Dulces

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Para cuando Yoongi abrió sus ojos a la mañana siguiente, lo único que pudo ver antes que la luz del sol fue a su tierno esposo dormido, con los cabellos revueltos y la boca entre abierta. Hoseok sinceramente parecía un niño al dormir, uno dulce e indefenso, uno que Yoongi tenía que cuidar para que no se cayera y se hiciera daño. Era tan adorable.

Se acerca con suavidad y le besa en la frente por encima, apenas un rose de sus labios con la suave piel del menor que terminó despertando al azabache quien se estiro y bostezo, atrapando al mayor entre sus brazos y apachurrándolo contra su cuerpo como si de un oso de felpa se tratase.

— Me aplastas. — Se queja el mayor sonriendo. Hoseok afloja el agarre pero sigue manteniéndolo a su lado.

— Lo siento. — Murmura. Apoya su cabeza en la rubia de su esposo, y aspira el olor a fresas que desprende esté. Le encanta ese olor, más que el de la ropa de Gucci.

— ¿Por qué eres tan dulce? — Yoongi sonríe y se acurruca en el pecho del azabache abrazándolo de vuelta. Hoseok deja escapar una risilla  y le besa en los labios con ganas, con muchas ganas.

— Porque lo he aprendido de ti. — Responde Hoseok. Yoongi hace un mohín y Hoseok lo encuentra bastante adorable. — Si nuestros bebés salen iguales a ti, juro que me va a dar diabetes aguda. — Bromea sonriendo, Yoongi le saca la lengua y rosa su nariz con la del alto poniéndose bastante meloso.          

— Bueno, pues si salen iguales a ti creo que voy a dejar de amarte muy pronto. — Canturrea. Hoseok frunce el ceño y nuevamente lo apachurra contra si con fuerza.

— No lo permitiré, eres solamente mío y de nadie más. — Demanda. Yoongi ríe y toma el rostro del menor en sus manos haciendo un puchero de desaprobación.

— ¿En serio le vas a tener celos a nuestros hijos? —Interroga inquisitivo. Hoseok se lo piensa y luego le mira a los ojos sosteniéndole la mirada.

— Puede que un poco si se pasan. — confirma.

— ¡Hobi!

Yoongi empieza a pegarle leves puños al menor en su pecho y Hoseok se le monta encima para empezar a atacarle con cosquillas que hacen que el mayor se revuelque bajo suyo dejando escapar su linda e infantil risa.

Definitivamente, Yoongi es una cosita tierna, y ¡Dios! Hoseok si que se siente afortunado de tenerlo a su lado, y lo emociona aún más el hecho de saber que llevaba a sus hijos en su vientre. Le levanta la camisa, y no puede evitar besarle en el estómago con dulzura. Lo acaricia por la cintura y nota que él mayor se estremece. Está sensible y le gusta. Sonríe, y luego se estira para besar de nueva cuenta los finos y delgados labios de su pareja con intensidad. Yoongi está algo sonrojado, Hoseok siente que se morirá de ternura allí mismo.

— Hoy no trabajaré, hoy me quedo contigo. —Declara el menor. Yoongi sonríe contento.

— Pues entonces yo tampoco. — Le sigue el juego.

Ambos se quedan un rato más en la cama, y luego Yoongi se para a preparar el desayuno mientras Hoseok se baña. Comen juntos entre jugueteos y bromas, y después Yoongi es quien se va a bañar mientras Hoseok le espera en la sala para salir a dar una vuelta. 

Yoongi quiere verse lindo, así que se pone la ropa más bella que encuentra. Se pone un pantalón negro ceñido, una blusa blanca, un gorro negro y unas gafas de sol, se pone también el collar de cruz que le ha regalado Hoseok en uno de sus aniversarios, y la manilla negra de pareja que ambos comparten, teniendo Hoseok la blanca. Después de mirarse en el espejo y retocarse el pelo, sale de inmediato y corre hacia el menor quien lo abraza por la cintura y le besa, cierran la puerta, y se encaminan así hasta el BMW del azabache incapaz de separarsen el uno del otro. 

Mi lindo embarazado [Yoonseok/SOPE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora