Mentiras piadosas

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                                                              Capítulo 4

Shannon

Salgo de la ducha y me seco el exceso de agua con una toalla y la enrollo a mí alrededor. Después utilizo otra para secarme el pelo.

Salgo de la habitación y voy hacia el armario de Axel. En el encuentro unos bóxers negros y me los pongo. Aquí no tengo ropa interior así que creo que no le molestará. Escojo una camiseta vieja con el símbolo de Batman, los shorts con que dormí y el sujetador. No pienso ir sin sujetador delante de Axel. Ni en broma.

Me pongo la ropa y encuentro un cepillo de cabello que dejé la última vez. Me desenredo el pelo con él y lo dejo donde estaba. 

Bajo las escaleras. Antes de entrar a la cocina, se puede oler lo que Axel está preparando. Mmmm, tortitas con chocolate y nata. Mis favoritas.

Él todavía no me ha visto entrar y está de espaldas, repartiendo las tortitas en dos platos. Tiene los hombros anchos, las caderas estrechas y la espalda musculosa debido al entreno. Le encanta el agua y nadar para él es como el paraíso. Como pez en el agua. Y es una delicia verle. Todo sus músculos mojados, su pelo…

 Cuando da la vuelta para poner las cosas en la isla de la cocina, se sorprende al verme sentada. Me da una sonrisa ladeada.

—Boooh. —Digo de broma, riendo.

Él me contesta con una sonrisa y pone un plato delante de mi. Sip, tortitas con chocolate y nata.

Me da un beso en la frente.

Pone su plato al lado mío pero no se sienta. Va a la encimera donde está una taza llena con líquido y un vaso con zumo de naranja.

Pone la taza en frente mía. Café. Que rico.

—Gracias. —Sonrío.

—No es nada. —Bebe un poco de su zumo.

Me giro cuando le sienta a mi lado en la isla y le doy un beso en la mejilla.

Tomo el bote de azúcar delante de mi y le agrego una gran cantidad hasta que decido que esta como me gusta.

—Te seria más fácil echarle todo el bote.—Se ríe.—¿Cómo puedes bébertelo? Es como un mejunje demasiado dulce.

—Nunca está demasiado dulce.—Sonrio y le codeo las costillas.

Me empuja suavemente riéndose y pregunta: 

—¿Qué vas a hacer hoy?

Me llevo un trozo de tortita a la boca -están jodidamente buenas- y después de comérmela, respondo.

—Tengo que ir a casa para ver a mamá pero luego de eso estoy libre. —Pico un trozo de tortita. —¿Tienes algún plan?

Caigo en cuenta de que la casa está limpia. Todo recogido y ordenado en su sitio. Axel debió de haberse levantado mucho antes que yo para hacerlo. Bueno, al menos cumplió su promesa de no dejarme limpiar.

—Nop, absolutamente nada. —Sonríe. — ¿Qué quieres hacer? Hoy te dejo los planes a ti.

— ¿Qué tal ir a la playa y tomar unas fotos? Hace milenios que no toco la cámara. —Y lo extraño. La fotografía es una de las cosas que me relajan. Sólo el mundo y yo… y Axel esta vez.

—Solo han pasado dos días desde la última foto. —Levanta una ceja.

Ah, nunca lo entenderías.

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