Capítulo 6

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—¡Aaliyah te he dicho que no comas en el coche! —elevé la voz observando por el rabillo del ojo como ella se comía su taco llenando todo de migas.

—Lo siento —respondió con ese tono de voz que siempre ponía cuando me enfadaba, ella sabía muy bien que si lo hacía no podía regañarla.

—Puff... para de comer y cuando lleguemos a casa tira los trozos afuera —mandé secamente.

—Vale —susurró encogiéndose en el asiento.

Esa acción hizo que me sintiese la peor persona del mundo.

—Lo siento, no te debería haber gritado —dije rectificando.

Ella no dijo nada y me sentí culpable, tampoco es que me hubiese hecho un graffiti en la puerta, solo tiró un par de migas por el coche.

—Lo puedo limpiar yo, solo ha sido un descuido y yo me he pasado contigo —dije intentado ganarme su perdón.

—Vale —dijo tan alegre como cuando la dicen que van a llevarla a patinar. Volví a caer en sus trampas de niña buena una vez más.

—Oye, eso no es justo —dije con el ceño fruncido.

—¿El qué? —preguntó inocente aunque sabía a lo que me refería.

—Tus juegos de hacerme sentirme mal y de que tu te vayas de rositas mientras que yo cargo con el marrón —dije incrédulo ya que ella no lo quería admitirlo.

—No sé de qué me estás hablando —contestó después de encogerse de hombros y soltar una risita discreta.

Lo dejé pasar y la llevé hasta casa. Ella abrió la puerta, se giró y se despidió con la mano con una sonrisa de labios cerrados. Sabía que tramaba algo y no quería imaginarme lo que era, me tocaría lidiarlo cuando volviese.

Recorrí las mismas calles, curvas, los mismos semáforos y señales de tráfico hasta llegar al Cafeteria. Entré y el local estaba saturado de gente, esto era una quedada de Gilinsky y estaba bastante seguro de que no mantenía una amistad ni con la mitad de las personas que había. El lado bueno es que esta vez no había música que provoca un dolor de cabeza insufrible, solo se escuchaba una suave melodía de jazz detrás de todas las voces.

Me abrí paso entre las mesas y llegué a la que estaban los chicos. Todos estaban en un círculo hablando y me uní a la conversación de los planes de verano que teníamos para cuando acabasen las clases. Estábamos pensando en ir a las afueras de camping una semana, tendríamos que esperar el resto del curso, y para eso faltaba bastante.

—¡Buu! —dijo la voz de Lindsay a mis espaldas cuando posó sus manos en mis hombros y los sacudió dándome un susto espantoso. Creo que sobresaltar y perseguir a la gente son sus metas en la vida.

—¿Alguna vez saludas a la gente de una forma normal? —bromeé, aunque había algo de molestia escondida en mi voz.

—Eso es aburrido —dijo con una sonrisa ladeada—. ¿Puedo llevarme un rato a Shawn? —preguntó a los chicos, que estaban algo impactados de que estuviese hablando con una chica.

Yo abrí los ojos asombrado y les di una mirada para que se inventasen algo para así no tener que ir con ella.

—Creo que... —empezó a decir Cameron quitándome un peso de encima pero lo detuvo un pisotón de Jack poco disimulado—. ¡Eh tío! ¿Qué te pasa? —dijo Cameron enfadado con él.

—No hay problema, puedes llevártelo todo el tiempo que tú quieras —respondió Jack. ¿Esque a nadie le importaba mi opinión? Le fulminé con la mirada y él me guiñó un ojo y soltó una carcajada.

Heartbreaker || Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora