Capítulo 31

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Capítulo 31

—Hoy —Fergal murmuró en el cuello de Bayley donde estaba su cabeza descansando—. He planeado un par de cosas.

— ¿Puedes decirme cuáles son esas cosas? —Bayley sonrió, levantando una ceja.

—Ah, pero ¿dónde está la diversión en eso, muchacha? —Él rió, besando su cuello suavemente.

—Bien, ¿cuándo son estos planes, y qué debo usar?

—Tenemos cerca de dos horas, y vestirnos bien —continuó besando su cuello.

Bayley murmuró incoherentemente, incapaz de formular palabras correctamente cuando sus labios estaban en su cuello. Ella suspiró, haciéndole sonreír en su nuca.

—Eres linda cuando estás nerviosa —se echó a reír.

—Sólo eres tú quien me pone nerviosa —sus palabras eran un murmullo en su oído, cosa que tenía un profundo efecto sobre su estado. Bayley soltó una carcajada al oír que su aliento se aceleraba: — ¿Y quién ha aturdido al señor Devitt?

Se puso de pie, con el rostro rojo, levantándola a sus pies y creando una distancia entre ellos. Ella se rió un poco, acercándose para burlarse de él—. Eres lindo Devitt —ella caminó de puntillas para que su boca estuviera a un solo suspiro de la suya.

—No tan lindo como tú. —Se inclinó hacia delante, sellando el beso.

Ella se rió—. Nos hemos convertido en esa pareja cursi, no tenemos remedio.

—No hay nadie con quien prefiera ser cursi que con mi amor —él sonrió—. Vístete, vamos a dar un paseo.

Se puso un par de leggins, una camiseta negra y sudadera con capucha. Ella se paró de espaldas a él frente a la pared de la habitación del hotel.

— ¿Oye, Fergie? —Ella se rió.

— ¿Sí? —Él frunció el ceño, mirándola.

Se giró para encararlo, abriendo su sudadera con capucha para revelar las siglas del Bálor Club en la camiseta.

—Ayyy, esa es mi chica —él envolvió un brazo alrededor de sus hombros, tirando de ella hacia la puerta—. Ahora vamos, quería ese paseo.

Caminaron por kilómetros. Lo extraño, pensó Bayley, fue que incluso en esa ciudad grande y extraña. De pie junto a Fergal Devitt, se sentía como en casa. De hecho, pensó, podía estar en cualquier parte del mundo y sentirse como en casa junto a él. Todo lo que necesitaba eran sus fuertes brazos alrededor de ella. Se había convertido en su comodidad y seguridad.

— ¿Fergal? —Ella sonrió.

— ¿Pam?

—Estaba pensando... tú eres mi hogar.

—Pam —hizo una pausa pensando: —Tú también eres mi hogar.

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—Jesús, Ferg este lugar es hermoso —Bayley jadeó entrando al restaurante al que había sido llevada.

—No tan hermoso como tu bebé. —Él se rió entre dientes, con los ojos todavía en ella.

Había estado fijo en ella todo el día, aún no podía comprender cómo estaba con esta mujer. Su vestido rojo abrazaba sus curvas, su collar de trébol brillaba alrededor de su cuello. Fergal observó su rostro, hipnotizado por sus movimientos y sus micro expresiones.

Sus pequeñas reacciones a las cosas, como la forma en que sus ojos brillaban al encontrarse con los suyos, el hoyuelo que empezaba a formarse en su mejilla cuando ella sonreía, la forma en que su nariz se arrugaba ligeramente al perderse pensando profundamente o la forma en que sus cejas surcaban en momentos de ira. Estas eran las cosas que Fergal sabía que extrañaría cuando una vez más se separaran; la tensión ocupada de la vida en el camino / la carretera, causando que rara vez se vean. Fue en aquellos largos tiempos cuando estaba en el camino que Fergal recordó las cosas más ínfimas sobre ella, siempre estaba en alguna parte de su mente. Al menos tenía que mirar hacia adelante, verla de nuevo. Hizo que la recuperación de su lesión fuera mucho más soportable.

—Eres tan loco Ferg —se rió de su comentario.

— ¡Yo! —Se burló sorprendido—. No soy cursi, me encanta mi Pammie Wammie eso es todo. —Él se rió entre dientes.

—Ew, cursi Fergal Smergal —ella rió, entrelazando su mano con la suya—. Aunque sinceramente Dev, esto es demasiado bebé.

—Hey, así que ahora no puedo tratar bien a mi chica en el Día de San Valentín. —Murmuró, dejando un leve beso en su oído—. Hola, tengo una reservación bajo el nombre de Devitt —habló con la camarera que acababa de aparecer.

—Lo sentimos señor, pero no podemos sentarte esta noche, hemos tenido adiciones imprevistas a nuestra lista de invitados esta noche —la camarera sonrió cortésmente.

— ¿Adiciones imprevistas? —Fergal se irritó.

La camarera suspiró, todavía manteniendo su sonrisa—. Desafortunadamente señor hemos tenido a una celebridad esta noche y él ha tenido prioridad.

—Ferg, está bien —Bayley le sonrió—. Vámonos.

Los ojos de Fergal pasearon entre la sonrisa demasiado cortés de la camarera y los ojos suplicantes de su novia.

Él asintió con la cabeza a Bayley, suspirando mientras él la llevaba fuera del restaurante.

—Lo siento cariño. —Él la tomó en sus brazos derrotado—. No sabía...

—Ferg, bebé está bien —ella sonrió genuinamente, con las esquinas de sus ojos arrugándose—. No fue culpa tuya, y de todos modos... —hizo una pausa, asegurándose de que estaban lo suficientemente lejos del restaurante—. ¿Viste lo escarpada que era la camarera?

Fergal rió entre dientes, envolviendo a Bayley en sus brazos, —Entonces, ¿qué hacemos ahora?

— ¿Quieres ir a buscar comida, traerlo al hotel, ponerte ropa cómoda y acurrucarte viendo Netflix? —Ella apoyó su barbilla en su pecho, mirándolo.

—Eso suena como un increíble plan.

The Demon and Me | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora