Final II (Yo no quería enamorarme de nuevo...)

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20:00

Bajé del coche y corrí todo lo que pude bajo aquella enorme lluvia que hacía parecer de noche la ciudad de Madrid. Subí rápido a su piso y aunque parecía imposible el corazón se me aceleró más aún. Algo me decía que ya la había leído y el miedo a que me dejara por ello
hizo que unas cuantas lágrimas se agolparan en mis ojos haciéndome luchar contra ellas para no dejarlas escapar. Toqué el timbre con las manos temblorosas y con cada segundo de espera yo me desesperaba más. Llamé otras tres veces sin obtener respuesta alguna, ¿Dónde se podrían haber metido las dos con la lluvia que hacía? Empecé a golpear la puerta llamándola.
-¿Qué te pasa, hijo? -Mercedes, la anciana que vivía al lado de Laura desde hacía ya 7 años salió de su casa al escuchar el enorme jaleo que estaba montando. Era una anciana entrañable, desde el principio supo todo lo que pasaba entre Laura y yo desde el reencuentro, era como una especie de tia para Laura. Siempre trataba de cuidarla y ayudarla con todo.
-Mercedes ¿Dónde está Laura?, necesito encontrarla rápido.
-Ay hijo, ojalá supiera dónde está mi niña Laura. -Dijo con gesto preocupado mirando hacia arriba.
-¿Cómo? -Dije aún más preocupado que antes.
-Hace rato vino la niña Gisela y Laurita le dio a Ella y le dijo que la llevara a su casa esta noche. Gis trató de hablar con ella pero Laura no quiso que se quedara y no le quedó de otra que llevarse a la niña para que no viera a Laura tan alterada. -La preocupación por su niña, como ella la llamaba. Se le notaba a kilómetros
-Muchas gracias Mercedes, voy a llamar Gis ahora mismo. En cuanto sepa algo te avisaré, no te preocupes que verás que está bien. -Planté un gran beso en la cara de aquella anciana que me había robado el corazón casi sin darme cuenta.
-Vale pero ten mucho cuidado hijo, mira la gran tormenta que hay.
Salí de ahí sin rumbo alguno y marqué el número de Gis viendo a duras penas por culpa de la lluvia.
-¿David?
-Gis por favor dime donde está Laura.
-David no sé donde está -Dijo mientras bajaba la voz y la escuchaba alejarse del salón seguramente para que mi hija no la oyera. -David me he quedado muy oreocupada por ella, me dio a la niña y se fue sin más. Y aunque intentara ocultarlo para que la niña no la viera, se veía que estaba a punto de llorar
-¿Y no te dijo nada? ¿Dónde iba? ¿O qué le pasaba? -Estaba perdiendo la poca cordura que me quedaba al saber que salió de la casa llorando.
-Ay lo siento mucho David, solo me dio tiempo a preguntarle si estaba bien, ne contestó que sí, que lo único que necesitaba en ese momento era pensar tranquilamente y luego se fue antes de darme tiempo a preguntar más…
-¿Pensar tranquilamente? -Dije más para mí mismo que para ella al recordar algo de cuando aún estábamos juntos.
-Sí, eso dijo. Siento mucho no poder ayuda…
-No, no, no. Muchas gracias Gis de verdad, me has ayudado más de lo que crees. Gracias, te quiero, te quiero, te quiero… -Dije antes de colgar rápidamente para salir de ahí cuanto antes en busca de Laura. Estaba tranquilo por Ella, si estaba con Gis seguro estaba bien. Ahora lo único que me preocupaba era encontrar a Laura, y ojalá el sitio en el que yo pensaba que estaba fuera el acertado…

20:30

No podía parar de tiritar, por no perder tiempo no me paré ni a coger el coche y empecé a correr bajo la lluvia, sin darme cuenta de que eso solo haría que tardase más en llegar pero daba igual, ya quedaba poco. Llegué a aquel enorme parque y, aunque la lluvia, la oscuridad del cielo nublado y el suelo enfangado me impedían ver el camino con claridad, podría jurar que me sabía ese camino de memoria de tantas veces que lo había recorrido con Laura cuando queriamos escondernos del mundo, y especialmente de la prensa, para pasar un rato juntos y estar tranquilos. Caminé hacia el lago de la parte sur del parque, me dirigí a las grandes rocas que parecían ser el final del camino y me escabullí por el hueco que tapaban los grandes ramajos de los arbustos y que hasta ahora nadie más salvo nosotros sabía que estaba allí y que daban a oyra parte del parque que por lo visto nadie conocía, al menos nunca nos cruzamos con nadie. Dí unos pasos más y al fin el alma me volvió al cuerpo al ver allí, sentada de espaldas sobre la roca más grande y con la mirada fija en el lago. Se me partió el alma al ver esos hermosos ojos bañados en lágrimas, pero no pude evitar sentir un gran alivio al ver que estaba a salvo. Subí a la roca y pareció no oírme a causa de la lluvia. Me coloqué tras ella y de nuevo mi pulso se aceleró cómo horas antes al fijarme en el sobre blanco que apretaba en su puño derecho. Pasé una mano por mis rizos que llorreaban agua a cántaros y me decidí a enfrentarlo toso de una vez. Ya era tarde, lo había leído, y, pasara lo que pasara, la suerte estaba echada…
-Laura… -Se giró sorprendida al escucharme allí y al verla así, tan frágil y con las lágrimas amenazando con volver a salir de sus ojos, corrí a abrazarme a ella descargando todo el miedo contenido durante aquellas horas y derrumbándome en sus brazos como su de un niño pequeño se tratara. -Lo siento Laura. -Dije entre sollozos. -Yo no quería enamorarme de nuevo… -La apreté fuertemente contra mí tratando de encontrar la calma que al fin consegui cuando sus brazos rodearon mi cintura. Me separé de ella lentamente dispuesto a explicar todo de la manera que ella se merecía.
-Laura… -Comencé a decir acariciándole suavemente la cara. -Creo que después de leer eso que tienes entre las manos no queda mucho más por decir pero antes de decir nada solo escúchame un momento. Te quiero, te quiero Laura ahora y siempre, y si decides acabar con esto quiero que sepas que eso no evitará que lo siga haciendo. Laura, eres lo mejor que me ha ocurrido en mi vida. Lo fuiste en aquel 2001 y hoy en día lo sigues siendo. Solo dame una oportunidad por favor. Dame la oportunidad de demostrarte que sigo siendo aquel niño que conociste en la academia, y que lo único que ha cambiado en mí es que ahora estoy dispuesto a entregar mucho mas por nosotros, por nuestra relación… por formar esa familia que un día imaginamos juntos. Solo déjame intentarlo, solo dejame hacerte feliz Laurita… -Al momento de terminar mi confesión era imposible distinguir mis lágrimas de las gotas de agua que continuaban cayendo sin cesar. La miré buscando respuesta en sus ojos y lo que vi en ellos fue… ¿alivio? ¿felicidad? O yo me estaba volviendo loco o aquello que estaba viendo en su cara era realmente una leve sonrisa que trataba de esconder bajando la cabeza…

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Y aquí tenéis la continuación. He de decir que he escrito tan rapido para teneros el cap hoy que hasta el teclado se me quedaba bloqueado al escribir😂 pero bueno aquí está.  Quizás no es todo lo que esperabais pero ya es el final y tengo que dosificarlo todo bien para en el próximo ya hacer un cap totalmente chebis de esos que os gustan jajaja💕💕💕

CrumblingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora