XII. Escape del castillo

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Después de algunas horas de viaje, las carretas se detuvieron y unos guardias bajaron a Frozzer y a Jaleos.

-Cuando salga de aquí voy a matarlos a todos-. Dijo Frozzer.

-Di lo que quieras criminal, nadie escapa de Lord Esbelto-. Contestó un guardia.

Jaleos se limitó a quedarse callado mientras Frozzer seguía quejandose, los llevaron por el castillo de Lord Esbelto hasta el sótano, nadamas entrar lograron ver varias jaulas colgando del techo, vacías, y dos celdas muy grandes, una se encontraba vacía pero con sangre por todas partes, no era muy reciente. La otra estaba un poco mas limpia que la anterior, sin embargo, no estaba vacía, dentro se encontraba un hombre, muy delgado, encadenado a la pared. Los guardias los dejaron en la celda donde estaba el hombre encadenado y se fueron.

-Ya se fueron, supongo que ahora no habrá problemas con qué Náty y la niña colibrí nos ayuden ¿Verdad?-. Preguntó Frozzer.

-Oigan.. ustedes-. Dijo débilmente el hombre encadenado.

-¿Qué ocurre?-. Preguntó Jaleos

-¿Piensan...huir?-. Preguntó el hombre.

-Obviamente-. Contestó Frozzer.

-Llevenme con ustedes, puedo serles útil-. Pidió el hombre.

-No nos cuesta nada llevarlo-. Dijo Jaleos.

-No te ves muy fuerte ¿En qué puedes sernos útil?-. Preguntó Frozzer.

-He intendado eacapar muchas veces..conozco la forma de salir de aquí..por eso me ataron a la pared-.

-¿Sabes dónde pudieron guardar nuestras cosas?-. Preguntó Jaleos.

-Probablemente..en la oficina de Lord Esbelto-. Contestó el hombre.

-No veo por que no puedas venir con nosotros-. Dijo Jaleos.

-Está bien, puedes venir con nosotros, pero nos guiaras por el lugar-. Dijo Frozzer.

-Ahora no hay nadie viendo, nuestros familiares pueden ayudarnos-. Dijo Jaleos.

-Al fin, Náty, quitanos estas esposas-. Dijo Frozzer.

Náty se hizo visible y rompió las esposas de Frozzer y Jaleos.

-También libera a ese hombre-. Dijo Frozzer.

Náty rompió las cadenas que lo mantenían pegado a la pared.

-Gracias, mi nombre...es Hirk-. Dijo Hirk.

-Bien Hirk, dinos como escapar-. Dijo Frozzer.

-Faltan pocas horas para el anochecer, los guardias ya cambiaron de turno y no tardarán en traernos comida, como normalmente es uno no será muy difícil robarle las llaves una vez abra, fingiremos seguir atados hasta que abra la puerta, entonces uno de ustedes lo inmovilizará, déjenme a mi el resto-. Explicó Hirk.

-De acuerdo, entonces solo queda esperar-. Dijo Frozzer.

Náty volvió a hacerse invisible y todos esperaron ahí, repasando una que otra vez el plan. Al anochecer, tal como Hirk había dicho, un guardia entró al sótano con una bandeja con pan y agua.

-Lord Esbelto no quieren que mueran de hambre mientras está ausente, tienen suerte de que él no esté aquí hoy para castigarlos-. Dijo el guardia.

El guardia abrió la puerta y mientras se agachaba a colocar la bandeja de comida en el suelo, Frozzer corrió hacía él, tirandolo al suelo, Jaleos se levantó rápidamente y ayudó sujetando un brazo del guardia mientras Frozzer sujetaba el otro y le tapaba la boca.

-Si vas a hacer algo hazlo ya, Hirk-. Dijo Frozzer.

Hirk se levantó y mordió el cuello del guardia mientras era sujetado, Frozzer y Jaleos lo soltaron de inmediato.

-¡¿Eres un vampiro?!-. Preguntó Jaleos.

Hirk, quien ya había soltado al guardia que ahora yacía tirado e inconsciente en el suelo, respondió.

-¿Acaso no es obvio? Pero no se preocupen, no les haré daño, ustedes me liberaron-.

-Está bien, entonces huyamos-. Dijo Frozzer.

-Aqui es donde nuestros caminos se separan-. Dijo Hirk mientras rompia los barrotes de la ventana.

-¿Nos dejarás aquí tirados?-. Dijo Jaleos.

-Claro que no, tú, levantate, lleva a estos caballeros por sus cosas y luego sacalos del palacio, si alguien te pregunta, son órdenes directas de Lord Esbelto-.

Al instante, el guardia que yacía en el suelo despertó.

-Si, mi amo-. Dijo dirigiéndose a la entrada del sótano.

-Ahí está su pase de salida, todo mi séquito de vampiros estará muy agracido con ustedes, fue un placer conocerlos a ambos-. Dijo Hirk mientras desaparecía en la oscuridad.

-Así que un vampiro, no me esparaba esto para nada, pero, ¿Por qué el guardia nos ayuda ahora?-. Preguntó Frozzer.

-Los vampiros tienen la habilidad de convertir en su esclavo a cualquier persona que muerden-. Contestó Jaleos-.

-Vaya poder mas útil-. Dijo Frozzer.

El guardia los guió hasta la oficina de Lord Esbelto, donde un guardia los detuvo.

-Eh, ustedes, no pueden estar aquí-. Dijo

-Son órdenes directas de Lord Esbelto, debo escoltar a estos hombres fuera de palacio una vez que hayan recuperado sus cosas, así se me ordenó-. Contestó el guardia esclavizado.

-Si son ordenes de Lord Esbelto no puedo objetar nada, adelante-.

Entraron y junto al escritorio, se encontraban sus cosas, no faltaba nada, las tomaron y salieron del palacio con el guardia, algunos guardias intentaron detenerlos, pero bastó con decir que eran órdenes de Lord Esbelto para que pudieran pasar.

-Parece que nos desviamos mucho de nuestro rumbo-. Dijo Jaleos.

-Tal vez, no nos queda otra que volver por donde vinimos-. Respondió Frozzer.

Detrás de ellos, escondido en los arbustos, una sombra se encontraba observandolos.

-Es él ¿Verdad?-. Dijo aquella silueta.

-Efectivamente-. Le respondió una voz.

FrozzerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora