¿Qué me has hecho?

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—Yo creo que más que la custodia compartida esta se pide la custodia total de Shirly —David estaba apoyado en el marco de la puerta de la habitación en la que estaba instalada Ella el tiempo que pasaran en casa, mirando como su hija dormía a pierna suelta con Shirly dormida también entre sus brazos. Reí suavemente, con cuidado de no despertar a la niña, y me recosté en su hombro contemplando la tierna imagen con una tonta sonrisa en la cara. David pasó una mano por mi cintura y salió de la habitación conmigo abrazada mientras cerraba la puerta cuidadosamente.
—Me parece que tu y yo tenemos algo pendiente…
—¿Ah, sí?
—Sí, y no te hagas la loca que me lo has prometido ehh…
—Pues yo no recuerdo muy bien el qué te he prometido la verdad. De hecho creo que me voy a ir ya a dormir que estoy agotada, ya mañana me lo recuerdas si eso ¿no?—Dije mientras fingía un bostezo. Di cinco pasos para alejarme de él y al llegar a la mitad del pasillo me giré para ver su cara. Me eché a reír al ver como fruncía el ceño confundido al oír mis palabras y aunque trató de evitarlo una sonrisa se escapó de él al ver que bromeaba, como me gustaba verlo así. Se acercó a mí negando con la cabeza y lo abracé por el cuello al cogerme por la cintura.
—¿Te puedo hacer una pregunta? —Dijo sin borrar su hermosa sonrisa de su rostro
—Haber, dime
—¿Se puede saber que me has hecho Laurita? —Escondí mi sonrisa de adolescente enamorada en su cuello y aquel olor volvió de nuevo, casi no tenía rizos pero ese olor siempre estaba en él. Cerré los ojos y guiándome por sus palabras y el olor de sus rizos me sumergí en un lejano recuerdo…

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18 Noviembre, 2001

—¿Te vas a pegar to el día oliéndome los rizos o qué?
—¡Es que huelen muy bien! Huelen como a frutas o algo así. —Dije mientras sumergía de nuevo mi cabeza entre sus rizos para aspirar ese aroma que desde hacía casi dos meses se había vuelto parte de mí.
—¡Si claro! Ahora soy una macedonia andante. —Apoyé mi cabeza en su hombro riéndome de sus tonterías. David era así, a todo lo que se le venía a la mente le daba vueltas y vueltas pero una vez lo soltaba te hartabas de reír con él, era el que siempre tenía una tontería para cada momento de bajón. Miré mi reloj y volví a recostarme de nuevo sobre él, eran ya las 12:30 y aunque debíamos estar en la cama hacía 1 hora allí estábamos los dos, en el sofá de la sala de ensayos, escondidos de nuestros compañeros para tener un rato de tranquilidad en compañía del otro.
—¿En qué piensas Laurita? —"Laurita", sonreí por lo bajo al escuchar como me nombraba. Nunca me había gustado que me dijeran así pero el escucharlo de su boca era como música para mis oídos. Que me llamara de esa manera, de esa forma tan cariñosa, me hacía sentir protegida y ahora no me importaba que nadie me lo dijera, pues siempre que alguien lo hacía me recordaba a él, de hecho le había cogido cariño a ese "Laurita" y ahora hasta me gustaba.
—En nada… —Abrí los ojos para contestarle y lo vi con la cabeza inclinada, hacia el hombro en el que yo estaba apoyada, para mirarme. Intenté no hacerlo pero el tenerlo tan cerca no me ayudó a evitar que mi mirada se dirigiera a su boca, y esas ganas irrefrenables de besarlo volvieron de nuevo. Llevaba días así, no sabía que me pasaba pero sí sabía que solo me pasaba con él. Quería tenerlo cerca todo el rato y cuando estábamos juntos en lo único que podía pensar era en las ganas locas que tenía de besarle. Sabía que no se podía, el tenía pareja y yo también, pero cada vez me costaba más aguantarme y, aunque eso no era nada característico en mí, la infidelidad no me parecía algo tan malo cada vez que me quedaba a solas con él. Siempre había sido "obligada" por la vida a ser más madura que el resto de chicos de mi edad, tenía que trabajar para mantenerme, tener mi propia casa, salía con un novio maduro y mucho más mayor que yo… Probablemente fuera de la academia jamás me hubiese fijado en un chico de 22 años con la inocencia de un niño de 10, pero al fin y al cabo eso era lo que más me gustaba de él. El entrar en la academia me había devuelto a la edad que realmente tenía, y quería disfrutar de ella cuanto pudiera. Sabía que no era solo cosa mía y que entre nosotros ya había algo más evidente que un "solo amigos", y eso me dificultaba todavía más el olvidar esto que me pasaba con él desde hacía tiempo. Fijé de nuevo mi mirada en sus ojos y vi que me miraba de igual manera que yo pero intenté llevar ese pensamiento a mi imaginación si no quería acabar cometiendo una locura.
—Laurilla…
—Dime…
—¿Qué me has hecho chiquilla? —Pasó una mano por mi mejilla, ya ni podía ni quería aguantar más.
—¿Y tú a mí? —Dije sin poder disimular una nerviosa sonrisa en mi cara. Sus labios se posaron tímidamente sobre los míos con miedo a ser rechazados, y juraría que hasta casi me estaba mareando de la emoción. Al ver que yo continuaba aquel beso lo profundizó más y más perdiendo todo rastro de timidez. Su lengua se encontró con la mía y toqué el cielo, si eso no era el paraíso debía de estar en algo muy parecido. Nunca en todo lo que llevaba de vida ningún hombre había conseguido hacerme sentir con nada lo que David me estaba haciendo sentir con un solo beso.
—David… —Mis palabras casi no se oían pues no tenía aliento ni para pronunciar tan solo su nombre.
—No pienses Laura, solo siente, yo no quiero quedarme con la duda… —Y yo tampoco quería quedarme con la duda de qué pasaría si en vez de pensar tanto solo hiciésemos caso a nuestro instinto y nos dejásemos llevar por lo que sentíamos.
—Te quiero… —Se me escapó sin poder controlarlo.
—Y yo también Laurilla… —Esa noche nos comimos a besos y caricias escondidos de todo lo que pudiera sacarnos de nuestro paraíso personal para devolvernos a la realidad No pasó a nada más aquella noche pero sin duda no cambiaría nada de lo que aquella noche pasó entre nosotros.

