Felicidad

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— ¿¡Cómo que ya nacieron?! — Chillo Jin del otro lado de la línea. Hoseok retiro un poco el telefono de su oreja, era probable que se quedara sordo si lo mantenía allí.

— Como escuchaste, Jin. Mis princesas ya estan aquí. — Hoseok respondió. Estaba seguro que era el hombre mas feliz del mundo en ese preciso momento.

— ¿Pe-pero no era aun muy temprano?

— Lo era, pero Yoongi a sabido llevarlo. El es fuerte, y mis bebés también.

— ¡Tengo que contarle esto a Nam!... ¡No! ¡Mejor a Kookie primero! Adiós Hoseok, gracias por avisarme.

— Un placer.

La llamada fue colgada, Hoseok suspiro y sonrió a su celular para luego mirar al frente y toparse con un Yoongi nuevamente dormido. Dos cunas al lado de la cabilla mantenían a las bebés a salvo del exterior, por así decirlo.

Hoseok aun estaba emocionado, una extraña sensación de jubilo rodeaba todo su cuerpo y le gustaba. Ahora tenía que cuidar de su pequeña familia, ahora tenía una familia de verdad.

Hacía poco había pedido el favor a Hani de que comprara los voletos a Corea, sin embargo, esperaría un tiempo para que las niñas crecieran un poco más.

Se paro de la silla y camino hasta el encamado para sentarse a su lado e inclinarse un poco, besando la mejilla del contrario con suavidad. Yoongi abrió los ojos dejando escapar una sonrisa. Jiyeon y Seung-Hee aun dormían, así que tenían algo de tiempo para ambos.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó, acariciando el cabello rubio de su pareja.

— Me duele el vientre. — dijo — Pero estaré bien.

— Estoy seguro que si. — sonrió, y junto su frente con la de Yoongi — Lo siento por todo, por dejarte venir solo aquí. Si les hubiese pasado algo... Dios, no quiero ni imaginarlo.

— No te preocupes ¿si? — Yoongi sonrió, y beso los labios de su amado. — Estamos bien, es lo importante.

Hoseok le devolvió una sonrisa cómplice y volvió a juntar mas sus labios profundizando mas el beso. Yoongi era la única razón por la cual Hoseok quería vivir en un mundo tan dañado, por él y por sus hijas, solo por ellos eran suficiente para hacerle feliz.

— Te amo, gatito. — Susurró, alejándose un poco de los labios de Yoongi para tomar aire.

— Shhhh, las niñas pueden escucharte. — río. Hoseok le imitó.

— ¿Qué? ¿qué te diga gatito? — Inquirió. — Ellas deben aprender que su madre es un adorable gatito gruñon. — Dijo. Yoongi frunció el ceño fingiendo estar ofendido.

— Pues entonces también deben aprender que su padre es un caballo malhumorado.

- No soy malhumorado.

- Claro, como digas.

Ambos se ríen. Hoseok besa la frente del mayor, y siente la necesidad de mas pero prefiere guardarse las ganas. Ahora no es precisamente el momento indicado, y Yoongi aun tiene la herida en su vientre muy reciente.

— Son realmente bellas. — Hoseok miraba a ambas bebés desde la camilla. Yoongi también las observo.

Eran realmente pequeñas, sus pieles aun se conservaban rosadas, sus labios se estiraban en un adorable puchero, y ambas dormían sin llegar a enterarse de lo que pasaba a su alrededor.

Tan frágiles... Hoseok se sentía orgulloso, y a la vez tenia miedo de hacerles daño. En sus manos, cuando las sostuvo por primera vez, eran tan diminutas y delgadas que creía estaba alzando dos pequeñas piedrecitas doradas.

Mi lindo embarazado [Yoonseok/SOPE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora