Cap 12

1.6K 62 2
                                    

Hasta el martes 1 de Agosto! :)


OH, NO! Hoy no podría hacer nada que necesitara tanta energía como ir a las carreras —dijo Larissa, cuando asomó la cabeza, sobre las diez de la mañana—. Estoy cansadísima. Pero vosotras id, si queréis.

Cuando Yulia quiso convencerla, Larissa insistió:

—Yo estaré bien aquí sola. Miraré un poco de televisión, y luego me echaré la siesta después de comer. ¿A qué hora creéis que estaréis de vuelta?

—La última carrera es a las cuatro y media, pero yo siempre me suelo marchar antes. Para más seguridad, pongamos que estaremos en casa sobre las seis —dijo Lena—. ¿Le gustaría que saliéramos a cenar fuera esta noche, Larissa?

—No, esta noche, no. Gracias, Lena. Pero te diré lo que me gustaría.

—Sus deseos son órdenes —dijo Lena.

—Que pidamos comida a algún restaurante chino. Me da igual cualquier plato. Me gusta toda la comida china.

—¡Hecho! Traeremos una selección de platos.

Larissa sonrió.

—Es una buena idea.

Lena se quedó conforme, si bien no había pensado ir a las carreras ese día. Los resultados del último sábado le habían aconsejado un descanso en su sistema. Sólo funcionaba bien con caballos que iban a la cabeza, y después de la última temporada de carreras de la primavera parecían haberlos retirado por un tiempo.

Pero le gustaba la idea de llevar a Yulia a las carreras, pensó mientras se vestía. Habitualmente veía a gente de negocios del brazo de chicas guapas, la mayoría de ellas amantes, suponía Lena. No tenían aspecto de esposas, con esas figuras de modelos y esas caras maquilladas perfectamente.

Más de una vez se había imaginado a Yulia como su amante. Había fantaseado con hacerse rica y comprarla con el poder de su dinero. La falta de deseo por parte de ella no importaba en aquel sueño. Yulia haría lo que ella quisiera simplemente porque Lena pagaría cantidades exorbitantes por ella. La vestiría con ropa de diseño y le haría regalos caros, y la llenaría de lujosas joyas.

Desgraciadamente, en realidad, Yulia no se dejaba impresionar por el dinero, ni por la ropa de diseño, ni por las joyas. Era una chica que solía vestir la mayoría de las veces con vaqueros o pantalones cortos, y no usaba más adorno que un reloj de pulsera deportivo con el que se cronometraba cuando salía a correr. Tenía dos trajes andróginos con los que iba a trabajar, uno azul marino y otro negro, que solía combinar con blusas baratas y camisetas. Así que no era de extrañar que se hubiera sorprendido al verla con algo más femenino la noche anterior.

De todos modos, la situación real de ese momento le daba cierta libertad para comprarle cosas, aunque ya no tenía que comprar su deseo. Increíblemente, ya lo tenía.

Aquella idea la llenó de euforia. Ya no había nada que no se atreviera a hacer, ni que no pudiera hacer.

Excepto ganarse su amor.

Esa mañana, en un momento, Lena habría jurado que Yulia había estado a punto de decirle que la amaba. Había presentido que ella había sentido algo mágico entre ellas. Pero, por supuesto, eso sólo había ocurrido por su parte.

«Todo lo que ella quiere de ti es sexo», se dijo. La pelirroja llevaría el mismo camino que las otras. Iría al cubo de basura una vez que la hubiera usado.

Engañando al amor (t.A.T.u Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora