Capítulo 9

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Nos encontrábamos en el comedor del instituto almorzando algo en los pocos minutos de recreo que teníamos. Como no habían muffins en mi casa no me traje nada y ahora me arrepentía desmesuradamente, me debería haber cogido aunque fuese una pieza de fruta porque estaba bastante seguro de que si me pasaba mucho más tiempo allí sería capaz de comerme una mesa.

—Johnson, ¿me podrás ayudar con biología esta tarde? —dijo Nash sacándome de mis deseos por comida—. Tengo la semana que viene un examen y no entiendo ni cómo las esponjas se consideran un animal —dijo entrecerrando los ojos intentando comprenderlo.

—Eso es simple, es porque no tienen clorofila, por lo tanto no pueden producir su propia comida. Se alimentan porque toman nutrientes del agua que filtran en sus cuerpos y se les llama por eso filtradores, las esponjas son heterótrofas porque no producen su alimento, sino que lo toman del agua —dijo Johnson.

Los chicos se quedaron pasmados en total silencio al oír eso y cada cual le dedicó una cara de asombro.

—¡Lo ves! ¡Eres un genio y por eso te necesito! —dijo Nash motivado.

—Yo no puedo. Tal vez Shawn te pueda ayudar, hace poco hemos tenido los dos ese examen —dijo echándome el marrón a mí.

Sentí mucho tener que destruir el entusiasmo de Nash pero tenía planes con Lindsay y no podía cancelarlos.

—Lo siento pero esta tarde no puedo, tengo que… eh… —dije buscando alguna mentira que fuese creíble, porque si les decía la verdad se volvería a montar otra discusión que no me apetecía volver a experimentar, sinceramente—, cuidar de mi hermana, sí, tengo que cuidarla porque mis padres están trabajando —balbuceé dándole calabazas a Nash.

—Vaya, pues ahora sí que no sé qué hacer —dijo haciendo una mueca.

Noté como Jack y Cameron se me quedaban mirando poco convencidos de mi respuesta y pensé que lo mejor sería seguir hablando.

—¿Tal vez mañana? —pregunté robando una galleta a Johnson mientras que él estaba distraído mirando a Dios sabe dónde.

—Mañana no puedo pero gracias de todos modos. Pediré ayuda a mi madre o a otra persona para estudiar —dijo alzando los hombros.

—Bien, me voy a clase que está en la otra punta del instituto y necesito tres minutos para llegar hasta allí  —dije poniendo los ojos en blanco y haciendo una mueca de fastidio.

Me levanté de la mesa seguidamente de que ellos me diesen una mirada de despedida y mientras me estaba encaminando a la puerta oí como Johnson cuestionaba molesto a los chicos quién se había comido una de sus galletas.

Después de estar el resto de la mañana intentando concentrarme en las explicaciones de los profesores, fracasando estrepitosamente, volví a casa.

Mis padres me castigaron de la peor manera que unos padres pueden hacer, estando decepcionados de su hijo. Me disculpé de mis acciones y dije que nunca lo volvería a hacer, ellos me perdonaron y cuando les dije que esa tarde iba a ir a patinar me dieron una mirada de todo menos aceptación, no dijeron nada para detenerme pero me fui de casa con un mal sabor de boca.

Quise llamar a Lindsay para preguntarla si la recogía en su casa pero no tenía su número de teléfono así que conduje hasta allí solo.

Al llegar vi a Lindsay en la puerta esbozando una sonrisa al verme caminando hacia ella.

—Creía que me ibas a dejar plantada —dijo cuando me situé a su lado.

—¿Es eso lo que piensas sobre mí? —bromeé—. ¿Un tío que deja plantada a una chica? —inquirí alzando una ceja sorprendido del tipo de persona que ella creía que era.

Heartbreaker || Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora