Capítulo 1. Bienvenida

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Pura mierda.

Cuando me detengo frente al edificio, una señora un poco más alta que yo, con arrugas en su cara y la nariz respingada; probablemente producto de una mala operación; me recibe, no me sonríe o  me dice alguna palabra, solo asiente y me hace señas para que la siga

Pasamos por el living del edificio, una gran sala de estar. Todo está en orden y demasiado limpio... Me guía hasta una pequeña habitación, que es su oficina. Se ubica detrás del escritorio y saca una pequeña caja de cartón, levanto una ceja algo dudosa

— Tus cosas, señorita Campbell, deben ir aquí —dice con un acento demasiado extraño

— ¿Mis cosas? ¿Qué tipo de cosas?

— Su teléfono celular, cualquier tipo de teconología que haya traído con usted. Como verá, en este centro de estudio esta prohibido todo tipo de tecnología, ya que nuestra prioridad es hacerle a entender a esos "adolescentes rebeldes de hoy en día" —finge esas comillas en el aire con sus dedos— que existe algo más allá...

Parpadeo un poco aturdida. Yo sé que no soy la mejor persona del mundo, especialmente cuando paso la mayor parte de tiempo con Zoe, y ella es un terrible ejemplo a seguir. Pero en todo mi camino hasta acá, pensaba que por ser un poco mejor con ella en todo este circulo social, tendría más oportunidad de salir de aquí antes de los tres meses, pero... ¿Dejarme sin comunicación? ¡Ni loca!

La señora agita la caja en mi cara y levanta una ceja queriendo decir algo como que: "estoy esperando" 

Miro la caja y de vuelta a ella, suelto mis maletas y me cruzo de brazos

— No voy a poner mis cosas ahí, ¿Quieres mantenerme alejada de la civilización?

— Como verá señorita Campbell, aquí premiamos la buena conducta. Usted hace todo lo que se debe hacer en este lugar, sin quejas, y obtendrá su recompensa: Cualquier equipo tecnológico que haya dejado aquí

— Es decir, van a tratarme como un perro

— Puede llamarlo como quiera —junta sus manos en el escritorio. Al parece, estoy haciéndola molestar— nosotros preferimos decirle: Recompensa. Todo medio obtiene un fin, así que —vuelve a empujar la caja frente a mi— sus cosas, señorita Campbell

Respiro y cierro los ojos. 

Mierda, esto va a ser mucho más difícil de lo que creí. 

Saco mi teléfono de mi bolsillo y lo dejo en la caja, hurgo entre una de mis maletas y deposito junto a mi teléfono mi laptop y mi iPod

— ¿Eso es todo? —pregunta con un tono de arrogancia

— Aunque no lo crea, sí... Es todo

— Bien

Sella la caja y escribe con un sharpie en letras grandes:

Zoe Campbell, piso 4, habitación 403 

Deja la caja bajo su escritorio, hurga entre sus gavetas hasta sacar unas pequeñas llaves que me tiende con una sonrisa un poco cansada, las agarro sin ánimo alguno. 

Sale de atrás de su escritorio hasta un pequeño closet, murmura algo que no logro entender, saca unas ropas grises y me las tiende

— Estas deben quedarte

— ¿Hay que usar uniforme? —pregunto arrugando la nariz

— No si usted no quiere. Pero aquí, acostumbramos a que cada piso de este edificio se dedique a una tarea, diariamente. Por casualidad, hoy al piso 4 le toca arreglar el jardín, el uniforme es para evitar dañar sus ropas

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