Capítulo 8
Primera parte
Shannon
-¡¿Qué?!
No. No, no no,no. ¿Qué hace mi madre aquí? ¿Cómo se enteró? ¿Se lo dijo Axel? Juro que si fue él, lo mato. Aquí y ahora.
-¿Cómo sabía que estaba aquí? ¿Le dijiste?-Pregunto entrecerrando los ojos.
-Cariño, tu madre trabaja aquí. Alguien seguramente te reconoció y la avisó.-Arquea las cejas.
Y ¿que demonios le digo? Oh, ahora si que la he cagado. Yo. Borracha y drogada en la fiesta de la casa de al lado. Mierda, Axel.
-¿Supo comó fue? ¿Donde?-Pregunto con los ojos muy abiertos.
Si mi madre descubre que paso en la casa de Axel, tendremos problemas. Yo tendré problemas.
-Si, yo se lo dije.-Habló lentamente como si fuera un animalito asustado.-Necesitas hablar con ella, nena. Se está muriendo de la angustia ahí fuera.
Suspiré.
-Va a matarme.
-Solo está preocupada por ti. Se vino abajo cuando lo supo. Habla con ella.-Dijo tomando mi rostro en sus manos y besándome la frente. -Voy a irme, estaré esperando fuera.
-Está bien.-Asentí en comprensión y le di un beso en la mejilla.
Al alejarse vi que su rostro estaba contraído y la preocupación se refleja en sus ojos. Yo hice eso, hice toda esta maldita situación.
Me pasé una mano por la frente y me la rasqué ligeramente intentando aliviar el dolor que empezaba a martillearme las sienes. Tengo migraña cuando estoy muy nerviosa, preocupada o asustada y a veces las jaquecas son tan fuertes que me hacen vomitar. Ahora mismo no tengo ganas de que me explote la cabeza y por eso me obligo a calmarme. En ese mismo instante mamá entra en la habitación.
-Hola.-Susurra bajito.
Ha estado llorando, sus ojos la delatan. Están inyectados en sangre e hinchados y su nariz un poco roja. No me gusta ver a mamá triste. Pocas veces la veo así, ella siempre a sido una persona feliz y divertida, ha sido mi roca, además de Axel, pero ahora mismo es todo lo contrario a eso. Se ve como cuando pocas veces la encuentro mirando un álbum de fotos que guarda en la mesita de noche. Fotos de papá.
-Hola.-Mi labio inferior comienza a temblar y me acerco a ella y la abrazo. Ahora mismo necesito el calor y la protección maternal. Necesito sentir la conección que tenemos porque no quiero estar perdida, no quiero sentirme sola.
-Ya, ya mi niña. Estoy aquí, tranquila.-Me reconforta acariciándome el cabello.
-Mamá y-yo...-Digo entrecortadamente por los sollozos.-L-lo siento, te decepcioné.-Las lágrimas brotando incontroladamente de mis ojos.
-No, mi vida, no. No pasa nada, ¿está bien? No pasa nada. No tenemos que hablar ahora si quieres. Puede esperar hasta que estés lista, cariño. Ahora vamos a salir de aquí y vamos a ir a casa. Llevo toda la noche de turno y no he pegado ojo y tú deberías comer. ¿De acuerdo?-Dice suavemente. Su voz es como una nana. Por eso amo tanto a mamá. Ella es la mejor, me entiende sin yo decir una palabra.
Asentí y salimos de hospital juntas. Me di cuenta de que Axel no estaba. Seguro que regresó a casa o se fue para otro sitio pero me entristecí un poco. Pensé que él iba a llevarnos a casa, que se quedaría aquí, conmigo.
Me froto el pecho intentando aliviar el pequeño malestar que se ha creado ahí. Estoy siendo muy dependiente de él. No quiero ser una carga, molesta y pesada así que me autoconvenzo de que es mejor que estemos separados por una horas.
(...)
Al llegar a casa mamá y yo dormimos juntas. Hacía mucho tiempo que no lo hacíamos pero necesitaba saber que estaba ahí conmigo. Aunque fuera un poco después de las doce del mediodía nos dormimos cerrando las ventanas para evitar que la luz entrase. Luego de eso le conté todo lo que recordaba de esa noche temiendo que me regañara y se decepcionara por ser tan descuidada. No lo hizo. Ella solo lo entendió, me dijo que no me confiara aunque estuviera en la fiesta del que ella consideraba un hijo más y que siempre estuviera atenta. Sé que intenta perecer neutral pero aunque lo esconde veo su preocupación. Le di un buen susto y no creo que se le vaya a olvidar nunca.
Ambas sabíamos no con certeza pero era casi seguro que no me había pasado nada. Aun así se que el sueño que tuve fue real. Yo estaba en un sitio oscuro y él me estaba quitando el vestido. Puede que no llegara más lejos pero ya lo que hizo fue suficientemente grave y eso se va a quedar grabado a fuego en mi memoria. Puede que no sepa nunca quien fué, puede que mientras camine por la calle me lo encuentre y pase de largo porque no recuerdo su cara. Pero malditamente recuerdo su voz y se que esa voz se convertirá en pesadillas.
(...)
Estoy sentada en mi cama con el móvil en la mano. Tengo que llamar a Lily. No he hablado con ella desde la fiesta y ni siquiera se si llegó a casa de una sola pieza. Lo sé, soy una mierda de amiga. Pulso su nombre y me llevo el teléfono al oído. Contesta al tercer timbrazo.
-Hola, desaparecida. -Contesta alegremente.
-Lo mismo digo, compañera.-Digo con tono irónico.
Bufa.
-Vale, tienes razón pero he estado ocupada.-Me imagino que ahora mismo tiene esa sonrisa del gato que se comió al canario.
-Ah, ¿si?¿Con qué?-No se para que pregunto si me se la respuesta. John.
-Con un moreno muy guapo.-Suelta una pequeña risita.
-¿Desde el viernes?-Pregunto asombrada.
Wow, si que se entendieron por completo esta vez.
-Sip. Grayson es increíble.-Suspira.
-Lo sabi- espera, ¿qué?-¿No se fue con John? ¿No estaba superpillada por él? ¿Qué ha pasado aquí? ¿Quíen es Grayson?
-Uff -Bufa.-Esto es muy largo de contar. ¿Te apetece que quedemos?
Oh, si. Llamadme cotilla pero esto no me lo pierdo. Además, yo también tengo un culebrón propio que dar a conocer.
-¿Dónde te viene bien?
-En la tuya mejor. Mi madre esta que echa humo con mi hermana y su novio. Los a pillado en una escena de intercambio de saliva. Asqueroso.-Sé que no la puedo ver pero en este mismo instante juraría que ha puesto cara de como si se hubiera comido algo agrio. Lo se porque yo lo estoy haciendo ahora mismo.
La hermana de Lily, Molly, tiene catorce pero es más lista que el hambre. Ella y Lily tienen un carácter muy fuerte y la mayoría de las veces chocan. La verdad es que para tener la edad que tiene, ella es bastante experimentada con los chicos. Ya sabes, el caso de revolución total de hormonas. No hay quien las controle.
Aunque, bueno, no lo quiero admitir pero Molly es como una mini Lily. Si ella pudiera oír mis pensamientos ahora mismo no dudaría en que estaría planeando mi asesinato mientras cava mi tumba. No se soportan ninguna de las dos.
-Incluso te haré un favor. ¿Quieres quedarte a dormir?-Pregunto.
En el teléfono se escuchan unas voces de fondo. Son agudas, sin duda de Molly porque a gritado claramente "¡No puedes prohibirme nada! ¡Yo le quiero!" de fondo. Estoy totalmente agradecida ahora mismo de que mamá no haya tenido más hijos.
-Creo que te quiero un poco más solo por eso.
ESTÁS LEYENDO
Destinada a ti
Romance"Lo admito, tenía miedo al amor. No sólo el amor, sino a amarla. Ella era el océano y yo sólo un niño que amaba a las olas pero estaba completamente aterrorizado de nadar ". - Christopher Poindexter