Cap. 3 Fiestas

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CAPÍTULO 3: FIESTAS

Cuando terminaron las 6 horas de infierno a las que los adultos se empeñaban en llamar instituto, salí de allí armada con mi móvil porque tendría que hacer muchas llamadas antes de la fiesta de esta noche. Era irónico que fuese Jenny la que daba la fiesta y que yo tuviera que hacer todo el trabajo. Pero si quieres algo de calidad tienes que hacerlo tú mismo (MI propia versión del refrán) no solía usar refranes, los consideraba como cosas de empollones y filosóficos pero esa frase había sido algo que me había marcado mucho a lo largo de mi vida, algo así como la frase de resumen de mi vida.

Un flamante Ferrari rojo se paró enfrente de instituto y el conductor pitó. Me volví al escuchar mi nombre. En el asiento del copiloto iba mi novio, Brock y el que conducía lo reconocí como uno de sus hermanos.

-¡Nena!¿Te subes?.

-OK, pero espera porque tengo que llamar al chófer para que no venga.

Una vez hecha la llamada, fui hacia el coche y me monté atrás. Como Brock quería ir conmigo, se bajo y se montó atrás también. En realidad, yo también podía conducir pero, ¡por favor! ¿qué chica rica iba conduciendo? Nadie, ya tenía suficiente con que mis padres me obligaran a ir a una escuela pública, (aunque por lo menos estaba en una buena zona y era una de las más prestigiosas dentro de las escuelas públicas de NY y de todos los Estados Unidos) solo porque no quieren que la gente sepa quienes son mis padres realmente y en una escuela privada llena de niños pijos (que realmente era como era yo)  sería más dificil ese propósito.

El trayecto hacia mi casa fue normal. Algunos besos y conversaciones sin importancia. Justo antes de bajarme, me acordé de la fiesta de esa noche y me giré para decírselo a Brock.

-Guapo, hay una fiesta esta noche. ¿Te vienes?

-Vale.¿Dónde es la fiesta?.

-En casa de Jenny.

Mi novio puso cara de... no voy porque va a ser una mierda, así que cuando terminé de reirme se lo expliqué.

-Ella pondrá la casa para la fiesta pero yo me encargo del alcohol y de invitar a la gente adecuada- dije tras guiñarle un ojo.

Ahora él se veía más convencido.

-Entonces nos vemos esta noche, preciosa.

Tras una sonrisa de despedida, comencé a subir el camino hasta mi casa. Cuando llegué a mi casa, cogí las llaves de mi mochila de Roxy e introduje las llaves en la cerradura. Ésta se abrió con un ¡Clack! dándome una deslumbrante vista. En días de sol como aquel, el mármol blanco de las paredes resplandecía como miles de diamantes, reflectando la luz. Me adentré en el amplio vestíbulo y comencé a subir la escalera, sin molestarme en decir que ya estaba en casa, porque sabía que no había nadie que me escuchase. Como mucho la cocinera-limpiadora-niñera; pero a estas horas, estaría en la cocina escuchando la radio clásica a todo volumen mientras preparaba la cocina. La soledad en esta casa se hacía visible en días como aquel, en los que mis padres estaban de viaje y no habían estado allí por algo más de una semana.

Subí a mi cuarto y cerré la puerta para que nadie me molestase. Sé que no había nadie en la casa pero ya era por costumbre.

Comencé haciendo llamadas a conocidos, amigos y compañeros de curso...terminé cuando mi móvil no pudo más y se apagó por falta de batería. La mayoría de la gente e había dicho que iría, ahora solo quedaba avisar a Jenny. Pero quedaba algo por hacer. Tenía que conseguir alcohol para la fiesta, cosa que le resultaba algo difícil porque soy menor de edad pero... para eso tenía unos padres con dinero y una bodega llena de vinos, licores y demás tipos de alcohol. Supuestamente yo no tendría que conocer ese lugar y que no sabía el escondite de la llave que abría la bodega, pero solo se suponía porque yo sabía su existencia y el escondite llave que abría ese lugar.

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