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Present time

—¿Y tu a mí? —Contesté al igual que hace 15 años.
—Hoy tampoco quiero quedarme con la duda. —El también había recordado nuestro primer beso, no sabía exactamente a que quería referirse esta vez con esa frase pero su boca tapó la mía y, cómo siempre que eso pasaba, deje de pensar y mis instintos más primarios afloraron de mí dispuesta a disfrutar ese momento al completo. Sin ayer ni mañana, ni siquiera el hoy, solo el ahora… Uno de mis dedos hizo un leve recorrido desde su sien hasta su barbilla e, inclinando su cara para besarlo más profundamente, me hizo rodear su cintura con mis piernas mientras se dirigía a la habitación que en estos últimos meses había dejado de ser mía para convertirla en nuestra. Cerró el pestillo con su mano libre y me apoyó con fuerza contra la puerta. Levanté su camiseta tratando de quitársela y el me bajó para levantar los brazos. Nos desnudamos sin dejar de besarnos quedando en ropa interior frente al otro, algo que ya se había vuelto casi una costumbre entre nosotros. Desde que la prensa publicó aquellas fotos que nos obligó a separarnos no nos habíamos vuelto a ver hasta que apareció esta madrugada con la niña en mi casa, y este mes sin vernos lo notaban nuestros cuerpos que no querían separarse ni un solo segundo. Lo necesitaba más que nunca. Incapaces de viajar los pocos pasos que nos separaban de la cama volvió a elevarme por el culo hasta subirme al mueble junto a la entrada de mi cuarto, tirándo todo lo que había encima con su otra mano. Sus manos viajaron por el interior de mis piernas mientras su boca se encargaba de mi cuello, eché la cabeza hacia atrás tratando de recuperar un poco de aliento del que sus besos y caricias me estaban robando. Sus manos llegaron a aquel punto estratégico que me hizo perder totalmente la cordura, abandonó mi cuello y empezó a besar mi vientre consciente de todo lo que aquello me provocaba. Dibujó un camino invisible de besos y quitó su mano de donde segundos antes estaba acariciando, pero antes de dar tiempo a protestar había quedado completamente desnuda y la mano que recién había apartado fue sustituida por su boca. Pasé mis manos por sus rizos uniéndolo más a mí con miedo a que se apartara mientras su lengua jugaba conmigo haciéndome llegar, con total maestría, al primer orgasmo de todos los que me esperaban aquella noche.

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Aquí tenéis un regalito antes de irme a dormir, espero que no se os haga muy largo jajaja. Me ha costado ponerme a escribirlo pero una vez empecé me vino toda la inspiración de golpe😂. Esperoo mucho de verdad que os guste 😘😘😘😘 y mil gracias por los mensajes que me animan a seguir escribiendo 💘💘💘

CrumblingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora