9.(parte 2)Las pruebas.

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SARA:

-Estoy nerviosa.-susurro a David mientras nos sentamos en el autobús.

David me coge la mano, la aprieta ligeramente y me dice:

-Sé sincera, tienes que estar como en tu casa, di lo que piensas. Me da igual lo que piensen de ti, yo te quiero.-me dice mientras me lleva hacia el hueco entre su cuello y su hombro. El resto del trayecto lo paso aspirando su aroma, y él acariciándome. Relajándome. Lo que necesito.

Después de un rato, David me espabila con un suave beso.

-Hemos llegado.

Mientras me levanto, observo el ambiente, tan distinto al que me rodea, tan diferente. La verdad es que no estoy acostumbrada a esto, pero siempre he sido sencilla, menos los fines de semana, que me arreglo y tal.

David me da la mano y subimos juntos al ascensor.

-Les vas a encantar, no seas tonta.-me anima David mientras me aparta un mechón detrás de la oreja.

-Gracias, lo hago por ti, eh.-asiente con la cabeza con una sonrisa en los labios mientras yo me acerco y le doy un suave beso.

El ascensor para y llegamos a su puerta.

Un apretón de manos antes de que David toque el timbre.

Una mujer con rasgos muy parecidos a los de David abre la puerta. Unos grandes ojos azules, una madre joven, no más de cuarenta, delgada, rubia y de rostro dulce.

-¡Ay, hola! Soy la madre de David, me llamo Rocío, y tú, tú eres mi nuera,¿no? Porque eres la novia de David. ¡Mi hijo tiene novia! Qué guapa eres, y qué atenta, que ha pedido la comida favorita de David...-la mujer iba a seguir hablando, pero David la interrumpe antes de que yo entre en shock.

-Hola mami.-dice mientras le da un beso en la mejilla. Me coge de la mano y me introduce en la casa. Es pequeña, acogedora, me gusta.

Rocío cierra la puerta, recuperándose de la interrupción de su hijo.

-Mamá, ella es Sara. Sara, mi madre, Rocío.-nos presenta David.

-Encantada.-le digo a Rocío mientras le doy dos besos en la mejilla.

No nos habíamos dado cuenta, pero David y yo no hemos soltado nuestras manos desde que entramos.

-Poned la mesa mientras termino de cocinar.-ordena Rocío. Entonces me mira, y se explica.-En mi casa, los novios y novias de mis hijos son uno más, así que realizan las tareas como todos.

-Sin problema, me parece bien. No vas a cocinar para uno más sin nada a cambio.

-¡Exacto!-contesta Rocío elevando las manos, como agradeciendo que alguien la comprende.

Sonrío y David me guía hasta el salón-comedor. La casa es pequeña para cinco personas, pero hasta el más mínimo rincón es aprovechado.

Colocamos un mantel blanco con una cubertería sencilla, yo sirvo el agua mientras David coloca una ensalada en el centro.

-¿Papá viene a comer?-pregunta David a su madre.

-No, está trabajando. Tu hermano está en su habitación y María no tardará en llegar.

-Como siempre.-susurra David con voz cansada, le acaricio suavemente la espalda para animarlo, él me dedica una sonrisa y besa mi frente.-Vamos a por mi hermano.-dice David tomando mi mano y guiándome hasta su habitación.

Llegamos frente a una puerta blanca en la que un cartel indica los nombres de David y su hermano Miguel en letras de graffiti.

-¿Lo has dibujado tú?-le pregunto a David, admirando los rótulos.

¿Amor prohibido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora