Montañas Rocallosas (Camren G!p)

Capítulo 1

CAMILA POV

-Di, por favor acompáñame de vacaciones, eres mi mejor amiga, por favor, por favor- le ponía mi cara de gatito de Sherk a mi mejor amiga quien la conocía de pequeña, la rubia se hacía rogar, pero terminaría aceptando en contra de su voluntad, esos viajes no le agradaban del todo, estar rodeada de bichos y tierra no le gustaba para nada.- Está todo pago y no quiero ir sola- decía mientras trataba de convencerla

-Aggg ¡está bien!, pero me la debes, y deja de hacer esa cara, culona- dijo mientras me apuntaba con el dedo índice- Sabes que esto no me gusta, prefiero la noche, la fiesta, el smok en todo su esplendor- dijo dramatizando esto último.

-Lo sé Di, pero te prometo que te divertirás en grande- realmente no estaba segura de eso pero ella no tenía que saberlo.- Salimos el viernes. Gracias eres la mejor.

-Lo sé- sonrió - está bien- se puso de pie dirigiéndose a la puerta - Ahora debo ir de compras - se paró en seco y se giró - ¿Hace calor allí verdad?

-Bueno...

**

Me sentía muy emocionada de realizar por fin mi sueño, había pagado el viaje, con 6 meses de anticipación era un lugar precioso rodeado de bellezas naturales, había llegado el día de salida, mientras estábamos en el aeropuerto, pensaba en todas las maravillas que vería durante 2 semanas. Estar rodeada de paisajes que solo podías ver en postales fotográficas, me hacía mucha ilusión. Estaba harta del cemento de la ciudad, necesitaba despejarme, cambiar mi energía.

Eran a las 10 de la mañana cuando sobrevolábamos el lago Dinah, quien se había sentado en el lado de la ventanilla del avión, me miró con el ceño fruncido- Camila, si no me equivoco, sobre esas montañas hay nieve, mucha nieve- la miré parpadeando seguidamente los ojos con total inocencia- ¡Maldición!, me dijiste que haría frio pero no creí que tanto - se levantó refunfuñando como era normal en ella - mejor iré a abrigarme antes de quedar congelada cuando bajemos - me señaló con su dedo índice - Estás en problemas señorita - me dijo mientras se ponía de pie y sacaba su abrigo del compartimento del avión, intenté contener la risa pero me fue imposible. A ella le encantaba refunfuñar por todo, se hacía la dura pero su corazón no tenía precio.

Al llegar al complejo de cabañas que alquilamos a través de internet, me quedé maravillada con el lugar y el entorno, se encontraba en el medio del bosque a 1km del pueblo, la residencia, era totalmente de madera rústica, realmente preciosa, estaba totalmente equipada para pasar una agradable estadía, Dinah soltó las maletas en la puerta y se acostó sobre el sillón soltando un largo suspiro para descansar, se veía agotada por el viaje, pero yo estaba eufórica, quería caminar, quería conocer los alrededores, tenía el hobbie de la fotografía, y me había comprado una cámara especialmente para este viaje.

-Di, vamos a caminar, el día está precioso, no te quedes encerrada aquí - la precionaba mientras tiraba de su brazo sin poder moverla ni un centímetro por su peso muerto.

-Quiero descansar, ha sido un viaje muy largo - se excusó para volver a acomodarse - hace frio, cuando entre en calor saldré te lo prometo, ve tú tranquila.

-Está bien, si quieres quedarte quédate, yo iré a recorrer un rato, llegaré tarde - me cambié y me abrigué para salir, me puse mis zapatillas de caminata, un camperón verde fluor que me cubría hasta los muslos, cuando lo compré me dijeron que era mejor un color llamativo para que pueda diferenciarme por cualquier emergencia. Los guantes de cuero con piel adentro, tomé la mochila que contenía agua, frutas además de una barrita energética, me coloqué el gorro de lana, todo haciendo juego, aunque fuera en el bosque me gustaba combinar.