SARA:
Lunes.
Hoy es lunes.
¿Por qué hay que ir a clase a las 8:30 de la mañana? ¿Por qué?
Di una vuelta en la cama, quedándome cinco minutitos más antes de levantarme.
Con muchísima pereza me levanté de la cama, apagando el despertador en el que sonaba una canción de Nirvana.
Tras apagar la alarma, mientras me visto, todo lo vivido desde el sábado viene a mi cabeza de golpe.
David.
Estoy nerviosa por todo lo que pueda pasar hoy. Tememos que nos pillen. Ya sé que no va a ser fácil. Pero creo que con David puedo volver a intentarlo con una persona.
Lo conozco desde hace poco tiempo, pero entre la entrevista en su casa y el juego de las veinte preguntas, sé muchas cosas de él.
Tiene un hermano pequeño y una hermana mayor. Se crió trabajando en el campo y haciendo recados a cualquiera para pagarse los libros del colegio, y lo que sobrase, para comer en casa. Tiene miedo a volver a caer en droga o bebida, volver a vivir su pasado, aunque no se arrepiente de todo lo que cambió con catorce años. Aún fuma, porque le relaja mucho, aunque intenta dejarselo, pero no puede. Ahora trabaja cuidando a su vecino, el que se asustó cuando le contó que se drogaba. Su sueño es viajar a otro país, tal vez Inglaterra, y vivir allí para huir de todo lo que puede volver a encontrar en este país, y empezar una vida nueva. Practica boxeo, le ayuda a concentrar su fuerza o ira en una cosa, y así evita "explotar". Nunca ha tenido novias, aunque no faltaron las "amiguitas" en el centro de menores. Piensa que podríamos llegar a ser una buena pareja, pero teme la reacción de todos, en especial de mi hermano, que no es que lo aprecie mucho.
Está sorprendido de que, después de que yo sepa todo sobre él, quiera seguir a su lado.
Pero creo que es una de las cosas que estoy más segura en mi vida.
Me visto con unos pantalones negros ajustados, una camiseta interior, una camisa blanca, un jersey rojo y unas botas, me peino con la misma trenza de espiga que ayer, cojo la mochila de tejido vaquero y el móvil y salgo de casa.
Mi hermano no ha dado señales de vida, así que iré andando.
Ahora que lo pienso. ¿Por qué nos queremos esconder? ¿Por qué la sociedad no nos aceptaría?
Y mi subcosciente me golpea:
Por que la sociedad es una mierda.
Y le doy toda la razón.
DAVID:
Me levanto de mala gana y me visto mientras pienso.
Sara.
¿En qué lío me he metido?
Quiero estar con Sara, lo tengo segurísimo. Creo que puedo confiar en ella, ser yo mismo.
Porque la conozco.
Sé que quiere ser la más popular del instituto porque en casa tiene falta de atención, sus padres se lo han dado todo a ella y a su hermano, pero lo material, no lo emocional. La razón por la que va de chico en chico me parece aceptable,porque varios chicos hacen eso y pocas chicas no se arrastran por ellos.
Hemos decidido hacer nuestra vida normal, como si no nos vieramos, frente a los demás. Pero, después de salir de clase, nos veremos en la parte de atrás del colegio, en la que hay un callejón vacío, y serán solo 15 minutos, para que yo no pierda el bus. Y quedaremos todos los domingos.