Capitulo 7 - El Secreto

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Temporada 1 Capítulo 7
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~ Dani ~

Abrí mis ojos confundida del dolor que estaba en mi cabeza. ¿Que diablos me pasó...?

Pestañee varias veces antes de abrir los ojos y observar el cuarto azul. ¿Azul? ¿Que di-

Abrí los ojos como platos al observar mi alrededor. Las paredes eran de un color azul oscuro. La puerta estaba a mi izquierda mientras que la cama en la que había despertado de, estaba contra la ventana en una esquina. Había una guitarra colgada en la pared. Un escritorio blanco en la otra esquina del cuarto.... Claramente, esto no era mi cuarto.

De pronto siento la comodidad de la cama y miro hacia abajo, observando mi- ¿mi ropa?

Miro debajo de mi romp y observo que no tengo ni sostén puesto. ¿¡Pero donde diablos estoy?! Lo último que recuerdo es...¿Donde está Daniel?

— ¿Daniel? ... ¡Daniel! ¡Da-

— ¡Aquí estoy!

Escucho la voz de Daniel y giró la cabeza hacia mi izquierda. Observándolo parado en la puerta mientras que estoy sentada aquí, sobre su cama con las piernas estiradas.

— ¿Que me pasó?

Preguntó con la boca abierta mientras respiró confusa, que Daniel me responda porque no tengo recuerdo de haberme quitado la ropa.

— Te desmayaste.

Diablos...

Me toque la cara pero de inmediato sentí el dolor en mi cabeza. ¿Me habré caído al suelo? ... Como pude ser tan torpe y dejarme caer...

— ¿Como me cambié de ropa?

Preguntó y Daniel se me queda mirando sin respuesta lo cual me pone seria y atenta a lo que me va responder.

— Mi mamá... te cambió. ¿Porque no vienes a desayunar?

Daniel me dedica una sonrisa lo cual hace que una crezca en la mía. Me deja sola y bajo las escaleras después de haber entrado al baño y usado un cepillo de dientes nuevo. Tendrá que ser un nuevo que tenían guardado por allí ¿no? Mejor algo que nada.

Entrando al comedor, observo la madre de Daniel, quien estaba cocinando unos huevos revueltos. Dejándome oler el desayuno, siento las señales llegar a mi cerebro y mi estómago gruñe.

Daniel ya estaba sentado en la mesa redonda y blanca. Era suficiente grande para que cayeran cuatro personas, al menos así estaban las sillas posicionadas. Me senté al frente de Daniel. Su madre se sentó a mi izquierda, la derecha de Daniel.

— ¿Te quedó bien la ropa?

Me pregunta Maria mientras que corta un pan con un cuchillo. Observo a Daniel quien estaba comiendo huevo revuelto con una cuchara.

— Si, gracias.

Digo al mirar mi vestuario. Era una polera blanca de tela muy cómoda y unos cortos pantalones azules que eran para hombres. Supongo que era la ropa de Daniel... me preguntó porque haya decidió cambiarme de ropa.

Silencio Desvanecido ~ EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora