Capítulo 4

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Aparqué el coche enfrente de mi casa después de las insufribles clases. Puse mi pie en el suelo y un charco que contenía todos los colores menos el transparente caló mi deportiva, genial, ¿qué más podría ir mal? Gruñí dada mi buena suerte y salté el charco para no mojarme más. Hoy había estado lloviendo todo el día y como pintaban las nubes que ocupaban todo el cielo no tenían aspecto de querer marcharse.

Agarré el cuello de mi camisa y la arrastré hasta mi cabeza para así no empaparme el pelo, me apresuré a llegar al porche de mi casa dando espaciosas zancadas. Saqué mis llaves del bolsillo de mis jeans y la metí en la cerradura, una vez dentro las dejé en la mesilla de la entrada y me paré unos segundos enfrente del espejo para peinarme un poco el pelo, lo que resultó inútil.

—¡He llegado! —grité dando un vistazo rápido a la casa.

Parecía que nadie había llegado aún. Mi hermana salía del colegio dentro de una hora y mis padres figuré que se entretuvieron en el trabajo. Un rugido proveniente de mi estómago interrumpió el silencio de la casa a excepción de la lluvia que caía y dejaba una pacífica melodía, me moría por dar un bocado a algo.

Abordé la cocina con intenciones de arrasar todo lo que se encontrase allí. Mi primera idea fueron los muffins. Abrí la estantería y me sorprendí al no encontrar nada dentro, solo una nota.

Shawn sé que tendrás una necesidad descomunal de comer, pero los muffins no son un gran alimento y a juzgar que te has acabado una caja en dos días he sido obligada a hacer esto.

Lo siento pero ayer no me dió tiempo a hacer la comida y papá no va a ir a comer hoy así que tienes que hacer la comida para ti y para Aaliyah.
Te he dejado unas instrucciones de cómo hacer fiddleheads.

Te quiere, mamá.

No por favor, cualquier cosa menos los fiddleheads. Desde pequeño había tomado ese plato y seguía revolviéndome las tripas de la misma manera. Eran hojas de helecho que todavía estaban por madurar y se encontraban enrolladas. Se cocinaban con pollo, patatas y otros vegetales.

Leí detenidamente la hoja y me las apañé como pude. Según mi madre tenía que hacerlo al horno así que lo puse en la bandeja y acomodé el horno a la temperatura adecuada y esperé unos minutos.

—Ya estoy aquí —dijo mi hermana desde la entrada.

—Estoy en la cocina —respondí.

Apareció por el arco de la puerta peinada con dos coletas y una reluciente sonrisa.

—Hola Shawny —dijo antes de darme un corto beso en la mejilla.

—¿Qué tal en clase? —pregunté mirando como iba el fiddlehead, aún le falta un poco más de tiempo.

—Bien, hoy un niño me ha dado su almuerzo. Mishya me ha dicho que es porque le gusto y yo no quiero nada con él así que me voy a aprovechar y pedirle comida todos los días —dijo sonriente.

—Así me gusta —dije sonriente, solía ser muy protector con mi hermana—. ¿Y por qué no me has llamado para recogerte? Está lloviendo a cántaros.

—Esque la madre de Mishya me ha dicho que no la importaba traerme —contestó encogiéndose de hombros—. Por cierto ¿No huele a quemado? —dijo olfateando el aire con el cejo fruncido.

Me abalancé al horno y una nube de humo salió de éste. Saqué la comida y la parte de abajo estaba quemada, para mi suerte.

—Menos mal que he hecho dos y solo se ha quemado este —mentí. Si le decía a Aaliyah que nos íbamos a comer eso me lo  tiraría a la cara.

Heartbreaker || Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora