—¡Cuidado!— gritó Remy al rescatar una copa que se le había caído a la joven.
—Lo siento, no estoy acostumbrada- respondió apenada.
—No hace falta que te disculpes, almenos a mi... Venga, les ha dado por subir la mesa a la cubierta, ahí estan todos- dijo poniendo los pucheros en una bandeja- sube y sírveles.
—Si puchero es desayuno... ¿que haceis para el almuerzo?- preguntó cogiendo la bandeja.
—Nosotros solo desayunamos y cenamos.
Anthia decidió no hacer más preguntas y se dispuso a subir una bandeja.
La cubierta que antes había estado vacía ahora estaba ocupada por mesas y banquetes en los cuales hombres hambrientos eseraban impacientes la llegada de la comida.—Empieza por este lado— gritó uno
—¿Eres el postre?— preguntó sonriente otro.
Decidió empezar por el lado opuesto de los gritos. Parecía averse dispuesto de forma bastante ordenada. Los jóvenes bucaneros que apenas habían llegado a la adolescencia se situaban juntos.
Eran chicos bastante tímidos, probablemente capturados como ella. Aunque fuerán pequeños su apetito era grande y parecían devorar la comida.Volvió a bajar por otra bandeja que Remy había preparado.
Esta vez se dirigió a una mesa llena de hombres fuertes. Susurros acompañaban todos sus movimientos. No les tenía miedo. Supuso que eran bucaneros ya mayores que poca experiencia habrían tenido en la piratería.Terminó de servir la mesa y antes de poder bajar a por otra bandeja Remy estaba detrás suya con una sonrisa.
—Buena suerte con esa mesa— le deseó a la joven mientras se dispuso a servir copas de vino y más puchero a algunos.
Quedaba una mesa. Ahí se encontraban piratas forzudos que jugueteaban con sus cubiertos.
A medida que Anthia se acercaba pegaban golpes en la mesa cada vez más rápido y más fuertes.—Chicos hacedme un sitio— pidió Porfirio agarrando a bonifacio de pelo para que se sentase a su lado.
No encajaban con esa mesa. Era como si un vagabundo hubiese entrado en la corte. Santiago cesó las miradas de desacuerdo dejándoles un sitio a su lado.
— ¡Que exquisitez!— exclamó Santiago dándole una palmada en el trasero a la muchacha— que pena que esa ropa te sienta tan mal.
—Esta bien...
—¿Bien? No, hazme caso que no. Menos mal que nos dirigimos hacia la gran isla ¿No muchachos?— respondió Santiago.
Una sombra pareció callar a los hombres que reían en acuerdo de lo que decía.
—Precisamente de eso tenía que hablar con la "invitada"— dijo el Capitán mientras agarró su mano para después llevarla a su habitación.
∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆
Holaa espero que os gustase este capítulo.¿Qué nombre le pondríais a una isla pirata?
∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆
ESTÁS LEYENDO
La pasión del pirata
PrzygodoweLos miembros de la alta sociedad viven sin saber que algo oscuro les acecha. Los mares son infestados de bestias y piratas que roban algo más que oro. Descubre una historia más complicada que amor y aventura. ¿Eres capaz de entender las diferentes p...