XV. Armethia

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-Puede que yo sepa donde está-. Dijo Rinmi

-¡¿De verdad?!-. Preguntó Jaleos.

-Si, esa mujer era Armethia, lo mas probable es que lo haya llevado a su Jardín secreto-. Contestó Rinmi.

-Bien, entonces podrás guiarnos ¿No?-. Preguntó Jaleos.

-Creo que sí, pero, ¿Donde está Náty?, estaba justo aquí, no es posible que haya desaparecido-. Dijo Rinmi mientras la buscaba con la mirada.

-Ahora que recuerdo, ella es el familiar de Frozzer, es obvio que a donde él vaya, Náty lo tendrá que acompañar, ahora solo somos nosotros dos los que debemos encontrarlos, guiame hacía el jardín de Armethia-. Le contestó Jaleos.

No muy lejos de ahí, dentro de una pequeña y escondida cueva, se encontraba todo un prado de rosas doradas, y justo en el centro de ese inmenso y hermoso lugar, había una gran cabaña de madera, cubierta por arbustos y enredaderas espinosas, pero a pesar de eso, esta no parecía vieja en lo más mínimo. Dentro se encontraba Armethia, la mujer que había secuestrado a Frozzer, frente a un caldero enorme, y rodeandole, montones de botellas llenas desde extraños liquidos, hasta criaturas vivas, en un silla cercana a ella se encontraba Náty, observaba a Frozzer, quien estaba inconsciente y aún atrapado en las enredaderas, mientras hablaba con Armethia.

-Entonces, quieres eso de él y nos podremos ir, ¿Verdad?-. Preguntó Náty.

-Si, eso me bastará para que se vayan, pero no puedo garantizar su suguridad-. Respondió Armethia mientras mezclaba sustancias extrañas.

-¿Qué pasa si se niega?-. Preguntó Náty.

-Puede negarse todo lo que quiera, de igual manera haré con él lo que me plazca-. Respondió Armethia.

-Ya veo, no hay forma de evitarse-. Dijo Náty.

-Dije que no garantizaba su seguridad, pero si su vida, además a largo plazo, hacerle esto será mas beneficioso para él, deberias aceptar sin rechistar, ¿O acaso un familiar no busca siempre el bienestar de su amo?-. Preguntó Armethia.

-Supongo que si, aunque, el no me ve como su familiar siempre, es como una especie de amistad extraña-. Respondió Náty.

-Los humanos son muy extraños, siempre me sorprenden, ya sea para bien o para mal-. Dijo Armethia.

-Oh cierto, las brujas no son humanos, por mas parecidos que tengan, los humanos pueden usar magia también, ¿Que los diferencia de las brujas?-. Preguntó Náty.

-La magia precisamente, solo los humanos nacidos con la sangre de alguna bestia logran usar magia, puede ser desde un ratón, hasta el ogro mas grande del mundo, últimamente eso es mucho mas común, antes, los hombres solo podían usar magia, cuando un humano tenía un hijo con una bruja, estos actos eran considerados horribles por la gente y eliminaban a todo hijo nacido, las mujeres nacidas entre brujas y humanos siempre serán brujas, ya que la sangre de bestia pasa a ser sangre de bruja, ni siquiera nosotros sabemos el por que, solo es así, con el tiempo, fueron naciendo varones y mujeres con sangre de bestia, nacidos de una pareja humana, las mujeres no podían ser brujas, era algo que nunca se había visto, mujeres con sangre de bestia, pero aún mas impactante, era que ninguno de ellos eran hijos de brujas, en resumen, nuestra sangre es totalmente diferente y nuestra magia es mucho mas fuerte que cualquier Sangre Bestial, la cual nos permite vivir muchísimos mas años que cualquier humano, tenga sangre de bestia o no-. Explicó Armethia.

-Eso tiene algo de sentido, aunque igual es raro que sean idénticas a los humanos-. Dijo Náty.

-Pasa lo mismo con ustedes los familiares, tienen una forma humanoide que utilizan casi toda su existencia, en toda mi vida nunca he presenciado un verdadero dragón, ¿Por qué no te muestras como realmente eres?-. Preguntó Armethia.

-Eso no importa, ¿No ibas a hacerle algo a mi amo?-. Dijo Náty.

-Claro, solo un poco de paciencia, hacer esto no es algo fácil, pero estoy muy interesada en tu amo, en el poder que hay dentro de él, no entiendo como puede seguir con vida después de tanto tiempo-. Respondió Armethia.

-Pero tú solucionaras eso, ¿Verdad?-. Preguntó Náty.

-Por supuesto, y a cambio me quedaré con un fragmento de su alma-. Contestó Armethia.

-Eso es lo más peligroso, pero aún no entiendo, ¿Por qué quieres eso?-. Preguntó Náty.

-Es simple, para prolongar su existencia es necesario sellar alguna parte de él, y que mejor que su alma, en vez de sellarla me quedaré con una parte, será igual de efectivo-. Explicó Armethia.

-Si tu lo dices-. Contestó Náty sin dejar de mirar a Frozzer.

Mientras todo esto ocurría, Jaleos y Rinmi ya habían localizado la entrada al prado, por lo que se dispusieron a entrar.

-Es un lugar enorme, para tener esa entrada-. Dijo Jaleos.

-Así se llama menos la atención-. Explicó Rinmi.

-El único edifico aquí es esa casa llena de plantas, debe ser ahí donde tienen a Frozer y Náty-. Dijo Jaleos mientras comenzaban a avanzar.

De repente la tierra comenzó a temblar, y de ella emergieron dos golems de barro, los cuales tenían cubierta de rosas doradas en su retaguardia, haciendo entender que eran parte del propio jardín.

Se posicionaron frente a Jaleos, quien rápidamente tomo la empuñadura de su espada, Rinmi por su parte, se escondía justo detrás de él.

-Lamento acabar con tan magníficas criaturas, pero debo encontrar a mis compañeros-. Dijo Jaleos mientras desenfundaba su espada.

Dentro de la casa, Armethia, quien no habia dejado de mezclar liquidos e ingredientes en ningún momento, sonrió de una manera pícara.

-Vaya, parece que mi linda niña por fin llegó-. Dijo

FrozzerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora