Capítulo 9. MIS RECUERDOS DE LA FELICIDAD

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Otro día para nada tranquilo en el apocalipsis, cuando desperté Wonderland ya lo había hecho, ella estaba recogiendo su cabello en otra cola de caballo aunque no lo lograba; maldecía por lo bajo, reí un poco al ver su cara de frustración al no lograrlo, ella solo volteó con una expresión de severo enojo en la cara al escucharme.

- ¿De qué te ríes?- Preguntó está irradiando un aura de severa ira.

- Tsk, de nada en particular,- Se me salió una risita.- ¿Quieres que te ayude?- Le propuse intentando sonar amable mientras le daba una sonrisa intentando no reírme cual foca con retraso.

- No, gracias- Se negó indignada dándose la vuelta. Yo tan solo me paré y me puse detrás de ella ignorando por completo lo que dijo antes.

- Yo creo que si la necesitas, vamos, déjame ayudarte.- Dije con una sonrisa mientras ella se volteaba dándome la espalda.

- ¡Aghhh!... Está bien, adelante.- dijo rindiéndose. La verdad la comprendo, olvidó todo lo que era antes, por lo tanto no sabe cogerse una cola de caballo; estaba acostumbrada a limitarse a sujetarse el cabello a la espalda con esa cuerdita.

- Wonderland, ¿No has pensado en cortarte el cabello?- Pregunté con una notable curiosidad mientras miraba su largo cabello.

- Lo he hecho, solo que no sé cómo hacerlo- Dijo apenada mirando a todas direcciones menos en la que yo me encontraba.

- Ehh... ¿Quieres que... Quieres que te lo corte?- Pregunté; maldita sea, ¿En qué me metí? Ya podía sentir la sangre subiendo a mi cara. Espera... No sé cortar cabello y mucho menos sé coger una cola de caballo, pero al menos se más que ella, ¡JA! Eso es reconfortante.

- Si, por favor córtalo- dijo ella con una voz inaudible, pero claro está; yo la oí.

Ella se sentó en el taburete mirando al espejo; yo me paré detrás de ella. Tomé la cuerda con la que acostumbra a amarrarse el cabello a la espalda, lo pasé por detrás de su pelo amarrándolo de manera que cuando lo cortara quedara de un largo aceptable, cogí mi daga y comencé a cortar el cabello de debajo bien pegado de la cuerda. Poco a poco pedazos de su cabello fueron cayendo por el suelo, corté su cabello hasta la cintura (Por lo menos ya no se le arrastraba), fue todo lo que pude hacer, luego se lo recogí o al menos lo intente. Dirigí mi mirada al frente, ella estaba muy sonrojada mirándome a los ojos, ambos guardamos silencio hasta que decidí romper el silencio.

- Será mejor que empecemos a buscar el lugar de la invocación antes de que anochezca- Propuse dirigiéndome a la mesita de noche donde estaban mis armas, tomarlas e irnos.

- Creo que te estas apresurando mucho, ¿No lo crees?- Dijo sonriendo mientras se paraba del taburete dirigiéndose a la cama para apoyarse en la cabeza de la cama.

- Tal vez, pero tenemos toda una ciudad que recorrer, creo que nos tomara más tiempo de lo que esperamos, además esto no es una película para que encontremos todo a la primera.- Argumenté agarrando mi arma y luego la de ella para después entregársela- Vamos, tenemos un continente que salvar.- Dije sonriéndole, ella agarro su arma dedicándome también una sonrisa.

- A salvar el mundo- Concordó mientras estiraba su puño hacía mí, yo choque mi puño con el de ella mientras abría la puerta para salir y salvar al mundo entero de este apocalipsis, sin negarnos, sin dudar, porque ahora éramos héroes o por lo menos, las únicas personas que podían impedir que esto continuara y sin importar que, nunca nos rendiríamos.

- Peleemos hasta el final- Dije.

- ¡Aghhh! ¿¡Por qué esta tan difícil encontrar un simple club de ocultismo en el cual se allá hecho un ritual satánico!?- Dijo Wonderland echa furia, era gracioso verla.

efecto mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora