Capítulo 29

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Capítulo 29

Fergal le dio un codazo a Bayley con su brazo, suavemente para no derramar su taza de chocolate caliente. Bayley sonrió, volteando la cabeza para mirarlo. Había bebido su chocolate caliente lentamente, la crema batida estaba apilada en lo alto de una cama de malvaviscos que se derretía.

Fergal sonrió—. Bebé, tienes crema batida en la punta de la nariz. —Extendió un dedo para apartar la crema de su cara, haciendo saltar su pulgar parcialmente en su boca para comer la crema. Bayley soltó una risita y se limitó a mirarlo fijamente, sonriéndole.

— ¿Por qué me sonríes tan raro? —Fergal rió entre dientes.

Bayley se echó a reír—. Eres tan lindo, no lo sé, me haces tan feliz Ferg.

Fergal rió sonrojándose—. Bebé, odio ser cursi...

Bayley interrumpió a Fergal con una carcajada. Continuó, sonriendo—. Pero tú eres la chica más linda a la que he contemplado.

—Búsquense una habitación —La hermana de Fergal entró en la habitación, sentándose en el sofá junto a Bayley; con su propio chocolate caliente en la mano. Pasando entre los canales del televisor.

— ¿Sabes qué es molesto? —Su hermana suspiró—. Podrías pensar que, como es la víspera de Navidad, habrían puesto algo decente en la televisión, pero todo lo que está programado es pura mierda.

Bayley se inclinó para apoyar su cabeza sobre el hombro de Fergal. Volvió la cabeza, dejando un suave beso en su frente. Justo allí, en ese momento, no había ningún lugar en el que preferiría estar. Bostezó.

— ¿Ustedes dos están cansados? —preguntó su hermana, echando un vistazo al reloj para ver que eran cerca de las 11.

—Un poco —Fergal se rió entre dientes.

—Vayan a la cama, todos los regalos están debajo del árbol, todo está hecho, me quedaré otra hora y media, así que tengo que sacar el pavo del horno —ella asintió.

Fergal miró a Bayley, y se dio cuenta de que ya estaba en un sueño ligero. Sus ojos cerrados y su respiración pesada. Sabía que sería una maniobra difícil evitar despertarla. Con tanta suavidad, movió su brazo por debajo de ella, cuidadosamente levantándola en sus brazos mientras se levantaba del sofá. Él miró su rostro, tan angelical y tranquilo. Asintiendo con la cabeza a su hermana cuando salía de la habitación, Fergal se dirigió hacia su dormitorio.

Justo cuando alcanzó la cima de la escalera, sus ojos comenzaron a parpadear suavemente. Sonrió mirando a Fergal. —Hiya Devitt.

Llegó a la habitación, dejándola sobre sus sábanas de lego. La pareja se acostó en la cama en una pacífica compañía. Ella descansó sobre su torso, entrelazada con él. Su boca se movió hacia arriba, mientras sus labios buscaban los suyos. Ella se movió en el beso, ahora arrodillada encima de él.

Sus manos comenzaron a explorarlo, pasando por todas partes de él, acercándose cada vez más. Ella comenzó a frotarlo, donde estaba arrodillada sobre su cuerpo. Fergal apenas podía respirar. Se apartó del beso—. Cariño, no podemos hacer esto ahora, nos oirán, mis padres están durmiendo al otro lado del pasillo. —le frotó la espalda con suaves círculos mientras susurraba.

—Devitt, no te volveré a ver en siglos —ella hizo una mueca, golpeando sus párpados.

Hizo una pausa, tomando una decisión mental. Él la volteó, de modo que ahora él estaba encima de ella, y ahora estaba en control. Se inclinó y la abrazó con un beso.

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—Devitt —susurró Bayley, su aliento a un lado de su cara—. Cariño, tienes que despertar, es Navidad.

Sus ojos parpadearon a regañadientes, sonrió para sí mismo, sintiendo su brazo alrededor de su chica. No podía evitar quedarse dormido con ella, estando sólo apenas podía dormir sin ella, en la rara ocasión en que compartía su cama, dormía como un tronco.

Ella también sonrió, moviéndose ligeramente y dándose cuenta de lo dolorida que estaba de la noche anterior.

—Bebé, ¿qué hora es? —Fergal gruñó.

—8:30 a.m.tu hermana me envió un mensaje desde su habitación para preguntarnos si estábamos despiertos —Bayley, pasó los dedos por la línea de su mandíbula, trazando sus rasgos mientras hablaba.

Pasó lentamente sus dedos por su rostro, llegando a sus labios y haciendo una pausa mientras le daba besos suaves en la punta de sus dedos. Ella sonrió, inclinándose para besarlo—. Vamos, cariño, es Navidad.

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Bayley se sorprendió al ver que los miembros de la familia Devitt habían sido muy considerados en comprarle algunos regalos, llegando incluso a llenar una media para ella. Pero el hombre que había reflexionado más acerca de su regalo había sido el señor Fergal Devitt.

Le habían entregado una pequeña caja, cuidadosamente envuelta en papel temático LEGO con una etiqueta de regalo que decía simplemente: A Pam (Bab-ley), De Devitt.

Ella abrió suavemente la caja, puesto en la almohada de joyería estaba una delicada pulsera con cuatro dijes / colgantes, cada uno con una minúscula letra. O-Y-A-Y. Bayley sonrió, sabiendo inmediatamente que era un acrónimo de su frase; Sólo tú, siempre tú. —Fergie es hermosa, gracias —se inclinó para abrazarlo, sonriendo al verlo sonrojarse—. Abre el tuyo —ella le entregó un sobre de plata.

Dentro de dicho sobre, encontró dos entradas para un viaje de dos días a París.

—Tengo días de trabajo de los house shows, es todo incluido, vuelos, hotel, comida, bebida, todo —ella sonrió, cualquier excusa para ver a su hombre era mera coincidencia.

—Esto es increíble, gracias, ¿en una semana y media? —Se inclinó para abrazarla, ella asintió en respuesta a su pregunta.

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— ¡Digan queso! —Bayley rió, tomando una foto de Fergal con sus sobrinos y sobrinas. Había algo tan encantador al verlo con niños, sólo parecían adorarlo. Siguió escribiendo algo en su teléfono.

— ¿Qué estás haciendo? —Fergal se rió, hablando con Bayley mientras jugaba con una de las chicas más jóvenes.

—Puede que haya publicado esa foto en tu twitter... —Bayley se echó a reír y le devolvió el teléfono. Miró su reloj, suspirando—. Tengo que prepararme Ferg. Mi vuelo se va esta noche, no lo olvides.

Fergal asintió, su humor descendió. La siguió hasta su habitación, lista para ayudarla a prepararse. Él se rió entre dientes—. Oh nena, ¿por qué tuviste que publicar esa foto?

—Hay algo muy sexy en un hombre con niños —ella se burló de él, riendo mientras sus mejillas se ponían rosadas. Cerró la puerta del dormitorio detrás de Fergal—. Hablando de sexy, en realidad tengo otro regalo de Navidad para ti, Fergie.

Ella le entregó una bolsa de regalo, se movió a través del papel de seda; dándose cuenta de que era lencería.

—Cariño, estas tan coqueta hoy —la acercó a él.

Ella besó sus labios suavemente, alejándose justo cuando él comenzó a profundizar el beso—. París.

Ella lo dejó, de pie con la bolsa de regalo en la mano.

The Demon and Me | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora