Capítulo 12: Un humor de perros, parte 2

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Pido disculpas,  sé que el capitulo llega con mucho retraso, pero fue por causas que escaparon de mi mano. Este capítulo pensaba publicarlo hace una semana, pero lo que ocurrió fue esto:

1-Como dije, estube de vacaciones y no pude ni escribir ni leer.

2- Mientras estaba de vacaciones se me estropeó el ordenador en el que tenía el Word con los capítulos y cuando mandé a arreglarlo, me dijeron que mínimo tardaría un mes.

2- Pese al cabreo que tenía porque momentáneamente lis capítulos que tenía escritos estaban borrados, decidí escribirlos de nuevo desde otro ordenador. Bien, ¿el problema?  que cuando ya llevaba la mitad o menos de este capitulo escrito, ¡se me fue Internet por cuatro diás porque cambié de compañía (cosa que seguramente no le importe a nadie)

RESULTADO: después de esta gran cantidad de imprevistos que me perjudicaron y de una etapa en lo personal bastante mala, tuve que escribir este capítulo en el móvil con ese teclado infernal,  lo que me llevó a tardar otros dos días más en escribir el capítulo y a pedir Perdón de nuevo, esta vez por las posibles faltas de ortografía  qye podáis encontraros.

Y sin más tardanza (que ya fue suficiente con la que llevo acumulada) oa dejo para que disfrutéis del CAPÍTULO 12: UN HUMOR DE PERROS (el mismo que tengo yo ahora mismo)

Capítulo 12:Un humor de perros, parte 2

Cuando decía que mi día fue horrible, lo dije de verdad, me encontraba caminando hacia la parada del autobús cuando algo duro comenzó a golpear repetidamente mi espalda y cabeza, me di la vuelta, preparada para hecharle una bronca a cualquier niñato estúpido con ganas de molestar, cuando una bolita blanca impactó contra mi mejilla, ¡mierda! esto dolía como el infierno, ¡AUCH! Me di cuenta que lo que había notado era granizo y corrí los últimos metros que me separaban de la ansiada cubierta de la estación de autobuses. Una vez allí pude respirar tranquila y maĺdecir tranquila al asqueroso y horrible tiempo que hacia en Dakota, más aún en el invierno. El autobús tardó poco e  llegar. Iba de camino a suplantar a Mel en su trabajo,  su táctica de chantaje emocional había sido caer muy bajo, pero al final accedí y por eso estaba ahora mismo levantándome de mi asiento porque ya había llegado a mi destino.

Una casa grande con un inmenso  cuidado jardín,  se cernía sobre mí.  Toqué un par de veces el timbre y una voz femenina me preguntó por mi identidad.

Al entrar, vi a una mujer esbelta y bien vestida de pie en la entrada.

Me sonrió amablemente y me invitó a pasar y a sentarme en uno de los sofás negros que había en la sala de estar.

-Tú debes ser esa amiga de total confianza de Melanie, soy Bianca, encantada.

-Sí señora, me llamo Mary, encantada.

Si en algún momento le chocó mi vestimenta,  no lo demostró y eso me agradaba de esa mujer, que no me juzgó por mi aspecto.

-Bueno, te pondré un poco al corriente, mi princesita se llama Annaluz, aunque solemos llamarla Annie. Tiene diez años. En general es una niña muy buena y no creo que te dé ningún problema, además por lo que me dijo tu amiga, estás acostumbrada.

-¿Perdón? no comprendo, señora.

-Oh, trátame de tú.  Y... bueno, hablaba de que según me dijo tu amiga, tú has trabajado antes con niños.

¿Qué?  es decir, estaba claro lo que había escuchado,  ¿pero cómo pudo Mel inventarse algo así? Bianca me miraba fijamente y seguramente sospecharía si no respondía,  por lo que me apresuré a mentir.

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