de su boca salió una palabra "tranquilo" y me extendió lo que parecía ser una nota.

Vamos a ver quién juega mejor, Bieber. Siempre estoy un paso más adelante que ti. Con mucho cariño, Nev.

Joder que iba a matar a ese hijo de puta.

Without See {Justin Bieber y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora