The Demon and Me | Adaptación

Capítulo 33

Capítulo 33

—Buena suerte esta noche bebé. Estaré aquí esperando por ti cuando termine —Bayley le dio a Fergal un último beso antes de su lucha—. ¡Rómpete una pierna! —Ella le gritó mientras él era empujado a través de las cortinas.

Esta fue una gran contienda para él. La primera desde el pasado mes de agosto. Había estado fuera por más de siete meses con una lesión. Bayley suspiró, ella realmente esperaba que le fuera bien a él. Sabía lo difícil que había trabajado para volver a esta etapa.

Fergal también, estaba ansioso por la lucha. Esta fue su oportunidad para mostrar a los ejecutivos que estaba de vuelta. Esta fue una oportunidad para mostrar al mundo que él era fuerte, y más fuerte que nunca. Esta lucha tenía que ir bien para él. Sonrió ligeramente, sabiendo que como estaba planeado para ganar, podría sentir esa satisfacción extraña que obtienes al ganar una riña. Había algo negativo a todo esto sin embargo, su compañero de equipo en la contienda era nada menos que Seth Rollins, a quien él podría ver mientras estaba haciendo su entrada. No podía evitar saber en el fondo de su mente lo que había sucedido entre Seth y su novia. Le dolía pensarlo.

Esto eran negocios sin embargo. Tenía que seguir siendo profesional. Tenía que salir del estado mental de Fergal Devitt y penetrar en la mente de Finn Bálor. Tomó algunas respiraciones profundas, él era Finn Bálor, él era el rey del demonio. Él asintió lentamente, completamente inmerso en este personaje, que utilizó como una máscara delante de la cámara.

Su música golpeó y todo se volvió negro. Asintió de nuevo, oyendo la alegría de la multitud. Podía hacer esto. Era Finn Bálor.

Fergal comenzó la caminata hacia el ring. Escuchando el zumbido enérgico de la multitud.

El espectáculo voló con desenfoque. Él podía recordar muy poco de ello.

Lo que podía recordar, sin embargo, estaba solo en el ring con Seth después de haber ganado la lucha. En ese momento, todo era real. Se miraron el uno al otro, cada uno sabiendo que debían actuar amistosamente unos con otros para las cámaras y la audiencia. Al final fue Seth quien sostuvo el brazo de Fergal.

Fergal fue recibido en el backstage por una plétora de talentos en pantalla. Aunque su atención se centró en sólo uno, Bayley.

— ¡Devitt lo hiciste tan bien, estoy tan orgullosa de ti! —Ella lo abrazó un poco más.

Él no respondió, sólo la abrazó fuertemente entre sus brazos. Tenía que abrazarla. Era como si algo se hubiera despertado durante esa lucha, tal vez fue su gran regreso, o que la gente era eléctrica, o que compartió ese ring con Seth Rollins. Bayley era suya, no de Seth. Fergal frunció el ceño ante su propio pensamiento, aflojando su agarre alrededor de su cintura. No era bueno para él sentirse tan posesivo, tenía que darle un poco de espacio.

— ¿Sabes qué deberíamos hacer esta noche? —Fergal le susurró al oído.

Bayley rió entre dientes, —Bueno, te mereces algunas celebraciones —ella lo guiñó un ojo.

Fergal rió entre dientes, —Yo iba a preguntar si querías salir, pero está bien.

Bayley se rió—. Claro que vamos a salir.

Se despidieron de sus amigos y se dirigieron a sus habitaciones de hotel donde procedieron a prepararse para una discoteca.

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— ¡Este lugar es tan ardiente! —Bayley se inclinó hacia Fergal para poder oírla por la música ensordecedora que llenaba la habitación.

En este punto, sería justo decir que ambos estaban borrachos. Abatidos incluso (hechos mierda).

—Quédate aquí, voy a traernos más tragos. —Estaba casi gritando sobre ella en este punto.

Ella asintió con la cabeza. Quedándose sola para bailar entre la multitud. Bayley se sentía en la cima del mundo, realmente había dejado de lado cualquier inhibición y bajaba la guardia. Se dejó bailar al ritmo de la música, sin preocuparse ya en este punto.

—Oye, ¿puedo ofrecerte una copa? —Sintió que un hombre empezaba a bailar con ella.

—Oh, no gracias —ella sonrió, volviéndose de espaldas a él.

—Hey, no te vayas, baila conmigo un poco.

Ella lo sintió presionar su mano en la parte baja de su espalda, atrayéndola hacia él.

—Déjame ir, no quiero bailar —ella trató de luchar fuera de sus brazos, su cabeza mareada por el alcohol.

—Hey bonita, no hables, solo baila.

Ella continuó luchando, —No gracias.

—Aléjate de ella —la voz de Fergal era baja y amenazadora.

El hombre soltó a Bayley, inmediatamente corrió hacia Fergal.

—Oye, no quería causar ningún problema —el hombre comenzó a alegar su caso.

—Pam, nos vamos —Fergal la agarró de la mano y la sacó del club con una fuerza considerable.

—Pero-Bueno—Ella comenzó a suspirar.

Desde el viaje en taxi, hasta que llegaron a la habitación del hotel de Fergal, Fergal guardó silencio. Se sentó, furioso. Cada centímetro de él estaba lleno de una profunda cólera que no podía explicar. No se atrevía a hablar con su novia por temor a que su ira pudiera dirigirse a ella.

—Fergal. —La voz de Bayley no era más que un murmullo, penetrante por el espeso silencio que llenaba la habitación del hotel. Ella suspiró, viendo que él no había respondido a ella. Ella se sentó suavemente junto a él en la cama, acariciándole el pelo con las yemas de los dedos, masajeando suavemente sus tensos hombros; nada para difundir la ira dentro de él.

Su cabeza se volvió para mirarla y ella se congeló, sin esperar que él se fijara en ella. Estaba lleno del repentino deseo de arrancarle el vestido. La necesitaba, era ella quien podía quitar el dolor. No podía manejar ver a otro con ella. Ella era diferente a cualquier otra chica, se sentía inseguro con ella, se sentía como si no fuera lo suficientemente bueno para ella. Fergal deseaba poder expresarle esto, cómo si su ira hubiera provenido del dolor. Sin embargo, no pudo encontrar las palabras.

Bayley cerró el espacio entre ellos, sumergiéndose en un apasionado beso. Esta sería una buena manera de calmar el tornado enojado girando dentro de él.

4ClԿ/