XIII. El gremio de El Cuchilla Negra

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Tras varias horas de viaje, Frozzer y Jaleos se encontraban a medio camino para llegar de nuevo a Rebena, sin embargo, no estaban tan solos como creían, pues la misma silueta que los acechaba desde que salieron del castillo de Lord Esbelto, los seguía acechando.

-Si, si, si, es él, el espadachin que fue capaz de matar a Albus el intocable, no se habla de otra cosa en el gremio de mercenarios últimamente, es toda una maravilla estar tan cerca de él-. Murmuraba esa silueta.

Mientras continuaba siguiendolos entre los matorrales al borde del camino, Náty se hizo visible.

-Frozzer, ¿Cuándo vamos a encarar al tipo que nos está siguiendo?-. Preguntó Náty.

-¬¿Hay alguien siguiendonos?!-. Preguntó Jaleos.

-Claro, tu percepción del entorno da mucho que desear-. Dijo Náty riendo.

-Esperaba que nos tendiera una emboscada o algo por el estilo, pero ya me aburrí de esperar. ¡Oye tú, el de los arbustos, si piensas atacarnos date prisa!- gritó Frozzer.

La silueta saltó muy alto y cayó, haciendo una pose muy extraña en la que se llevaba una mano al rostro y la otra a la cintura, justo frente a Frozzer, revelando que se trataba de un hombre fornido con una especie de traje ajustado negro y con la cara pintada de una forma parecida a un payaso.

-Soy aquél al que nadie puede igualar, el que destruye la tranquilidad de una apacible mañana soleada convirtiendola en una oscura tormenta, aquél ser que se esconde en las sombras para después matar a su víctima sin piedad alguna, soy Ragno, el heraldo de la muerte-. Dijo el hombre.

-¿Heraldo de la muerte? No digas tonterias-. Se escucho decir a Rinmi mientras reía dentro del sombrero de Jaleos.

-Exacto, solo eres un tipo raro que nos observaba desde los arbustos-. Dijo Náty.

-No, claro que no, soy aquél al que nadie puede igualar, el que dest...-.

-El que destruye la tranquilidad de la mañana con lluvia o algo así, en realidad no importa, ¿Que quieres de nosotros?-. Interrumpió Frozzer.

-Oh, de ellos nada, del que quiero algo es de ti-. Contesto Ragno.

-¿Se puede saber que se te ofrece de él?-. Preguntó Rinmi saliendo del sombrero de Jaleos.

-No te metas donde no te llaman niñita, como decía, quiero algo de ti, al que llaman El Cuchilla Negra-. Dijo Ragno.

-¿Cuchilla negra?, ¿De que hablas?-. Preguntó Frozzer.

-Exactamente, tú, El Cuchilla Negra, aquél al que apoyaremos y defenderemos con nuestra propia vida si es necesario, aunque nadie sabe tu verdadero nombre, nos conformamos con llamarte así, El Cuchilla Negra, espero que eso no sea una molestia para ti-. Dijo Ragno

-Pues, no lo se, ¿Por qué cuchilla negra?-. Pregunto Frozzer.

-Eso es debido a la poderosa espada que porta, la Cortadora del Vacío, la legendaria espada que el Gremio de El Cuchilla Negra ha atesorado por años, esperando que algún día, esta encuentre a un portador, El Cuchilla Negra, y ese eres tu, nuestro deber como Gremio, es servir en todo lo que podemos al Cuchilla Negra, es todo un honor estar ante ti-. Explicó Ragno.

-Perdonen mi intromisión, pero, ¿Cómo es que supieron que Frozzer tenía la Cortadora del vacío?-. Preguntó Jaleos.

-¿Tu quién eres? Ademas no conozco a ningún Frozzer-. Dijo Ragno.

-Soy un compañero de viaje del que tu llamas El Cuchilla Negra, osea Frozzer-. Dijo Jaleos mientras señalaba a Frozzer.

-¿Así qué su nombre es Frozzer? Que nombre más maravilloso, es perfecto, ya puedo oir a todos los demás aclamandolo, Frozzer El Cuchilla Negra, será todo un honor servirle, por favor, acompañame al gremio, todos están esperandote-. Dijo Ragno.

-Ni siquiera respondiste mi pregunta-. Dijo Jaleos.

-¿Me darán algo por acompañarte?-. Preguntó Frozzer.

-Solo podemos ofrecer nuestra lealtad y devoción, también tenemos comida y riquezas, pero son cosas sin importancia-.

-Me convenciste con la lealtad-. Dijo Frozzer con una sonrisa pícara.

-Pero nosotros tenemos que ir con él-. Exigió Rinmi.

-Claro que el familiar de El Cuchilla Negra esta invitado-. Dijo Ragno.

-Esa soy yo-. Dijo Náty mientras levantaba la mano.

-Pero ellos viajan con nosotros, son algo así como compañeros-. Dijo Frozzer.

-Si El Cuchilla Negra lo aprueba, yo no puedo diferir, permítame-. Dijo Ragno

Ragno tocó a Rezzord y recitó.

-Fegyver, amely csökkenti a lehetetlen, hogy minket, ahol a szívem vágyait-.

Antes de un parpadeo, todos se encontraban frente a dos grandes puertas de madera.

-Aquí estamos, esta es la entrada al gremio, no se preocupen, presentaré al Cuchilla Negra con los demás miembros del gremio y al terminar el recorrido los regresaré a donde estaban o a un lugar cercano-. Dijo Ragno

-Espera, ¿Como nos teletransportaste hasta aquí?-.

-La Cortadora del Vacío consta de poderes inimaginables, con mucha dedicación y algo de tiempo, El Cuchilla Negra será capaz de dominarlos todos a su preferencia, pero de eso ya sabrás después, por ahora, concentremonos en presentarte-. Dijo Ragno.

Al entrar, vieron el lugar lleno de hombres musculosos y de temer, sin embargo, todos vestían trajes ajustados y actuaban de manera muy afeminada.

-Compañeros, traigo ante ustedes, a aquél que nos guiará a la victoria en todo lo que se proponga, a aquél capaz de blandir la legendaria Cortadora del Vacío, traigo ante ustedes a una leyenda que prevalecerá por siempre, El Cuchilla Negra-. Presentó Ragno.

Todos los hombres dejaron de hacer sus actividades y voltearon a ver a Frozzer.

-¡El Cuchilla Negra ha aparecido!-. Gritaron todos los hombres mientras se dirigían corriendo dispuestos a abrazar a Frozzer.

FrozzerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora