Capítulo 17: lamentos

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Hola, antes que nada, aclararé que este capítulo estará escrito en tercera persona porque pensé que así daría mucha más sensación de lejanía, que es todo lo que yo quería transmitir.

Espero que os guste y felices fiestas :)

(Debo confesar que ya tenía el capítulo preparado hace tiempo pero quería hacerlo coincidir con la navidad/nochebuena  para que este fuese mi regalo personal para todos vosotr@s <3)

Capítulo 17

20 octubre

Una joven se lamentaba, apoyando su rostro en una lápida de piedra gris, con el nombre de "Charlotte Smith" tallado en ella. Su pálida piel estaba manchada de sucia tierra, pero a ella parecía no importarle en absoluto,

Balbuceaba sin poder emitir ninguna palabra coherente, sollozando sin poder detenerse.

-Mamá... lo siento... y-yo.

Ella apenas podía juntar dos palabras sin romperse en mil pedazos. Miró al cielo e intentó recomponerse.

-¿Sabes? siento que es mi culpa... todo esto que... que nos ha ocurrido, que os ha ocurrido, yo... lamento que... - la chica suspiró pesadamente- lamento no haberte dicho nunca que te quería, supongo que... me cerré en banda, fue tarde cuando finalmente lo comprendí, quizás también fue tarde para cuando tú te diste cuenta de las condiciones en las que yo estaba viviendo, pero realmente me lamento de cada segundo en el que estuve enfadada contigo, mamá... no sabes cuánto daría por recuperar la relación que teníamos cuando era pequeña, no sabes cuanto daría por recuperarte.

Y ella finalizó llorando de nuevo, porque dolía, dolía mucho expresar algo a lo que no estaba acostumbrada, Porque no estaba acostumbrada a hablar de sus sentimientos más profundos, porque no estaba acostumbrada a hablar con su madre y por encima de todo, no estaba acostumbrada a hablarle a una tumba. A la tumba de su madre.

-En momentos yo misma dudé de mí, era como si viviese la vida de otra persona, nunca le he dicho esto a nadie pero... crei que no tenía corazón, reflexionaba... aunque eso sonase extraño en mí- dijo ella con una risa ronca- y pensaba en todo lo que había hecho y sufría y bebía y así lo olvidaba hasta la próxima vez, poco a poco me fui insensibilizando y eso fue lo que más temía... pero ahora sé que tengo corazón, puedo sentir cómo se rompe... o quizás ya estaba roto antes.

La chica se acercó a la lápida y la besó, susrrando unas palabras que se perdieron en el silencio del cementerio. Giró la cabeza a la lápida de al lado, <<Lawrence Green (29 enero 1966 - 9 octubre 2014)>> ella fijó la vista unos segundos más en el grabado de la lápida y luego se fue, sin mirar atrás, quizás marcando un nuevo comienzo y cerrando un final.

Volvió andando y, por caprichos del destino, (o del Karma) comenzó a llover. Pero a ella no le importó, era extraño, porque le comenzó a gustar la lluvia. El cabello se le mojó, la ropa se le mojó, los coches pasaban por su lado y la empapaban aún más, o algún que otro le silbaba y decía cosas obscenas a las que en el pasado ella hubiera contestado con una sonrisa pícara.

Pasó por delante de un charco. Se miró y se sorprendió, porque era extraño no verse el cabello rubio platino y era extraño ir toda de negro y era extraño el maquillaje que llevaba y era extraño sentirse tan bien con esas extrañezas.

***


Ya quedaba poco para marcharse del lugar que la vio nacer, crecer y sufrir, porque en los últimos tiempos había sufrido mucho y estaba dispuesta a cambiar eso y, mientras Denysse estaba en el aeropuerto esperando su avión, se dio cuenta que por primera vez, tenía esperanza y aunque esta se desvaneciera en el momento en el que ella pisase su nuevo hogar, ese momento perduraría.

Una voz femenina se hizo sonar sobre el ruido ajetreado del aeropuerto. <<Los pasajeros del vuelo...>>

-Bueno, ese es tu vuelo, pequeña. -Johanna tenía los ojos cristalizados, se notaba que ella trataba de contenerse y no romper a llorar entre el tumulto pero llegados a un punto, no pudo aguantar tantas emociones por más tiempo.-Intentaré ir a verte cuando pueda y... bueno, te-te deseo lo mejor, yo... confío en ti, espero que seas feliz y... oh cariño, esto duele mucho.

-Y, ya  Johanna...  estaré bien. Ya, para. ¡Perderé el avión!

Y se alejó, con una nostálgica mirada y una tristeza inquebrantable en el alma.

Siguiendo el atardecer, el avión emprendió viaje hacia un único destino que para una de las pasajeras era algo más que un simple lugar, era el comienzo de una nueva vida.

***

Y... bueno, me parece que me quedó algo corto pero pienso que si no lo dejaba así quedaría como muy "de relleno" y yo odio hacer eso por lo que os dejo con este pequeño pero personal capítulo:)

KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora