Dulce provocación

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Capítulo 3

Axel

Cierro la puerta de mi cuarto y bajo las escaleras. Todo esto es mi culpa. Nadie más consumió drogas anoche que yo sepa y no pudo ser una coincidencia que justo Shannon fuera la única. No me lo trago.

Ella nunca hace nada malo ni se lleva mal con nadie. Tampoco creo que algún cabrón tuviera los tuviera bien puestos en mi maldita casa. Todos por aquí saben que ella me importa y es la única manera de herirme. Vivo solo desde que mamá se mudó con su novio a mis 19 años. No queda nadie más. Los chicos, John y Louis, se pueden defender pero ella... Es como si fuera mi pequeña hermanita, mi punto débil.  

Cojo mi móvil y llamo a Louis.

Responde al quinto tono.

—Voy a matarte, cabrón. Estaba durmiendo —su voz es claramente más ronca que lo habitual así que de verdad lo desperté.

—Sí, bueno, que mal —digo con ironía—. ¿Invitaste a algún tipo con una camiseta de un equipo de futbol? ¿Moreno y que su nombre empiece con C? ¿Te suena?

—Mmm, no lo sé. Creo que un par. ¿Por esa mierda me has despertado? —pregunta confundido.

—Ayer Shannon habló con uno de ellos y puede que la drogaran. Necesito encontrarle. Voy a partirle la cara—. Mis puños tiemblan por ello con ansias—. Pudo haberle pasado cualquier cosa —digo más para mi mismo que para Louis.

—Vaya putada. No sé quién puede haber sido pero haré un par de llamadas. No hagas ninguna locura mientras. ¿De acuerdo? Nada por tu cuenta, Axel.

—Sí, joder. Hazlo rápido —contesto—. Gracias, Louis.

—Para eso estamos, hermano.

Cuelgo y me dirijo hacia mi habitación.

Cuando entro, escucho el agua caer y sé que Shannon está tomando una ducha. Mi mente rápidamente viaja hacia los sucesos de ayer y como se veía su cuerpo cuando le ayudé a desvestirse.

Flashback

Cierro la puerta de mi habitación y veo a Shannon tambalearse. La cojo por la cintura para que se estabilice y la ayudo a quitarse los tacones. Cuando por fin esta sin ellos, tiene un poco más de equilibrio y ya no es tan alta. La giro de espaldas a mí para bajarle la cremallera del vestido y ella se aparta débilmente.

— ¿Qué estásss haciendo? —susurra lentamente por estar ebria.

—Quitándote esto. Tienes que dormir y con un vestido es un poco incomodo —la vuelvo a acercar a mí y lo vuelvo a intentar.

—Oh,... está bien —suspira.

Suspiro.

Cuando por fin logro desabrocharle el vestido, bajo los tirantes y cae suavemente en torno a ella hacia sus pies.

Sin poder evitarlo, miro su espalda, la curva de su trasero y sus piernas. Ella ya no era aquella niña que una vez fue. Ahora Shannon es toda curvas y suave piel. Mis manos pican por tocarla pero me regaño a mí mismo.

¿En qué carajo estoy pensando? Es Shannon y esta borracha, por Dios.

Pero soy un chico, no soy un caballero y no soy de piedra. Mis ojos están anclados a ella. Lleva ropa interior negra y es minúscula.

Dulce Jesús.

Sacudiendo mi cabeza para evitar malos pensamientos, camino un poco incomodo hacia el armario y saco una de mis camisetas. Me fijo que hay algo de su ropa en una esquina así que cojo lo que parece ser un pantalón de pijama corto suyo azul.

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