Capítulo 4: Plan EAC

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Katie suspiró.

–Extraño los entrenamientos –murmuró mirando la pobre redacción que estaba intentando hacer.

Leanne bufó lo más silenciosamente posible.

–No te entiendo, Katie, al principio te quejabas de que Wood los explotaba con el dichoso quidditch y ahora me dices que lo extrañas, ¿no crees que es algo raro?

–La que se quejaba era Angelina, no yo –protestó Katie–. A mí me gustaban. Además teníamos probabilidades de ganar la Copa y Wood está decaído.

–Está frustrándome el tema de Oliver Wood, Bell. Me gustaría que fueras a con él y le dijeras lo que sientes.

Katie se sonrojó.

–Yo no estoy segura de que sea lo correcto.

Leanne arqueó las cejas, incrédula.

– ¿Y lo que haces es lo correcto?

–Yo no…

–No haces nada al respecto, Katie, pero babeas por él. Si no vas y le dices lo que sientes, por lo menos haz que se fije en ti.

Katie esbozó una sonrisa melancólica.

–No creo que se fije en mí.

Leanne gruñó de forma ensordecedora, haciendo que la señora Pince le dirigiera una mirada llena de enfado.

–Bell, basta. Estoy harta de que, siempre que sale a colación el tema, digas tonterías. Sí –añadió ante su mirada sorprendida–. Son tonterías. Wood tendría que ser muy bestia si, después de que apliques mi plan, no se da cuenta de que tiene a una chica asombrosamente linda, buena jugadora de quidditch, a quien no le importa su insana obsesión, rubia, detrás de él.

Katie se sonrojó, pero soltó una risa ofuscada.

– ¿Qué tiene que ver el que sea rubia?

Leanne se encogió de hombros.

–Yo creo que, al menos, noventa y algo por ciento de los hombres quiere tener algo con una rubia.

–Yo opino que eso es una historia mejor que las de Lockhart –comentó Katie, divertida.

Leanne sonrió y miró la redacción.

–No estás concentrada.

–No lo estoy –confirmó Katie, con un ligero puchero–. Se me hace algo injusto. Recién comenzábamos a descubrir lo hermoso que era Hogsmeade para que nos cancelen las visitas.

–Katie, el Heredero de Slytherin está atacando a los hijos de muggles.

Ella suspiró.

–Lo sé, soy injusta y descargo mi frustración en ese tema.

–Deberías de intentar conquistar a Oliver.

– ¿Y cómo se hace eso?

–Pues... –Leanne frunció el ceño– Podrías ir a hablar con él y hacerle guiños, sonrisas, agarrarte el pelo, ya sabes, ser coqueta.

Katie hizo una mueca.

– ¿Actuar como Lucy?

–Sabes que no tengo el gusto de conocer a tu prima francesa, así que no sé decirte si actúes como ella o no.

–Bien, entonces, ¿actuar como esas chicas que son compañeras del pequeño Potter?

– ¿Quiénes?

–Se llaman Lavanda Brosh y Palma Patil.

– ¿Lavanda y Pasma?

Ella se encogió de hombros.

Flotando entre quidditchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora