Capítulo 3. ¡Es claustrofobia!

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Esta mañana me costo un poco levantarme de la cama

Ahora todos nos encontramos en la cocina, preparando el desayuno y dejando todo listo para el almuerzo y la cena.

Estando todos reunidos en el pequeño espacio de la cocina, me ha dejado una imagen de cuanto somos en el piso 4. Solo están ocupadas 5 habitaciones de las 8 que hay, la 407 es de Harry, la 404 de Axel, el 408 de Lena, el 401 de una rubia que no se despega de Lena, creo que su nombre es Mery, y el 403 que es donde estoy yo

Harry está sentado a mi lado, haciendo un recuento de todo mientras yo estoy cortando y exprimiendo algunos limones para la limonada, cuando noto que él está suficientemente distraído, escondo tres limones dentro de mi camisa. Veo por encima de mi hombro a Lena, está sonriendole a Mery mientras cortan algunos vegetales, ella siente mi mirada y voltea a verme, sonrío de forma sínica y ella pone los ojos en blanco dándome la espalda

— Harry

— ¿Mmh?

— Tengo que subir a... Buscar algo, ¿Podrías cubrirme?

— Aja —responde demasiado distraído

Algo nerviosa me limpio las manos y corro hasta el living, estoy dudando si tomar el ascensor o ir por las escaleras... Luego de un par de segundos me decido por las escaleras, si subo por el ascensor, puede que me encuentre a Margaret y no sabría que decirle

Cuando estoy parada frente al 408, estoy rogando que haya dejado la puerta abierta. 

Suelto el aire que estaba conteniendo cuando el pomo gira debajo de mi mano, cierro la puerta con sumo cuidado y examino la habitación. Es muy parecida a la mía, excepto que la de ella está más desordenada

Camino hasta el armario y busco con cuidado entre sus cosas, consigo el shampoo y lo destapo, me siento en el suelo y exprimo los tres limones dentro del envase, rogando que no haya quedado demasiado liquido, suficiente para que ella se de cuenta, pero cuando lo agito, está todo perfecto

— Bien —susurro para mi misma— eso debe ser más que suficiente para su estúpido tinte azul

Coloco todo como estaba y salgo de su dormitorio con todo el cuidado que puedo

Me limpio las manos en mis jeans y cuando me paro frente al ascensor, me encuentro cara a cara con Margaret, ella levanta una ceja, haciendo la pregunta tacita: ¿Qué haces aquí? 

— Oh, Margaret —digo tratando de ocultar mi nerviosismo, poniendo mis manos atrás para que no note el temblor involuntario— Subi a cambiarme la camisa, yo... Mmm.. Me ensucie cortando algunas cosas...

— Bueno, vine a buscarte, Campbell... Ya es momento que estés en el cuarto de lavado

Oh, mierda. Eso. 

— Bien... Voy directo para allá

Ella asiente y me hace un espacio para que suba al ascensor con ella

Entro al pequeño cuarto, hay cuatro maquinas y Axel está sentado sobre una de ellas hurgando en una cesta

— Cuando me dijeron que iba a tener ayuda... Tu fuiste la última en quien pensé

— ¿Gracias?

Miro sobre las maquinas, una de ellas se está moviendo 

— ¿Pasa algo? —pregunta

— Yo... No sé como usar estás cosas

— No es tan difícil... No creo que alguien pueda equivocarse utilizando una de estas

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