Destinada a ti

El destino me odia

Capítulo 15

Shannon

Una semana. 

Ha pasado exactamente una semana y dos días desde la ultima vez que le vi en la puerta de mi casa, treinta minutos después de confesar mi alma entera ante él. 

Básicamente he vivido esos días con miedo de salir de casa, encontrármelo y pasar por toda la vergüenza de nuevo. Mamá lo notó en cuanto me vio. Debía de lucir espantosa para que tu madre te comprara chocolate y alquilara un par de películas románticas de lagrima fácil para consolarte. 

Y no me quejo; de hecho, la amé muchísimo más por eso. Así que le conté todo y como era de esperarse, me entendió totalmente. Me dio un par de buenos consejos, consejos que iba a practicar justo ahora. 

Era ridículo quedarme en casa, lamiendo mis heridas y lamentándome por todo lo que le había dicho. Sobretodo porque me abrí en canal a la persona en quien más confió y él me rechazó por completo. La gracia es que si Axel hubiera sabido que no solo me gusta, sino que estoy totalmente coladita por sus huesos probablemente ya estuviera al otro lado del país ahora mismo. 

Lily me llamó al día siguiente de aquella noche preguntándome si estaba bien con todo el altercado ocurrido en el NIX. La verdad es que ni siquiera lo recordaba. Debió de notar mi voz de ultratumba cuando me empezó a bombardear con todo tipo de preguntas. Así que también le conté. Nunca había oído decir tantas palabrotas salidas de su boca en un tiempo récord. La chica podría hacerse pasar por un camionero en el momento que quisiera. 

Después de eso me dijo que necesitabamos una noche de chicas y que si quería, podía quedarme con ella un par de días. Quise negarme ya que era mucho tiempo y no sabia si su peculiar familia aguantaría a otra adolescente con hormonas revolucionadas en su casa. Pero no me dejó decir ni una palabra más. Me amenazo con, literalmente, "arrastrar mi culo hasta su casa". Y viniendo de Liliane McCain, esa no era una promesa vacía. 

Así que se lo dije a mamá y ella estuvo de acuerdo. Por eso me encontraba revolviendo mi armario y cajones. 

  — ¡Mamá! —grité desde mi habitación— . ¿Has visto el estuche de mi cámara? No lo encuentro por ningún lado. 

  — ¿Qué? — gritó de vuelta mi madre desde la planta baja. 

Salí del cuarto hasta pararme en la cima de las escaleras. 

— El estuche de mi cámara. ¿Lo has visto?

— ¡Ah, sí! Lo siento, cariño. Tenía una tarjeta SD guardada ahí y lo tomé. Me olvide de guardarlo en su sitio. Esta encima de mi mesita de noche — dijo. 

Fui directa su habitación y tomé el estuche volviendo a la mía. Ya tenia mi mochila con toda la ropa que usaría y mi neceser encima de la cama al lado de la cámara. Me puse un asa en el hombro izquierdo y cruzando mi pecho estaba el dichoso estuche. Tomé la cámara y bajé las escaleras. 

  — ¡Ya me voy! — dije buscando a mi madre en la cocina. 

 Ella llevaba el pelo en un moño descuidado, unos pantalones de correr grises viejos y desgastados y una camiseta blanca con rayas azules. 

  — Está bien. No hagáis ninguna locura. — Dice besándome en la frente y dándome un abrazo. — Voy a extrañarte, cariño. 

  — Mamá, son dos días. — Me reí dándole un beso en la mejilla. 

— Cuando seas madre, lo entenderás. — Dijo sonriéndome. 

Rodee los ojos. 

— Me alegro  de que ahora estés un poco más contenta. No me gusta verte así de apagada. —Me acarició el cabello con ojos tristes. 

Y eso me llevó de vuelta a Axel y a esa noche diciéndome que no me quería. Mi pecho se apretó y mi sonrisa se volvió amarga, extraña. 

  — Me voy. Lilly debe de estar esperándome. — Dije cambiando bruscamente de tema. 

Casi no la oigo mientras camino por el pasillo de la entrada cuando me grita:

— ¡Y pórtate bien! 

Vuelvo a rodar los ojos. 

  — ¡Sí, mamá! 

Madres. 

Salgo de casa y comienzo a caminar mientras meto la cámara en su estuche. No me había dado cuenta de que estaba caminado por delante de su casa cuando me detengo por el sonido de una voz.

Y ahí está. Una imagen que estúpidamente pensé en no ver más. La rubia Top Model que me encontré cuando llamé a su puerta hace unas semanas atrás saliendo de su casa con una inmensa sonrisa en su cara perfecta. Detrás de ella salia Axel sin camiseta y con unos pantalones a medio abrochar. El destino definitivamente me odiaba. 

Me obligué a seguir caminando pero mi cuerpo estaba entumecido. No podía apartar la vista. Mi corazón retumbaba en mis oídos y mis manos comenzaron a temblar. 

Ella se giró hacia él muy alegre y se acercó poniéndole una mano en el hombro que después paseo por su bíceps. Axel observó el movimiento y dijo algo que no alcancé a escuchar. Tuve que obligarme a parpadear hasta que se aclarara mi vista y contuviera las muy posibles lágrimas que estaba apunto de soltar. 

Hasta que ella le rodeo la nuca con los brazos inclinándose a por un beso. Perdí la batalla y las lagrimas empezaron a correr por mis mejillas. El asa que llevaba en mi hombro se deslizó y calló al suelo con un ruido sordo. 

Axel levantó la vista mirando directamente hacia mí. Sus ojos se abrieron sorprendidos al igual que su boca. Por consecuencia, la rubia también lo hizo. De repente tuve la necesidad de salir corriendo de allí así que recogí la mochila del suelo y eché a correr. 

— ¡Shannon!— lo oí gritar detrás de mí. — ¡Shannon, espera! 

Ni siquiera pensé por un minuto detenerme. Quería estar lo más lejos posible de él. No me importaba que pareciera una total cobarde por huir. Ya había hecho trizas mi corazón, lo que quedaba de él tenía que protegerlo. 

  — ¡Shannon, para!— gritó una vez más, pero no lo hice. 

Al cruzar una calle sin mirar escuché los chirridos de un coche intentando frenar.  Ese fue el sonido que hizo paralizarme. 

Pues este es el capítulo tan esperado. Si os ha gustado porfis, dejad un comentario y clicad en la estrellita. Lo siento muchísimo por no haber publicado nada en meses pero espero después de todo el capítulo haya valido la pena.  Publicaré los siguientes más seguidos así que no tendréis que esperar milenios. 

Recordad que la primera persona que comente se llevará dedicado el siguiente capítulo. 

¡He vuelto!

_Hades_